RORATE CÆLI
MÁS RECIENTES
1-El que está en la cruz de Cristo, vive en la sinceridad y en la verdad de Cristo. No podemos engañarnos, ni podemos engañar a la Iglesia, ni podemos engañar a Dios...nos destruimos si no vivimos en esa cruz que es vida, que es muerte pero que es vida; hacemos de nuestra vida una pantomima, una comedia desagradable. Ama tu cruz.
2-Porque tampoco podemos vivir en la cruz con cara triste. Cristo vivía en la cruz y estaba gozoso. La vida de Cristo fue toda sacrificio desde la Encarnación hasta el Gólgota..feliz...feliz. Por eso cada uno de ustedes con esa sinceridad, con esa unidad, abrazando los sufrimientos de la vida diaria, que los hay porque este es un valle de lágrimas, y, a la misma vez, buscando algo...algo con qué mortificarse para mantener el cuerpo siempre disponible para el amor.
3-Un Esclavo de la Eucaristía y de María Virgen es el hombre que en su ser transparenta la gran noticia de Dios. Hemos puesto “en su ser...en su ser”, es decir, que ciertamente, la mirada es el esbozo del alma, en la mirada sabemos cuando un alma es pura o cuando un alma es turbia. En la mirada sabemos cuando un alma es generosa o cuando está en pecado grave...se sabe en la mirada. En la mirada sabemos cuando una persona va buscándose o va buscando a Dios.
4-Pero quisimos entonces ponerlo de una manera más total...la mirada, las palabras, los gestos, las actitudes interiores, todo nuestro ser, toda nuestra persona, nuestro cuerpo y nuestra alma, nuestra mente, nuestro entendimiento, nuestro corazón, todo transparente a Dios. Fíjense en un espejo...te miras en un espejo...te miras en un espejo y ahí te ves como eres,como estás...si estás desaliñado, si estás arreglado, si estás limpio, si estás sucio...el espejo refleja lo que tú eres.
5-Entonces nosotros tenemos que ser como un espejo que refleje límpidamente la presencia de Dios. Y, hermanos, esa es la única convicción que puede salvar las almas y el único camino para nosotros evangelizar, el único medio válido para llevar a Dios como semilla viva al corazón de los demás.
6-He conocido grandes predicadores, he oído estupendos teólogos, he sentido grandes conferencias...no es suficiente, tiene que ser la vida, la vida entera que transparente a Dios. Una cosa es lo que se cree y otra cosa es lo que se vive.
7-Nosotros tenemos que creer y vivir en un solo acto, un solo acto...de tal manera que tú eres el mismo cuando estás delante del Santísimo Sacramento, con tus rodillas puestas cual angelito del cielo, que cuando estás trabajando, que cuando estás comiendo, que cuando estás jugando, que cuando estás solo trancado en tu celda. Ser el mismo...
8- Pues, es un desastre sicológicamente, emocionalmente, cuando nosotros somos una cosa en el altar, o en la capilla y cuando somos otra cosa en nuestra habitación, a solas, o cuando estamos con otra persona a solas. Nuestra conducta tiene que ser in-ta-cha-ble, santa...el mismo que está cual angel caído del cielo, con sus manos juntas, el mismo cuando está en la sacristía, el mismo cuando está en los recreos, el mismo en todas partes. Todo así, siempre el mismo, siempre el mismo, para entonces, nosotros poder reflejar, transparentar a Dios.
9-Tantas personas que te dicen, “Ay, Padre, yo..”, le dicen a uno, “Ay, Padre, yo sinceramente, nunca he encontrado una persona que me dé calor, que me dé amor, que sea expresión de Dios...he oído sermones estupendos, he visto templos magníficos, he oído coros...he oído coros exquisitos pero ya luego en la vida diaria no encuentro alguien que realmente sea esa presencia de Dios constante y perenne.” Ese alguien está llamado a ser tú, tú, tú , tú, tú, tú y yo. Y le digo sinceramente, con cualquier cosita pequeña, con cualquier cosita pequeña, se convierten las almas.
10-Dios se vale de todo, Dios se vale de todo para convertir un alma. A nosotros lo que nos corresponde es vivir en él, estar en él, vacar en él, transparentarle a él, ser la transparencia de él. Cuando en el río...cuando te miras te ves así...que tú seas un río cristalino donde lo demás vean en tí ¿qué?...el rostro de Dios, que el fuego de Dios lo experimenten. Las almas están sedientas de esto.
11- Nel 1949 en el Santuario de Bellavista, Chile, nuestro Padre Fundador. Por eso le costó el castigo de catorce años. Denunció la herejía de la época actual y de la Iglesia actual, el mecanicismo. Una Iglesia que predica una cosa pero vive ¿qué?...otra. Se predica algo y se vive otra cosa, se predica a Dios y luego se vive como si no existiese.
