Si Dios es Amor, manifestado en el Hombre Cristo Jesús, sólo profundizar en Él es toda una espiritualidad, inagotable, que radica en lo más íntimo de su Persona Divina y de su Ser Humano y Divino. Su Corazón vendría pues a ser Su Espiritualidad propia, diríamos Su Vida misma, que puede comunicar al que se hace UNO con Él.
Jesús hizo 12 promesas a Santa Margarita para todos aquellos que guardaran la devoción a su Sagrado Corazón:
- Les daré todas las gracias necesarias para su estado de vida.
- Les daré paz a sus familias.
- Las consolaré en todas sus penas.
- Seré su refugio durante la vida y sobre todo a la hora de la muerte.
- Derramaré abundantes bendiciones en todas sus empresas.
- Los pecadores encontrarán en mi Corazón un océano de misericordia.
- Las almas tibias se volverán fervorosas.
- Las almas fervorosas harán rápidos progresos en la perfección.
- Bendeciré las casas donde mi imagen sea expuesta y venerada.
- Otorgaré a aquellos que se ocupan de la salvación de las almas el don de mover los corazones más endurecidos.
- Grabaré para siempre en mi Corazón los nombres de aquellos que propaguen esta devoción.
- Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su amor omnipotente concederá a todos aquellos que comulguen durante nueve primeros viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final: No morirán en desgracia mía, ni sin recibir sus Sacramentos, y mi Corazón divino será su refugio en aquél último momento.
Consagración al Sagrado Corazón de Jesús
Me entrego y consagro al Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesús Cristo, mi persona y vida, acciones, penas y sufrimientos para que utilice mi cuerpo solo para honrar, amar y glorificar al Sagrado Corazón.
Este es mi propósito definitivo, único, ser toda de Él, y hacer todo por amor a Él, y al mismo tiempo renunciar con todo mi corazón cualquier cosa que no le complace, además, tomarte, Oh Sagrado Corazón, para que seas el único objeto de mi amor, el guardián de mi vida, mi seguro de salvación, el remedio para mis debilidades e inconstancia, la solución a los errores de mi vida y mi refugio seguro a la hora de la muerte.
Sé pues, Oh Corazón de bondad, mi intercesor ante Dios Padre, y líbrame de su sabia ira. Oh Corazón de amor, pongo toda mi confianza en Ti, temo mis debilidades y fallas, pero tengo esperanza en tu divinidad y bondad.
Quita de mí todo lo que está mal y todo lo que provoque que no haga tu santa voluntad, permite a tu amor puro a que se imprima en lo más profundo de mi corazón, para que yo no me olvide ni separe nunca de ti.
Que yo obtenga de tu amada bondad la gracia de tener mi nombre escrito en tu Corazón, para depositar en ti toda mi felicidad y gloria, vivir y morir en bondad tuya. Amén