Al preguntarle si le gustaba la Santa Misa Tradicional, guardó silencio. Después de insistirle varias veces, contestó.
Sírveme a mí como señor (se dirige a un servidor tuteándome con desprecio. Le da coraje que le hable de tu, con autoridad. No tiene autoridad ante el sacerdote, se siente inferior).
Pregunta: En la Santa Misa Tradicional sólo se da culto a Dios.
No te voy a contestar (responde con repugnancia).
Pregunta: ¿Quieres asistir a una Santa Misa Tradicional?
No, no. Eso jamás.
Dirigiéndose a la posesa dijo: A esta no se lo permito. Tengo que ver este cuerpo flagelado y torturado, como flagelé a quien tú sirves (dirigiéndose a un servidor).Esta pobre alma ha escogido un camino equivocado. He pedido a quien tú sirves que yo la pruebe hasta destrozarla (el maligno está bajo las benditas manos de Dios Padre Todopoderoso y no permitirá que jamás haga daño a la posesa).
Pregunta: Nunca podrás destruir la Santa Misa Tradicional.
Te aborrezco. Eres imperfecto en todo. Falto de humildad. Has de aprender mucho (vomitaría de asco, la repugnancia que manifiesta es delirante).
Pregunta: Me tienes rabia.
De aquel accidente saliste ileso, pero no del próximo. (Hace referencia a un accidente gravísimo que tuve hacer treinta y dos años. Dijo esto porque él había provocado aquel accidente, quería matarme, así lo sintió la posesa y me lo comentó. Intenta acobardar al alma, haciendo ver que él puede controlar el tiempo, pero el tiempo es sólo de Dios).
Continúa diciendo, refiriéndose a la posesa:
Lo importante es que estas estúpidas almas sufran, de ello me encargo yo. Es bueno para el alma sufrir.
Se dirige a un servidor: Puedes cambiarte de bando si quieres. Sírveme a mí, el único yo. No tendrás que reparar en tantas idioteces (sólo quiere que se le alabe a él, quiere alabanzas).
Dirigiéndose a la posesa: Si quieres servirme a mi te lo daré todo.
Pregunta: ¿Te gusta la Santa Misa Tradicional?
Como no merece la pena no te voy a contestar. Te voy a esperar. Qué desprecio ante la Santa Misa Tradicional.
Me pregunta él: ¿Les gusta a tus colegas la Misa?
Le contesto: Ha algunos sí.
Responde: Te voy a amargar la existencia. Te vas a apagar como un candil (quiere apagar la luz de la palabra del sacerdote). Sois como abejas atolondradas (no estamos unidos los sacerdotes). No tenéis colmena firme (no hay normas firmes, Magisterio firme en la Iglesia). Os queda mucho tiempo de sufrimiento (a los sacerdotes tradicionales. No es tanto tiempo físico, como lo que se va a sufrir en ese tiempo). No me gusta tu rostro, me es insoportable (ataca el bendito rostro del Señor, porque la mirada del Señor traspasa).
Sigue diciendo:
Escribe sobre mí. Escribe el cara a cara entre el señor, que soy yo, y el lacayo, que eres tú. Sígueme. Me aburres. Eres insoportable.
Pregunta: ¡Viva la Santa Misa Tradicional!
Guarda silencio, y responde:
Da un viva por mí. Asiste a la Misa moderna.
Fueron sus últimas palabras, pero con total desprecio a Dios, y a un servidor como sacerdote.
Padre Juan Manuel Rodríguez de la Rosa
Nota: Las interpretaciones de las palabras del maligno no solamente son de un servidor, de lo que personalmente observaba, sino también de la posesa a quien el Señor se lo hacía sentir. Esta posesión fue únicamente temporal, permitida por Dios, como enseñanza para poder comprobar los límites del maligno, que está sometido siempre a Dios Todopoderoso, y ver la importancia de la confianza del sacerdote en el poder y eficacia de su ministerio sacerdotal.