12-“Creo en Dios”, pero un Dios que no está en mi corazón y al cual yo no le amo porque después yo vivo ajeno a todos los mandamientos. Miren no se escandalicen. Esto se da hoy en sacerdotes y religiosas. Llevan un hábito, un rosario y están en pecado grave. Nosotros que hemos sido llamados a combatir al demonio...a Satanás, nosotros podemos ser secuaces de Satanás, estar a favor de Satanás, con una vida pecaminosa.
13-Por eso, hijo, tú estás llamado a ser una fuente de agua viva, a ser una fuente cristalina donde, como dice San Juan de la Cruz, “donde esos ojos se dibujen”, los ojos de Cristo, “mi mirada sea un fuente de agua cristalina donde se dibujen los ojos de Cristo...y todo el mundo lo contemple”. Que tú puedas ofrecer a los demás un agua no puesta en vaso. Como decíamos el domingo en la homilía, el agua puesta en vaso coge la forma de ¿qué?...del vaso. Y si el vaso está sucio, ¿qué pasa?...se ensucia el agua. Ofrezca agua fresca así, cogida así...de la cascada, darla a beber de la cascada , sin la forma...sin la forma de nuestra vida, sea agua o persona.
12- Ofrezca agua limpia, todo el mundo está deseando esa agua limpia...todo el mundo está deseando esa agua limpia. Tienes que ofrecerla con tu vida misma, con tu vida misma. Como decía Charles de Foucauld, “Quiero anunciar el evangelio con la vida...quiero anunciar el evangelio con la vida.” Ya no con palabras, ni con sermones, ni con discursos, sino con mi vida, con lo que yo soy, con lo que yo actúo.
13-Este es el problema actual de la vida espiritual. Que tú lo anuncies con tu corazón de tal manera que sin tú predicar te conviertas en el gran misionero, sin tú hablar te conviertas en el gran defensor de Jesucristo, sin tú decir una palabra...eres palabra elocuente y convincente. Ahora mucha palabrarería para después nada, no sólo no evangeliza sino que destruye...destruye.
14-¡Transparenta a Dios!...que es tu misión...transparentarlo...a todos...a los más pecadores...hacia tí se acercarán las personas más raras...y los más grandes pecadores...a todos...a todos... ¡transparéntaselo, regálaselo! Ellos tienen derecho de que tú le des a Dios porque tú dices ser profesional de Dios, que tu especialización es Dios... A eso has venido...a especializarte en Dios, por consiguiente, ¿te estás especializando en él? Así como el médico se ha especializado en la salud...yo tengo derecho ¿a qué...que él qué?...pues cure mis dolencias, sane mis enfermedades. Entonces si no lo hace, ¿qué dice todo el mundo?, “ese mediquito no sirve...eso no sirve...no sabe”. Un buen médico basta que le veas y ya...todo una competencia. Un buen religioso...un profesional de Dios, basta una mirada para convertir y salvar las almas. Para que los demás a tu paso se contagien, se quemen, ardan...basta eso.
14-Elegidos y vocacionados por Dios Padre, según el designio de su gracia, para ser santos e inmaculados en su presencia por el amor, fuimos consagrados a él por el agua y el Espíritu, para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo.
15- O sea, que ante todo hay un misterio de elección, el Padre Eterno nos ha elegido. Cuando Dios en “séminis”, es decir, en semilla...en semillas te tenía a tí en la mente ya el te había elegido porque tú existías en la mente de Dios desde toda la eternidad.
16- Desde que Dios es Dios tú existías, tú estabas en la mente divina, entonces él dijo, “Éste lo escojo, lo quiero para que sea sacerdote de Cristo, sacerdote de mi Hijo, en tales circunstancias, através del bautismo insertado en Cristo llegue a ser un sacerdote católico, un sacerdote santo.”
17-O sea, ante todo una elección... nuestra vida es un misterio, por consiguiente, nuestra vida es un misterio. O sea, que tú no estás aquí por unos gustos, porque alguien te convenció...sino por un misterio, por un designio, como dice ahí, “ elegidos y vocacionados por Dios Padre”. Porque Dios Padre te eligió a tí, te vocacionó... “vocatio”, es decir te llamó...elegidos y llamados.
18- Entonces es una vocación que se centra y se pierde en Dios...es que él nos llamó...él lo sabe, él nos escogió. Jesús lo dice así en el evangelio, “no habeís sido vosotros los que me habeís elegido a mí, he sido yo el que los he elegido a vosotros.” O sea, que tú has sido elegido, has sido llamado por Dios Padre, según el designio de su gracia, o sea, por puro amor. Pudo haber elegido a otro, y me eligió a mí. Pudo haber elegido a otros...mejores y más capaces...y me eligió a mí... pobre y pequeño. Pudo haber elegido unos sabios de este mundo pero eligió a los pequeños, a los humildes, los sencillos, los ignorantes.
