"Entre 1957 y 2000, el índice de fieles que participan los domingos de la Misa ha descendido del 88% al 20%. En el caso de los jóvenes, el fenómeno és aún más acentuado, en la franja de edad de los 18 a los 34 años, sólo practican el 5% en el año 2000. Prácticamente en todas las diócesis, la edad media de los sacerdotes supera los 70 años. En la archidiócesis de Québec, desde 1997 a 2010, el número de párrocos y de equipos pastorales ha pasado de 166 a 73".
Estos aterradores datos son similares a los de la mayor parte de la actual Cataluña con la diferencia que el porcentaje que iba a Misa los domingos en 1957 en nuestra tierra no creo que fuera tan elevado pese al marco franquista.