- E senti o espírito inundado por um mistério de luz que é Deus e N´Ele vi e ouvi -A ponta da lança como chama que se desprende, toca o eixo da terra, – Ela estremece: montanhas, cidades, vilas e aldeias com os seus moradores são sepultados. - O mar, os rios e as nuvens saem dos seus limites, transbordam, inundam e arrastam consigo num redemoinho, moradias e gente em número que não se pode contar , é a purificação do mundo pelo pecado em que se mergulha. - O ódio, a ambição provocam a guerra destruidora! - Depois senti no palpitar acelerado do coração e no meu espírito o eco duma voz suave que dizia: – No tempo, uma só Fé, um só Batismo, uma só Igreja, Santa, Católica, Apostólica: - Na eternidade, o Céu! (escreve a irmã Lúcia a 3 de janeiro de 1944, em "O Meu Caminho," I, p. 158 – 160 – Carmelo de Coimbra)
quinta-feira, 16 de julho de 2009
MASTERPLAN PARA DESTRUIR LA IGLESIA :CAMBIAR EL SENTIDO DE LA EUCARISTÍA
Todo el propósito del Masterplan es quitar en los hombres el amor a Dios, porque, razona, al final si no se ama a Dios nadie va a amar al prójimo; el amor al prójimo no puede existir sin una razón, el amor al prójimo es un imposible sin el amor a Dios.
La Eucaristía es lo central del catolicismo, dice el Masterplan, porque es, ¡nada menos! que Cristo Dios hecho pan para hacer a los hombres amor. No se puede quitar de una vez, porque ningún católico lo aceptaría. Pero propone un plan de ataque que es exquisitamente diabólico: Lo primero, quitar lo más posible todo aspecto sagrado de la Eucaristía: Que la gente no se arrodille para recibir la comunión por ejemplo, insistiendo en que es una comida, y hay que hacerla de forma natural, coger la comunión con la mano ayudaría también a quitarle ese sentido misterioso, divino, sagrado... es una comida... pues cogerla con la mano, normalmente, sin que le den a uno de comer... sólo a los niños les ponen la comida en la boca... y que se use pan corriente, sin misterios, que nada suene a sagrado, sino natural, que se coma, que se mastique... que se haga como en la última cena de Cristo.
Esta primera parte está tan bien planteada que convence a cualquiera: Insistir en que se haga como lo hizo Cristo... hacerlo natural... al más bueno convence... pero el fin es tratar de quitarle el sentido sagrado, misterioso, quitarle importancia a la Eucaristía. Lo más importante del Masterplan, y es el segundo punto, es conseguir que Cristo-Dios no sea el centro de la Eucaristía, sino insistir en que la Eucaristía es una confraternidad, es un banquete de comunión de los cristianos, donde se reunen para amarse.
Esta segunda parte es lo esencial, insiste reiteradamente el Masterplan, e indica que es fácil de conseguir: Insistir en el elemento de hermandad, de comunión, de reunión de hermanos... y continúa con ironía diciendo: ¡Dejad que los "hermanos" se reunan y se "amen"; en cuanto les falte Cristo, en cuanto les falte lo sagrado, esos "hermanos" van a terminar por pelearse "hermanadamente"!.
Para conseguir esto esencial el Masterplan propone muchas ideas, además de las ya expuestas: Propone que se eliminen las exposiciones del Santísimo, porque ahí no hay "banquete" de "hermanos". Propone que se hagan las misas y las comuniones en las casas privadas, porque así se quita ese sentido "sagrado", de la Iglesia, a la Eucaristía; no es que se quite de una vez, dice el Masterplan, pero todo eso ayudará a ir quitando el sabor "sagrado" de la Eucaristía, y convertirlo en sólo sabor de reunión de confraternidad.
Propone el Masterplan que se acabe con eso de recibir la comunión fuera de la Misa, insistiendo en que ahí no hay comida de confraternidad.
Querido amigo, si todo esto se parece algo a lo que está pasando en tu ambiente, no creas que es pura casualidad.
El Masterplan ofrece otros mil detalles, que parecen " sin importancia", pero, razona el Masterplan, ayudarán a quitarle el sentido "sagrado" de la Eucaristía: Así propone que no se use patena para distribuir la comunión, porque, explica, hay que decir que si se caen partículas de la Sagrada Hostia, no importa, Dios está en todas partes, al fin y al cabo. Propone que se trabaje en que los fieles lleven Sagradas Hostias a sus casas, para ternerlas en cuadros, o que el padre de familia las distribuya después de las comidas.
Como se puede ver el Masterplan es exquisitamente diabólico, ofrece cosas que parecen razonables, pero que en definitiva no son más que grandes mentiras disfrazadas de piel de verdad.
El objetivo final, en cuanto a la Eucaristía, es tratar de infundir en la mente de las personas que lo importante es amar al prójimo, no comulgar. Divulgar la idea de que hay muchos que comulgan y luego no aman al prójimo... colgar en el cuello de los que comulgan el letrero "hipócritas", pero todo esto poco a poco... con insinuaciones, porque si lo exponemos de frente nadie lo va a creer.
¡Alerta, amigo Alerta!... los hijos del diablo trabajan duro... y bien. De nuevo ¡Alerta!
Pero no todos han sido éxitos para el Masterplan, (?). El Concilio Vaticano II reiteró la extraordinaría importancia de la Eucaristía en más de cien ocasiones, entre ellas dice: "La Eucaristía es el centro de la vida cristiana y de todo apostolado... es el Sacramento especialísimo para creer en el amor a Dios y al prójimo, y dar fruto abundante... La Eucaristía es la fuente y la culminación de todo trabajo de la Iglesia... El Señor nos dejó un compromiso de esperanza y de fuerza para peregrinar en la vida en el Sacramento de la fe, donde elementos naturales se transforman en Su gloriosa Carne y Sangre, proveyéndonos un alimento de solidaria hermandad, y un anticipo del banquete del Cielo".
Tampoco ha tenido éxito en separar a los cristianos de la Eucaristía. Yo veo como cada día más seglares se acercan con devoción a la Eucaristía (?), para así vivir cada día más en Cristo y poder amar más a los hermanos, haciendo eco de las palabras de Cristo: "En verdad, en verdad os digo que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene le vida eterna y yo le resucitaré en el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre está en mí y yo en él".