19-Lo que tienes es que él te lo ha dado, si vas a ser sacerdote o eres sacerdote es que él te lo ha dado. Te dió la gracia, te vocacionó...para ser santos e inmaculados en su presencia por el amor. Ese es como un ideal...eso es como un ideal....para ser santos e inmaculados en su presencia...santos e inmaculados...santos e inmaculados...inmácula, sin mancha...santos, consagrados a Dios. O sea, hemos tenido predilección hacia una vida santa, hacia una vida entregada através de Jesucristo en el cual nosotros del agua y del Espíritu Santo, somos hijos adoptivos de Padre.
1-Para nosotros el fin primordial, el elemento substancial es la contemplación de los misterios de Cristo, primeramente el de su Eucaristía y los misterios de su Santísima Madre y, desde esta contemplación iluminar la vida de nuestros hermanos los hombres.
2-Para nosotros, es...la dimensión del misterio de Cristo que nosotros estamos llamados a vivir y a contemplar, es el de la eucaristía, es decir, el Cristo hecho pan, el pan hecho Jesucristo por nuestra salvación.
3-Nuestra meta es Dios. Ciertamente, Dios...Dios está en nuestra alma, por la gracia santificante, en la inhabitación trinitaria, Dios está en nuestra alma. Ahora bien, ese Dios está en nuestra alma pero nosotros caminamos hacia él, hacia el encuentro definitivo, hacia el encuentro cara a cara, a verle tal cual es, hacia esa patria que nosotros conocemos y desconocemos.
4- Hemos venido aquí para cumplir una peregrinación y esa peregrinación terrena termina con la muerte...cuando nosotros seamos introducidos en las moradas celestiales.
5-El peregrino, pues, reconoce en su peregrinar que está lejos de Dios, o sea, que aún no le ve cara a cara...no ha llegado al sitio. Por consiguiente, nosotros reconocemos que aunque le llevamos en el corazón, caminamos hacia la patria eterna, caminamos hacia el cielo. No le tenemos en una posesión plena, en una posesión exhaustiva.
6-Por eso nosotros vamos orientándonos cada vez más hacia él, vamos teniendo cada vez más deseos de él, vamos buscándole cada vez más a él. Él es nuestra meta, por consiguiente, nosotros no podemos en este camino hacer otra cosa sino orientarnos decididamente a encontrarlo.
7-O sea, vamos buscando el amor de Dios, no buscamos otro amor, no buscamos otro amor, buscamos sólo el amor de Dios. Y no deseamos otro amor, sólo el amor de Dios. Y no entregamos nuestro corazón a nadie, sino se lo entregamos sólo a Dios, “ soli Deo”, sólo Dios. Vamos buscando su amor...ese amor que se derramar al fin de esa peregrinación, plenamente en nuestras almas. Ese amor que nos va a abismar en la contemplación del Dios Uno y Trino, ese amor que va a plenificar nuestras ansias, nuestros deseos. Vamos buscando en nuestro peregrinar su amor y vamos viendo todo como quien va de paso.
8- ¿Tú vas de paso?, pues, sigue el camino...sigue el camino, no te detengas, no te puedes detener, porque tienes una meta y esa meta es el cielo. Es como el que va subiendo la montaña...va subiendo la montaña...realmente ese...no importa lo alto, no se preocupa...sino que sigue a contemplarse cara a cara con él. Y a Dios no le podemos hacer esperar, en la punta de la cúspide está él.
9- Nosotros somos amigos, vamos subiendo el monte, vamos con las manos unidas subiendo al monte. Ahora , si realmente tú a la mitad del camino, no quieres seguir subiendo, no puedo esperar contigo, te tengo que dejar. Somos amigos en tanto en cuanto vamos vocacionado hacia una meta, somos amigos en tanto en cuanto vamos hacia Dios, en cuanto nos ayudamos a encontrarnos cara a cara con Dios, en cuanto somos fuerza y empuje para que el otro encuentre el misterio divino en sus manos y en su corazón.
10-Pero si en este caminar tú me quieres detener, tú me quieres tirar hacia abajo, tú quieres que no llegue, yo te dejo a mitad de montaña. Porque te doy la mano en tanto que él me da fuerza, desde él para amarte y dirigirte hacia el monte. Por eso nunca consientan una amistad que sea pecaminosa, una amistad que nos detenga, que nos obstruya nuestro camino hacia Dios, sea quien sea, así sea nuestra madre, nuestro padre, nuestros hermanos.
11-No consentir nunca que nadie...que nadie sea más fuerte que las manos de Dios en nuestras vidas. Que nuestra vida religiosa sea una ascención...una ascención al monte, al encuentro con el Dios, tres veces santo. Nadie puede detenerte, avanza agiloso, como loco, como enamorado...nadie te detenga en ese tu caminar hacia Dios.
12-Sigue.... “viven solamente del ansia ardiente de Dios”. Hasta ahí...viven solamente del ansia ardiente de Dios. El ansia es un deseo vehemente, un deseo quemante, un deseo incontrolable, un deseo de enamorado es el ansia, un deseo más fuerte que la vida...porque decimos: “el ansia...” Porque los deseos pueden ser más o menos fuertes o más o menos apagados...el ansia.
