quarta-feira, 2 de dezembro de 2015

El secreto siempre mayor. Fr. Alberto Enrique Justo O.P.



Algo he de decir de todo ello... Sólo “algo”, desde luego muy poco. Desde hace mucho tiempo yo camino en padecimientos de todo género. Algunos he tratado de eludirlos, otros no. El sufrimiento ha sido, para mí, una escuela constante que me ha llevado al “lugar” donde ahora estoy... Es claro que no se trata de “un” lugar ni de nada. Es esta una cima o un valle, un paraje que se levanta y adquiere dimensiones indescriptibles. Son perspectivas secretas, es el Misterio, es todo eso que no se dice, pero que habita, sin duda, en el corazón.

Yo he oído, una y otra vez, esta Palabra: Mi Padre y Yo vendremos a él y haremos en él morada. Sé que esta promesa, revelación incesante de una realidad cada vez mayor, se cumple –sin duda- por Gracia de Dios. Esta “morada” es templo y es desierto, y es imposible hablar de ella. Lo único que podemos hacer es señalarla. En esto descubrimos la vocación de María, engendrando al Verbo por la Fe en el corazón...

Podemos pues señalar, podemos recordarnos –siempre y cada vez- esta condición que nos transforma y nos hace nuevos. Pero no hemos de abusar de las imágenes. Ahora todo es patrimonio de un silencio que supera cualquier otra instancia...leer...