por Sandro Magister
ROMA, 3 de enero de 2011 – El historiador católico Roberto de Mattei ha dado recientemente a los diarios una nueva historia del Concilio Vaticano II que lleva a muchas discusiones, por el método que aplica y las conclusiones.
En cuanto al método, de Mattei se atiene estrictamente a los hechos históricos, al desarrollo del acontecimiento conciliar, porque – sostiene – los documentos del Concilio pueden ser comprendidos y juzgados sólo a la luz de las vicisitudes que los han producido.
En cuanto a las conclusiones, de Mattei saca provecho de la reconstrucción de tales vicisitudes que los documentos del Concilio Vaticano II están efectivamente aquí y allá en contraste con la doctrina anterior. Por eso pide al Papa actual que promueva "un profundo examen" de tales documentos, "para disipar las sombras y las dudas".
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Al detenernos en la reconstrucción histórica llevada a cabo por de Mattei, impresiona el enorme que algunos individuos y grupos han tenido en la determinación del desarrollo del Concilio y en la génesis de sus documentos.
Uno de los más influyentes ha sido seguramente el italiano Giuseppe Dossetti (1919-1996, ver foto), en su calidad de perito del cardenal Giacomo Lercaro, arzobispo de Boloña.
Antes de hacerse monje, Dossetti había estudiado derecho eclesiástico, había militado en la guerra partisana contra los fascistas y los alemanes, había participado en la redacción de la nueva Constitución italiana y había sido un político de primer nivel en el partido que gobernó la Italia de la posguerra, la Democracia Cristiana, donde sobresalía en el dominio de los mecanismos que controlaban las asambleas.
Como perito conciliar, Dossetti usufructuó sus habilidades. El 10 de noviembre de 1962, otro célebre perito, el teólogo dominico Marie-Dominique Chenu, anotó en su diario esta frase de Dossetti: "La batalla eficaz se juega en el procedimiento. Es siempre por esta vía que he vencido".
Su apogeo fue en 1963, en la segunda sesión del Concilio, cuando durante algunos meses Dossetti actuó de hecho como secretario de los cuatro cardenales "moderadores", uno de los cuales era Lercaro, convirtiéndose en el sostén de todo la estructura.
Era él quien debía escribir las cuestiones sobre las que los padres conciliares debían pronunciarse. El 16 de octubre de 1963, cuatro de esas cuestiones – sobre el tema de la colegialidad episcopal – fueron publicadas, inclusive antes de ser entregadas a los padres conciliares, en el diario boloñes "L'Avvenire d'Italia" dirigido por Raniero La Valle, amigo muy íntimo de Dossetti y Lercaro. Irritado, Paolo VI ordinó el retiro de las 3000 copias de este diario, como cada mañana, estaban a punto de ser distribuidas gratuitamente a los padres conciliares.
También luego del Concilio Dossetti siguió ejerciendo una influencia profunda en la cultura católica no sólo italiana.
Es él quien dio vida – con algunos historiadores, seguidores suyos, el primero de los cuales fue Giuseppe Alberigo – a esa interpretación del Vaticano II que hasta el día de hoy ha tenido más fortuna en todo el mundo, condensada en cinco volúmenes de "Storia" traducidos en muchos idiomas.
No sólo eso. Dossetti fue para muchos también un gran inspirador de una visión conjunta teológica y política. Con un fuerte ascendiente entre el clero, entre los obispos y entre los católicos políticamente activos en la izquierda.
Pero mientras su manera de interpretar el Concilio Vaticano II está desde hace algún tiempo sometida a una crítica creciente – especialmente luego del memorable discurso del 22 de diciembre del 2005, dedicado a ello, de Benedicto XVI –, nadie, hasta hace pocas semanas, se había atrevido a poner en duda, con autoridad y en público, la solidez de su visión teológica.
Quien rompió el tabú ha sido el cardenal y teólogo Giacomo Biffi, quien desde 1984 al 2003 fue arzobispo de Boloña, la diócesis de Dossetti.
En la segunda edición de sus "Memorie e digressioni di un italiano cardinale [Memorias y disgresiones de un cardenal italiano]", publicada en el otoño pasado, Biffi le ha dedicado a Dossetti una veintena de páginas lacerantes.
En ellas puso al desnudo las graves insuficiencias de su teología, a partir del modo con el cual él actuó en el Concilio Vaticano II y en las décadas posteriores.
Aquí, a continuación, reproducimos los pasajes salientes de la crítica del cardenal Biffi a Dossetti y a los "dossettianos" de ayer y de hoy.
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LA "TEOLOGÍA" DE DOSSETTI
por Giacomo Biffi, "Memorie", segunda edición, 2010, pp. 485-493 , consultar en
http://chiesa.espresso.repubblica.it/