13-Y fijénse que todavía se coloca un adjetivo más fuerte ahí, ansia...ardiente, ansia ardiente, es decir, un fuego con ansia ardiente, que me tiene mal, que destruye mi egoísmo y mis pasiones y me hace vivir esperando solo el amado, sólo el amado, desear sólo al amado, un ansia ardiente...ardor que produce el fuego, fuego que produce el Espíritu en nuestras almas.
14-Viven del ansia ardiente de Dios, o sea, pues por consiguiente, lo demás para tí es insustancial y sin sentido. Insustancial...accidental, sin sentido, porque tú vives en ese fuego que te devora, en esa hoguera de la cual eres víctima de tus llamas, vives sólo para Dios. Y por ese Dios lo dejas todo, lo consideras todo estiércol y basura al conocimiento y al amor de Jesucristo.
15- Vivimos sólo del ansia ardiente de Dios. Cómo conocerle más para entonces cómo amarle más. Cómo amarle más para entonces cómo poder quemarnos más por él...sin quejas, sin quejas, sin estilencias, con la sencillez de la paloma, con la sencillez de la paloma, que se deja colocar el nido, que tiene su nido en las manos de Dios, en el regazo de Dios...ahí sólo para él.
16- Cuando nosotros no vivimos así, del ansia ardiente de Dios, pues, vivimos del ansia ardiente de nuestras pasiones. Todos tenemos nuestras pasiones en nuestro interior, producto del pecado original...todos. Solamente la que no ha tenido pasiones desordenadas ha sido la Virgen y por supuesto, Jesucristo, que es el Dios hecho Hombre.
17-Pero todos los santos han tenido sus pasiones. Ahora han vivido del ansia ardiente de Dios y esta ansia es capaz de quemar...de destruir esas pasiones. Ese fuego interior es capaz de aniquilar todo aquello que no sea Dios. Sabemos cuando un alma vive del ansia ardiente de Dios...lo demás le es tan insustancial que todo lo que es de él le llena, le goza, le plenifica.
18-Nosotros vivimos del ansia ardiente de Dios, queremos vivir de esa ansia...verle. “Véante mis ojos”, queremos morir diciendo eso, vivir diciendo eso, “veánte mis ojos, pues eres luz de ellos y sólo para tí quiero tenellos”. “Oh, cristalina fuente si en esos tus semblantes plateados formastes de repente los ojos que en mis entrañas llevo dibujados.” Ver a Jesucristo...ver a Jesucristo, mirar a Jesucristo, tener a Jesucristo, en lo íntimo de nuestra alma.
19-No ansiar otra cosa sino él. Vivimos del ansia ardiente de Dios, del ansia ardiente de Dios. Sólo así sinceramente, nosotros podremos cultivar las virtudes, lo que es la vida religiosa, la castidad, la pobreza, la obediencia. El alma que realmente...el alma que realmente no cultiva esta ansia que es de Dios...cultiva sus pasiones.
20-Sigue... “teniendo en la cruz de su Señor y en su Eucaristía, junto a su Madre, el tesoro más preciado de sus vidas.” O sea, la cruz de Cristo, la eucaristía de Cristo, la Virgen son nuestros tesoros...son nuestros tesoros, nuestros tesoros más apreciados. La cruz del Señor...gozarnos cuando tenemos una cruz porque con esa cruz, sólo con esa cruz es que podemos salvar al mundo. Demos gracias a Dios cuando tenemos una cruz porque sólo con esa cruz podemos salvar al mundo. Cuando no hay cruz, entonces somos ¿qué?...inútiles ante Dios, incapaces ante Dios. Santa Teresa del Niño Jesús, el día que le iba un poquito mejor, se preocupaba... “No sé...no veo cruces hoy...” Y así todos los santos...Santa María Soledad, todos los santos.
21-De una manera u otra han expresado su tristeza cuando el día les ha ido demasiado bien. “No hay cruz hoy, entonces...” “En las penas y las dificultades, en las cruces”, dice nuestro fundador, “anunciaremos siempre tu amor.” O sea, que nuestro tesoro es la cruz, nuestro tesoro es la cruz, y tenemos deseos de la cruz del Señor.
22- Ciertamente, no, ninguna exageración, ¿verdad?, que aparezcan como un masoquismo, que nosotros buscamos el sufrimiento por el sufrimiento, no. Buscamos el padecer con Cristo, para con Cristo salvar al mundo.
23- Una vida normal, sencilla, natural, pero buscando la cruz del Señor porque si no te crucificas con él no podrás llegar a ser... El Padre Fundador decía que solamente se puede vivir el sacerdocio a nivel de “ inscriptio”...a nivel de cruz. Por consiguiente, si nosotros no tenemos posibilidad y capacidad para la cruz de Jesucristo no podemos ser siquiera...ni siquiera cristianos y menos sacerdotes y religiosos.
