Benedicto XVI exhorta a los sacerdotes polacos a a «ser hombres de asidua oración y ascesis, para crear en sus vidas un espacio en el que obre Dios»Sábado, 1 may (RV).- Benedicto XVI se ha unido espiritualmente a los obispos, sacerdotes, diáconos y fieles laicos de Polonia, reunidos en el santuario mariano de Jasna Gora, para agradecer a Dios por el don del sacerdocio y pedir la santificación de aquellos que ha elegido para un especial servicio a su pueblo. En una carta enviada al arzobispo Jozef Michalik, con motivo de la peregrinación del clero polaco a Chestochowa, el Papa «en este día, quiere dirigirse a los sacerdotes polacos con un cordial saludo y una palabra de aliento». Queridos hermanos - escribe Benedicto XVI – encomiendo a cada uno de vosotros a Cristo Buen Pastor y rezo para que, viviendo el Año Sacerdotal, adquiráis cada vez más fervor para dar ‘un testimonio evangélico más fuerte e incisivo en el mundo de hoy’ (Carta para la proclamación del Año Sacerdotal). Tras exhortar a los sacerdotes a «ser hombres de asidua oración y ascesis, para crear en sus vidas un espacio en el que obre Dios mismo», el Papa los invita a detenerse «ante el tabernáculo para aprender a escuchar y a perdonar, cuidando al pueblo que les ha sido confiado y edificando la fraternidad sacerdotal». Con el anhelo de que la celebración cotidiana de Por su parte, desde la capital espiritual de Polonia, los participantes en esta peregrinación del clero polaco con motivo del Año Sacerdotal, han enviado un mensaje a Benedicto XVI, agradeciendo asimismo que el Santo Padre haya enviado a su representante, en la persona del cardenal Claudio Hummes, prefecto de Colocan fonte:ecclesia digital |
- E senti o espírito inundado por um mistério de luz que é Deus e N´Ele vi e ouvi -A ponta da lança como chama que se desprende, toca o eixo da terra, – Ela estremece: montanhas, cidades, vilas e aldeias com os seus moradores são sepultados. - O mar, os rios e as nuvens saem dos seus limites, transbordam, inundam e arrastam consigo num redemoinho, moradias e gente em número que não se pode contar , é a purificação do mundo pelo pecado em que se mergulha. - O ódio, a ambição provocam a guerra destruidora! - Depois senti no palpitar acelerado do coração e no meu espírito o eco duma voz suave que dizia: – No tempo, uma só Fé, um só Batismo, uma só Igreja, Santa, Católica, Apostólica: - Na eternidade, o Céu! (escreve a irmã Lúcia a 3 de janeiro de 1944, em "O Meu Caminho," I, p. 158 – 160 – Carmelo de Coimbra)