Al Venerado y Querido Hermano
el Sr. Card. DARÍO CASTRILLÓN HOYOS
En el momento en que Vuestra Eminencia termina el oficio de Presidente de la Pontificia Comisión «Ecclesia Dei», siguiendo las normas emandas en la fecha de hoy con el Motu Proprio “Ecclesiæ Unitatem”, quiero expresar profunda gratitud por el amor y la dedicación que ha puesto en el desempeño de tal oficio.
Recordando los años de su ministerio pastoral, deseo agradecer con Usted al Señor por el bien hecho en el largo y fiel servicio primero a la Iglesia en Colombia, también como Obispo de Pereira y como Arzobispo Metropolitano de Bucaramanga, y en la América Latina, como Secretario y Presidente del Concejo Episcopal Latinoamericano, y finalmente en la Sede Apostólica, llamado por mi venerado Predecesor, el Siervo de Dios Juan Pablo II.
Es, de hecho, delante de mi que ella se ha cumplido, con generoso empeño, también como Pro-Prefecto y Prefecto de la Congregación para el Clero de 1996 a 2006, así como protodiácono del Colegio Cardenalicio, junto con la colaboración ofrecida a diversos Dicasterios de la Curia Romana, participando activamente de las preocupaciones del Pastor de la Iglesia Universal.
En particular, Le expreso mi profunda gratitud por su preciosa actividad desarrollada de 2000 hasta hoy, como Presidente de la Pontificia Comisión «Ecclesia Dei».
La sensibilidad de haber dedicado sin ahorrar ninguna energía en los campos a Usted confiados por el Sumo Pontifice, y la colaboración que, Señor Cardenal, continuará ofreciendo como miembro del Colegio Cardenalicio, llena su animo de gozo y serenidad, como llenan el mio de satisfacción por poder ahora usufructuar su experiencia.
Me es grato, por tanto, dirigirle ahora, Señor Cardenal, el augurio de todo bien y prosperidad en Cristo Jesús, invocando todo deseo de Gracia sobre Su ministerio.
Al confiarle Su Persona a la especial protección de la Santísima Virgen María y de los Apóstoles Pedro y Pablo, de corazón Le imparto, con el auspicio de abundantes recompensas divinas y en prenda de mi fraterna cercanía, la Bendición Apostólica, que voluntariamente extiendo a las personas que Le son cercanas y queridas.
Vaticano, 18 de Julio de 2009.
[firmado]Benedictus PP XVI
fonte:secretum meum mihi