24-O sea, crucificarte con él, crucificarte con él y gozarte que tus pasiones estén crucificadas con él...gozarte que tus pasiones estén crucificadas con él. Esa cruz no la lleves en vano, que sea un símbolo de una realidad interior. Que esta cruz que llevamos al frente no sea un adorno sino que realmente sea la expresión de una vida crucificada con el Señor.
25-Una cruz larga y ancha y morir en ella con ansias infinitas. Ansiar, soñar, pensar, vivir en la cruz de Cristo... “Estoy crucificado con Cristo y el mundo está crucificado para mí”, dice San Pablo. O sea, que tú experimentes la crucifición.
26-El que actúa y se guía por el pecado busca siempre atenuar los sacrificios, atenúa los sacrificios, hacer una vida lo más cómoda posible. Ahora eso les garantizo, entre más vida cómoda, más pasiones, más pecados y menos gracia y presencia de Dios...una vida infecunda, estéril...esterilísima...una vida estéril.
27-Ahora una vida escondida en la cruz del Señor, haciendo todos los días penitencia, haciendo todos los días sacrificios, ayunando frecuentemente, con el permiso de nuestros superiores, mortificándonos en cosas que nos agradan, ciertamente, alcanzarán muchísimo.
28-O sea, que con una vida sacrificada conseguimos la conversión de las almas, una vida cómoda ni conseguimos convertirnos a nosotros mismos y los primeros que tenemos que convertirnos somos nosotros cada día. Cada día tenemos que convertirnos, cada día tenemos que subir al leño de la cruz, cada día tenemos que vencernos en algo para entonces poder hacer fecunda la vida de los demás, para entonces, poder hacer fecunda la vida nuestra, para entonces poder salvar las almas. Por eso la cruz no debe faltar en tu pecho y en tu corazón. Debe ser el signo de tu entrega y de tu amor, debe ser tu tesoro más preciado. “Me glorío”, dice San Pablo, “me glorío en la cruz de Cristo...me glorío en la cruz de Cristo.” Algunos dan la impresión de que han desconocido la cruz de Cristo. En este peregrinar debe ser nuestro tesoro; y si nosotros queremos hacer un peregrinar así...o caemos, ciertamente...
Para cada acção humana, a partir da infância, o homem precisa de um modelo, de um estilo de comportamento e de comportamento. É por isso que na psicologia de hoje se fala muito da crise do modelo que os jovens podem ter quando não encontram um pai e uma mãe em casa. E é precisamente esta falta de um modelo a seguir que causa desequilíbrio, distorção psicológica na infância e adolescência se não houver ninguém para imitar e, ao mesmo tempo, para encontrar neste modelo uma satisfação plena quando o imitamos.
Este é também o caso na vida espiritual, precisamos de um modelo a que nos conformemos. Jesus diz no Evangelho: "Aprendei de mim". S. Paulo diz: "Sejam imitadores de mim". Nossa Senhora diz no Evangelho: "Fazei tudo o que ele vos disser". Em suma, devemos ter sempre uma referência vital a alguém na nossa vida espiritual porque não podemos ir como se estivéssemos a apalpar ou inseguros, mas devemos ir de uma forma clara e segura ao longo do caminho da vida espiritual.
A questão da imitação de modelos, então, tem certamente chegado para muitas críticas de teólogos liberais, especialmente criticando o famoso livro de espiritualidade, durante séculos na Igreja , depois das Escrituras Sagradas, o livro que mais tem sido traduzido e impresso: A Imitação de Kempis. Não queremos entrar em detalhes no que realmente dizem, atacando Kempis e, ao mesmo tempo, atacando todos os modelos correntes. Basicamente, o que eles querem é remover tudo o que não tem referência bíblica para a vida espiritual e, sobretudo, apresentar-nos um Jesus Cristo que, segundo eles, é mais amigável e, ao mesmo tempo, mais humano ...
Precisamos de alguém ou algo para imitar em cada acção, que é uma lei impressa na natureza. Foi por isso que os gregos perguntaram a Filipe: "Queremos ver Jesus". Isto é, "queremos vê-lo porque ele é como podemos ter vida e guiar a nossa existência".
Também nos devemos perguntar qual é o nosso modelo nas nossas acções. E podemos dizer, o nosso modelo é Jesus Cristo, mas quando dizemos Jesus Cristo temos de concretizar qual o momento de Jesus. Porque certamente a pessoa de Jesus Cristo é muito rica, infinitamente rica. Ele é uma personalidade policromática, ele é o Deus Homem.
Portanto, não podemos imitar todos os traços de Jesus Cristo; é por isso que existem diferentes congregações religiosas na Igreja, de modo a que cada uma possa tornar realidade os momentos de Jesus Cristo. Alguns... Cristo escondido em Nazaré, outros, o Cristo que prega, outros, o Cristo Crucificado... por outras palavras, cada comunidade não está apenas a realizar os momentos de Jesus, mas também as palavras de Jesus: "Ide por todo o mundo e pregai o Evangelho". Bem, estas são as palavras e são apropriadas por aqueles que se dedicam completamente a uma vida de missões.
