* Paix Liturgique ha publicado la segunda parte de la entrevista realizada a Mons. Athanasius Schneider, Obispo Auxiliar de Karaganda (Kazakistan).
En el Motu Proprio Summorum Pontificum, Benedicto XVI ha formulado un llamamiento al enriquecimiento mutuo de las dos formas del único rito romano: para Usted, que celebra sin dificultad en la forma extraordinaria, ¿cuáles son los aspectos en los cuales este enriquecimiento mutuo podría manifestarse con mayor fruto?
- Debemos tomar en serio al Papa. No podemos seguir haciendo como si él no hubiera dicho esta frase. Al contrario, como si no la hubiese escrito. Por supuesto, también sin cambiar los misales, hay modo de acercar las dos formas.
- Debemos tomar en serio al Papa. No podemos seguir haciendo como si él no hubiera dicho esta frase. Al contrario, como si no la hubiese escrito. Por supuesto, también sin cambiar los misales, hay modo de acercar las dos formas.
La primera cosa podría ser la de celebrar versus Deum a partir de la Ofertorio, tal como está previsto en las rúbricas del Novus ordo. El ordo missae de Pablo VI indica claramente que por dos veces el celebrante se debe dirigir hacia el pueblo. Una vez al momento del "Orate fratres" y luego, cuando el sacerdote dice "Ecce Agnus Dei» para la comunión de los fieles. ¿Qué significa esto si no que el sacerdote debería estar dirigido al altar durante la Ofertorio y el Canon?
En septiembre de 2000, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos ha publicado una respuesta relativa a un "quaesitum" sobre la orientación del sacerdote durante la misa . Explicando que "que la posición versus populum parece la más coveniente en la medida en que hace mas fácil la comunicación", recordaba que «sería un grave error suponer que la acción sacrificial esté orientada principalmente a la Comunidad. Si el sacerdote celebra versus populum, cosa legítima y a menudo recomendada, su actitud espiritual siempre debe estar orientado versus Deum per Iesum Christum, en representación de la Iglesia entera."
Me parece que hoy esta respuesta, que aconseja la celebración hacia el pueblo, podría ser adaptada a la nueva realidad creada por el MP Summorum Pontificum con la recomendación de celebrar ad orientem a partir del Ofertorio.
En cuanto a la comunión, luego, la Santa Sede podría publicar otra recomendación universal para recordar lo que está previsto en el Ordenamiento general del Misal romano en su artículo 160: "los fieles comulgan de rodillas o de pie, como establezca la Conferencia Episcopal. Sin embargo, cuando comulgan de pie, se recomienda que, antes de recibir el Sacramento, hagan la debida reverencia, que determinen las mismas normas." Se nota que la primera forma de comunión mencionada por el texto oficial de la Iglesia comentando el Novus Ordo es la de rodillas...
Además, sería conveniente limitar el uso de los llamados ministros laicos de la Eucaristia a los únicos casos de ausencia del sacerdote y del diácono.
Otro aspecto que podría enriquecer el Novus Ordo sería que las lecturas de la sagrada Biblia sean siempre hechas por un hombre con vestimenta litúrgica, y no por mujeres ni hombres con vestiduras civiles. Esto porque la proclamación de la lectura se realiza en el presbiterio, un lugar que desde los tiempos apostólicos estaba reservado al sacerdote y a los ministros ordenados, incluidos los clérigos con órdenes menores.
Sólo en ausencia de estos últimos un fiel laico varón podría suplirlos. El servicio del altar, tanto sea del lector, como del acólito, no es un ejercicio del sacerdocio común, sino que está contenido en el ejercicio del orden sagrado, específicamente en el diaconado.
Por esta razón, al menos a partir del siglo III, la Iglesia Romana ha querido los órdenes menores como una especie de introducción a las diferentes tareas concretas que de alguna manera están contenidas en el ejercicio del diaconado, por ejemplo vigilar el santuario y llamar a los fieles a la liturgia (ostiariado), leer la palabra de Dios en la liturgia (lectorado), expulsar a los espíritus malignos (exorcistado), portar la luz y servir al altar (acolitado). Por esto se puede ver mejor la razón por la cual la Iglesia hasta ahora ha reservado el conferir las órdenes menores o la institución de lector y acólito sólo a fieles laicos varones.
En consecuencia consideramos que otra posibilidad que ofrece el acercamiento de las dos formas litúrgicas sea la de volver a la sana tradición que reserva el coro sólo a los hombres: diáconos, acólitos, lectores y monaguillos deberán ser varones. No podemos lamentar el hundimiento de las vocaciones si los chicos no son llevados al servicio del altar.
Por último, la oración de fieles debe estar reservada únicamente a los diáconos, acólitos o lectores con vestimenta litúrgica. Pienso que es más acorde con la bimilenaria tradición de la Iglesia, tanto occidental como oriental, que la oración universal o de los fieles sea proclamada o mejor cantada sólo por el diacono, pues la oración universal se llamaba también oratio diaconalis.
Por lo tanto, en ausencia del diacono, del mismo modo que la proclamación del Evangelio, la oración universal debería ser dicha por el sacerdote mismo. El nombre oración de los fieles no significa que sea proclamada por parte de los fieles laicos, esto es un error histórico y litúrgico.
Significa en cambio que esta oración se hacía al inicio de la liturgia de los fieles después de la salida de los catecúmenos. El diacono o el sacerdote ofrecía a la majestad divina con las súplicas solemnes las intenciones de toda la iglesia, es decir, de todos los fieles, y es propiamente por eso que se llamaba también oración de los fieles.
¿Y para el Vetus Ordo? ¿De qué modo podría ser enriquecido por el acercamiento con la forma ordinaria del rito romano?
- Yo diría que el espíritu que anima los últimos puntos relativos al Novus Ordo se puede aplicar a la forma extraordinaria. Las lecturas sagradas deberían ser siempre accesibles a los fieles, es decir leídas en la lengua local y no sólo en latín, hecha alguna excepción particular. Las lecturas podrían hacerse, también en este caso, por un lector ordenado o instituído, o por un fiel laico varón con vestidura litúrgica.
También la introducción de algunos de los prefacios del Novus Ordo sería una cosa bella y útil, así como la introducción de los nuevos Santos en el calendario litúrgico tradicional.
* Fuente: Messainlatino.it
Traducción: Santa María Reina blogspot