
La Fraternidad es una gran familia que comparte la vida y la fe sumergidos en el Sagrado Corazón; desde allí se vive, se sueña y se dona a los demás como la prolongación de este Corazón manso y humilde. Aquí todos somos bienvenidos por Él.

La Fraternidad Sagrado Corazón es un lugar dedicado a la vida interior, a generar experiencias que permitan encuentros íntimos con Dios, consigo mismo, con los hermanos y con la naturaleza.
Es un «refugio de consolación» para la soledad, el estrés, la violencia, la indiferencia y otros vacíos que vive el hombre contemporáneo, los cuales lo hacen caer en la desesperanza, en el pecado hasta perder el alma.
Somos una fundación sin ánimo de lucro que pretende ser para el mundo un Hospital para el Alma.


La Fraternidad Sagrado Corazón es un lugar dedicado a la vida interior, a generar experiencias que permitan encuentros íntimos con Dios, consigo mismo, con los hermanos y con la naturaleza.
Es un «refugio de consolación» para la soledad, el estrés, la violencia, la indiferencia y otros vacíos que vive el hombre contemporáneo, los cuales lo hacen caer en la desesperanza, en el pecado hasta perder el alma.
Somos una fundación sin ánimo de lucro que pretende ser para el mundo un Hospital para el Alma.
Esta gran familia está conformada por:
•Hermanos Contemplativos del Carmelo
•Laicos consagrados
•Voluntarios que ponen al servicio sus carismas y su tiempo en las actividades que desarrollamos.
•Amigos cercanos que comparten la Eucaristía diaria y los cursos de formación.
•Benefactores que son los instrumentos de la Providencia de Dios.
El regalo de Navidad...
303 visualizaçõesHá 2 anos

inundado por um mistério de luz que é Deus e N´Ele vi e ouvi -A ponta da lança como chama que se desprende, toca o eixo da terra, – Ela estremece: montanhas, cidades, vilas e aldeias com os seus moradores são sepultados. - O mar, os rios e as nuvens saem dos seus limites, transbordam, inundam e arrastam consigo num redemoinho, moradias e gente em número que não se pode contar , é a purificação do mundo pelo pecado em que se mergulha. - O ódio, a ambição provocam a guerra destruidora! - Depois senti no palpitar acelerado do coração e no meu espírito o eco duma voz suave que dizia: – No tempo, uma só Fé, um só Batismo, uma só Igreja, Santa, Católica, Apostólica: - Na eternidade, o Céu! 