Temos Jesus Cristo como nosso modelo . Então que momento de Jesus Cristo nos é dado, que faceta, que detalhe, que cinzel da policromia de Jesus? Bem, nós temos Jesus vítima no sacramento, Jesus silencioso no Santíssimo Sacramento...para nós o modelo de acção é o Jesus no Santíssimo Sacramento do altar exposto nos nossos altares para ser adorado por nós...esse é o nosso modelo. Consequentemente, devemos rastrear ou deixá-lo rastrear e esculpir nos nossos corações, as suas atitudes no Sacramento.
A atitude de silêncio , aquele silêncio que é um silêncio vivo porque é um diálogo com o Pai, é um eco com o Pai, é um abraço, através do Espírito Santo, com o Pai.
É o silêncio de Jesus Cristo no Santíssimo Sacramento que é uma prova convincente do seu amor pela humanidade...só a pessoa que ama permanece em silêncio e se esconde no seu coração.
Quando não se ama, então, diz-se coisas na cara de alguém e gritam-se os seus defeitos, as suas misérias e assim parece que a pessoa se regozija em afundar a outra pessoa.
No entanto, Jesus está ali em silêncio para ouvir o Pai, para falar com o Pai... porque fala ao Pai não em palavras mas num gesto de rendição: "Eis que estou a fazer a vossa vontade, santificando os homens, salvando-os, dando-lhes a vida eterna". Assim, também este silêncio de Jesus Cristo, então, dizemos que é amor, ou seja, que ele, ao falar, repreender, censurar, acusar, prefere...calar-se, como expressão de um amor que espera.
Jesus no Sacramento é, portanto, aquele modelo ond está ele silencioso, calado. Ao mesmo tempo, ele é vitimizado, isto é, certamente no Sacramento ele é como no Céu, isto é, glorioso, pascal... não se pode negar isso, mas faz parte da fé católica, como expressa no Concílio de Trento, isto é, de que ele é misteriosamente uma vítima nesse Sacramento e nesse Sacramento ele reactualiza a sua quenose, a sua paixão salvadora, a sua redenção sangrenta. É por isso que naquele sacramento ele é vitimizado, ou seja, constantemente oferecido por nós ao Pai até ao fim dos tempos... até ao fim dos tempos. É por isso que quando O contemplamos... contemplamo-Lo silenciosa e victimalmente entregando-se completamente ao Pai.
Outra faceta que vemos em Jesus no Sacramento é a sua vida escondida. Note-se que ele está escondido no tabernáculo, escondido. Ou seja, Jesus Cristo não faz da sua oferta um grito.... "Olha que eu me ofereço... olha o que estou a fazer por ti", não, ele está escondido.
Juntamente com o silêncio, a ocultação, a vida oculta de Jesus Cristo, sem esperar por valorizações humanas, aplausos ou apreciação... está lá escondido. E juntamente com esta dissimulação, há um mistério, então, do seu mistério trinitário, mas... porque Jesus está ali numa comunhão muito plena com o Pai e com o Espírito Santo, e não só com o Pai e o Espírito Santo, mas com toda a Igreja celestial.
Ele também está, portanto, num mistério de uma certa solidão... no sentido de não receber dos homens, portanto, o seu amor, a sua veneração, a sua vida íntima. A maioria das pessoas não conhece este sacramento e aqueles que o conhecem não o valorizam porque nem mesmo nós padres somos capazes de viver um pouco deste mistério e de o adorar nas nossas vidas.
É por isso que existe também um mistério de solidão...que é o Cristo que temos de imitar...o Cristo da humildade no sacramento, o Cristo vitimizado no sacramento, o Cristo silencioso no sacramento, o Cristo sozinho no sacramento e o Cristo que dá todo o seu amor, sem aplausos, sem valorizar todos os homens.
É por isso que o momento essencial da nossa vocação é adorá-Lo...adorá-Lo...reparar-Lhe as coisas que fizemos em primeiro lugar, pelos nossos pecados e ultrajes e em terceiro lugar, portanto, imitá-Lo, ter uma vida em conformidade com a imagem deste sacramento.
Portanto, para sermos um Escravo, precisamos dessa capacidade de vitimização, dessa capacidade de silêncio, dessa capacidade de amor, dessa vida que é dada sem retribuição, sem queixas, sem rancores, sem ressentimentos... pelo contrário, regozijando-nos com a rendição, sabendo que estamos identificados com o nosso Mestre e Senhor na Santíssima Eucaristia.
Que possamos, então, dar à Igreja esta presença de Jesus neste sacramento... e que possamos dá-la a cada pessoa que nos encontre.
