El 31 de mayo de 1959, ocurría la última aparición de Nuestra Madre y Señora de todos los Pueblos en Amsterdam, reconocidas como sobrenaturales por la Iglesia desde el año 2002. En estas apariciones la Virgen pidió que la Iglesia, por el estudio de los teólogos, definiera el último y más grande Dogma: el de María Corredentora, Mediadora y Abogada. Y aseguró que cuando el dogma... sea proclamado, entonces la Señora de todos los Pueblos dará la verdadera paz al mundo. Asimismo, bajo esta advocación de Nuestra Señora de Todos los Pueblos, la Virgen se apareció en Akita (Japón) en 1973 y una réplica de esta imagen suya tuvo 101 lacrimaciones entre 1975 y 1981. Estos hechos también han sido aprobados por la Iglesia en 1984 como de origen sobrenatural.
La petición de la declaración de este Dogma es algo en profunda consonancia con la fe cristiana expresada por el pueblo en oraciones como la Salve en que pedimos: ¡Ea pues, Señora, Abogada nuestra! Y también a través de millones de firmas enviadas al Vaticano pidiendo la proclamación de este Dogma. La teología católica entiende el término Corredentora, de larga tradición en la Iglesia, a partir del concepto metafísico de analogía de participación, que los protestantes desconocen. Todo lo que María nos da proviene de Cristo (1Tim 2,5). Sin embargo Ella es también Corredentora porque fue una ayuda única y singular para la obra de redención y participó en ésta (Lc 1,38). *Pidamos en el día de hoy (tb 31 de mayo) por la proclamación de este quinto dogma.*
- E senti o espírito inundado por um mistério de luz que é Deus e N´Ele vi e ouvi -A ponta da lança como chama que se desprende, toca o eixo da terra, – Ela estremece: montanhas, cidades, vilas e aldeias com os seus moradores são sepultados. - O mar, os rios e as nuvens saem dos seus limites, transbordam, inundam e arrastam consigo num redemoinho, moradias e gente em número que não se pode contar , é a purificação do mundo pelo pecado em que se mergulha. - O ódio, a ambição provocam a guerra destruidora! - Depois senti no palpitar acelerado do coração e no meu espírito o eco duma voz suave que dizia: – No tempo, uma só Fé, um só Batismo, uma só Igreja, Santa, Católica, Apostólica: - Na eternidade, o Céu! (escreve a irmã Lúcia a 3 de janeiro de 1944, em "O Meu Caminho," I, p. 158 – 160 – Carmelo de Coimbra)