Estejamos certos de que ele está no sacramento para ser amado e adorado, para receber a nossa doação vitima, e também para vir à humanidade e dar-lhe vida eterna, para ser alimento e apoio, força e energia para o coração humano na sua viagem rumo à eternidade. Também nós, portanto, devemos ser como ele... a comida em que todos comem e todos vivem a vida que dá luz e que orienta para a eternidade. Poder dar-nos realmente para dar a vida eterna, não para mais nada... para dar a vida eterna aos nossos irmãos e irmãs.
A Santíssima Virgem é sempre para nós... também o impulso e o modelo de vida espiritual. Note-se que, aos pés da cruz, ela, como nova sacerdotisa, vestindo vestes sacerdotais, o seu espírito inundado como nenhum outro com compaixão pela humanidade, é também capaz de vitimizar Jesus e também de se tornar uma oferenda, tanto quanto é possível dizer, para a salvação de todos.
Que nós, escravos, possamos ter este detalhe de humildade e de entrega e generosidade ao Senhor, que sejamos, então, uma Eucaristia constante... acção de graças. Que sejamos, então, sempre vítimas agradáveis, nas mãos da Virgem para o Pai.
Sem isso, sinceramente tão... genericamente delineado, muito rapidamente... sem isso, então, não temos sentido porque fomos realmente chamados, tocados por Deus, no meio da escuridão da nossa noite e da nossa fé... fomos chamados a ter na nossa vida o mistério da Eucaristia muito próximo, uma monstruosidade no nosso coração e uma vida nas mãos de Deus.
Que Nossa Senhora, então, seja realmente para nós hoje, esta sexta-feira, a Oferta-Mãe. Pense no que aí pode oferecer, no que aí tem de dar e lembre-se que para que a oferta seja válida tem de ser gratuita, tem de ser pura, tem de ser generosa e tem de ser vítima. Estes quatro elementos são essenciais para o sacrifício.
Ao longo deste dia de retiro, possamos, então, amadurecer nessa doação, olhar para Jesus Cristo no sacramento e pedir-lhe que nos configure para sermos um sacrifício.
1-Debemos guardar celosamente el silencio como espacio que hacemos a Dios en nuestras vidas, es decir, el silencio, pues, es...es ante todo pues, una motivación teológica y es un lugar teológico. Motivación teológica decimos ya que nos mueve, nos motiva, nos impulsa para nosotros, este...relacionarnos con Dios, estarnos en Dios, contemplar a Dios y escuchar a Dios.
2- El silencio, pues, es eso... uno quedarse para que Dios se quede con uno...uno quedarse retirado para que Dios se comunique. La manera más virginal y más pura de Dios hablar al alma, pues, es en el espacio silente que el alma le hace.
3- Y que no consiste la vida espiritual en mucho hablar sino que consiste en mucho amar, en mucho intimar con Dios, en mucho madurar el corazón para que nosotros realmente seamos poseción de él.
4-Solamente las almas de temple son las almas que son silentes y capaces de crearse amplio espacio de silencio en su vida. El que no sabe callar cosa buena se pierde...se pierde precisamente lo más íntimo y lo más sabroso del encuentro de Dios, porque en definitiva la unión mística no es otra cosa sino la comunicación de Dios al alma que silenciosamente le escucha y se le da.
5-Madurar la conciencia para el silencio es madurar el espíritu de Dios. Esa frase, pues, condensa muchísimo...condensa muchísimo. O sea, porque si realmente la conciencia va tomando esa dimensión y esa capacidad de callar...de callar...de callar...esa conciencia va, a la misma vez, tomando la capacidad de amar, de sacrificar, de dar, de olvidar, de perdonar, de ofrecer a la Iglesia, pues, una vida juvenil y lozana.
6- Ojalá realmente nosotros podamos, pues, convertirnos en...en ese silencio donde todo es Dios y...es gozo...y alegría...y paz en él...es santo abandono.
7-Siempre se nos ha presentado, como veremos más adelante, en nuestra vida espiritual, a la Santísima Virgen como la Virgen del silencio, de la contemplación, de la quietud serena y calmada, o sea, que realmente, la Stma. Virgen, pues, es para nosotros como ese espacio amplio de silencio que Dios regaló a los hombres para ahí y desde ahí nosotros escucharle, amarle y gustarle.
8-Todos debemos colaborar a que el silencio sea vivo y contemplativo. El silencio tiene sentido cuando es el silencio que da lugar a la vivencia más íntima y más caliente de Dios...cuando es un silencio vivo,es decir, un silencio que es diálogo con él. Como dice San Juan de la Cruz, “...música callada y soledad sonora”, es decir, música callada, es decir, dentro hay un silencio pero, a la misma vez, hay una música...la música de Dios... “música callada y soledad sonora”, es decir, que estamos solos pero dentro hay sonido de Dios...vibración de Dios, presencia de Dios.
9- Pues esa debe ser la aspiración de nuestro silencio, música callada y soledad sonora en un encuentro con Dios, en un encuentro que llene la vida, un encuentro que la transforme, que la cambie. La prueba de que nuestro silencio es virginal y, a la misma vez, es teológico y fecundo es si realmente en la vida diaria después de ese silencio hay más caridad, hay más amor, hay más entusiasmo, hay más alegría, hay más gozo, hay más deseo de oir “ música callada y soledad sonora” en ese encuentro que cambie la vida y que la transforme.
10-Hay quien habla de los grados de silencio, ¿no?, pero yo les recomiendo, por lo menos, la práctica de tres grados, o sea,primero el grado exterior, es decir, nosotros ser capaces de callar situaciones, nosotros ser capaces de..de no ser gente chabachera ni habladera y cuando hablemos con la gente, pues...pues, siempre motivarlos espiritualmente...tenerles temas espirituales para que la gente se motive y se encienda.
11-También hay que darle gracia porque Dios eso lo quiere y se goza...que tengamos gracejo en el hablar, que tengamos nuestro gusto para envolver a la gente en alegría...gusto santo. Pero el silencio exterior se impone sobretodo a las cosas íntimas de las personas y...y cosas que hemos sabido,
12-Ese silencio hacia las creaturas, es decir, no...no comentar cosas que no...que solamente podemos comentarlas y decirlas a Dios o al director espiritual...es ese grado de silencio exterior, es decir, como un toque virginal en la relación con los laicos, con los seglares y con todas las personas que nos encontramos...como un toque virginal, es decir, comunicamos esa alegría, ese gusto, ese gracejo, ese entusiasmo, pero...no vamos más allá.
13-Luego está el...el silencio...el segundo grado, que viene siendo el silencio físico o material, es decir, ¡señores, acostumbrarnos a callar...acostumbrarnos a callar!, a cerrar la boca, a cerrar los labios, a no moverlos, a dejarlos quietos por espacio ya...un espacio amplio durante el día.
14-Hay que aprender a callar, es una ley sicológica, la sicología humana se explica en la ley de la receptividad y la ley de la comunicabilidad, es decir, el hombre que dice y recibe y para poder recibir hay una libre pasividad y de quietud en el alma, en la sicología, si no, no se recibe, para escuchar a los demás tienes que callarte...tienes que callarte. Pues aprender a callar también.
15-Después el tercer punto, es el silencio virginal, esa virginidad silente donde Dios se comunica al alma y la endiosa, la diviniza...le comunica, pues, su misma vida, su misma vibración, le da su ser...místicamente...le abraza, le quema, es el beso que Dios da al alma...es ese beso que le da al alma.
16- Esa mirada que él da al corazón, al espíritu, al alma, esa mirada enamorada ...divina, llena de su luz, de su encanto, de su hermosura, “...y lléndolos mirando con solo su figura prendidos los dejó de su hermosura”, es decir, con solo mirarlo todo...todo lleno de su hermosura... “...los montes, los collados, los valles...”, todo ha sido tocado por él y por eso todo tiene su hermosura, su encanto, su belleza.
17- Pues así el alma en este tercer grado del silencio...el alma es tocada por él y esa alma se endiosa, se embellece, cambia...y se conoce cuando el alma ha sido tocada por él o cuando está siendo tocada solamente por los gustos o los vicios inmundos de los hombres. Lo más inmundo para el alma, pues, es mezclarse en los vicios y en los placeres de esta tierra...se enlodece. Y lo más bello para el alma es ser capaz de callar para que Dios le hable y la toque.
18-Por eso, este tercer grado que es el silencio que se llama el silencio místico, es decir, el silencio misterioso de Dios que envuelve en su fuego todo nuestro ser. Sinceramente quisiéramos que nosotros, pues, pudiéramos dar ese toque de vida a todas las personas que nos encontramos con ellas...a cada persona que encontramos, pues, darle como un toque de vida, un toque que le comunique la vida sobrenatural, que le comunique a Dios.
19- Y...eso solamente lo podemos hacer si llegamos por gracia de Dios y no se niega que también por parte de nuestra ascesis, aunque ahí en ese plano, es pura gracia. Pero preparamos esa gracia...la preparamos con nuestra ascesis...con nuestra penitencia. Pues si llegamos, pues, a convertir nuestra vida, pues, en una imagen donde él puede hablar y gozar y...gustarnos...gustar de nuestro amor y de nuestra entrega.
20-La gracia mística es, ante todo, la comunión del alma con él y la transformación del alma en una imagen viva y semejante a él. Por consiguiente, pues, solamente así el alma puede entonces, pues, comunicar esa vida de Dios que tanta falta hace a los hombres...tocar el corazón de los hombres y llegar a convertirlos para Dios. Fíjate que los santos...en los santos lo más importante ha sido la capacidad de tocar el corazón y acercarlo a Dios...más allá de los milagros, de los portentos, de los éxtasis, más allá de lo aparatoso y lo extraordinario, está el acercar el