Monseñor Charles Pope, sacerdote de la  Archidiócesis de Washington, ha publicado recientemente una experiencia  relacionada con el carácter sobrenatural de la Santa Misa, que  extractamos en este artículo.
"Hace casi 15 años celebraba la Santa Misa solemne, en su Forma Extraordinaria, en la iglesia Old Saint Mary,  aquí en Washington. Cuando algo asombroso estaba a punto de suceder.  Como ustedes saben la Misa latina antigua se celebra ad Orientem (hacia  el Este Litúrgico). Sacerdote y pueblo se orientan en la misma  dirección... Era el momento de la consagración. El sacerdote está  entonces doblado hacia adelante, con sus antebrazos sobre el altar y la  Hostia entre sus dedos.
Dije las venerables palabras de la consagración, en voz baja y distinta: Hoc est enim Corpus meum. Las campanillas sonaban e hice genuflexión.
Entonces, detrás de mi, a la  derecha, oí como una sacudida o crujir de los bancos delanteros. Y un  gemido o gruñido. No sonaba humano, más bien un gruñido de un animal  grande. Me preguntaba, ¿qué es eso?. No podía volverme, pero volví a  pensar ¿qué ha sido eso?.
Pero era el momento de la consagración del cáliz; volví a arquearme y pronuncié con voz baja pero clara: Hic  est enim calix sanguinis mei, novi et æterni testamenti; mysterium  fidei; qui pro vobis et pro multis effundetur in remissionem pecatorum.  Haec quotiescumque feceritis in mei memoriam facietis.
Entonces oí otro sonido, esta  vez un quejido innegable, y alguien gritó: "¡¡Déjame Jesús!!, ¡¿Por qué  me torturas?!"... Entonces las puertas de la iglesia se abrieron y  cerraron violentamente, y se hizo el silencio.
No podía volverme, solo levantar  el cáliz sobre mi cabeza. Pero supe sin ninguna duda que una pobre alma  atormentada por el demonio había encontrado a Jesús en la Eucaristía, y  no podía soportar su presencia verdadera exhibida a todos. Y recordé  las palabras de la Escritura: "También los demonios creen y tiemblan"  (Carta del Apóstol Santiago, 2, 19).
Santiago utilizó estas palabras  para reprender la fe débil de la multitud. Y yo tuve que arrepentirme  también. ¿Por qué un hombre atormentado por el demonio es más consciente  de la presencia verdadera y se asombra más por ella que yo?. Lo movió  en un impulso negativo a correr. ¿Por qué yo no era movido en un  impulso positivo pero igual de intenso? ¿Y los demás fieles que estaban  en los bancos?. 
No dudo que todos  creyéramos intelectualmente en la presencia verdadera. ¡Pero hay algo  muy diferente y maravilloso en ser removido en la profundidad del alma!  Es muy fácil que estemos dormidos en la presencia de lo Divino,  olvidados de la milagrosa e impresionante Presencia a nuestra  disposición.
 ¿Está el señor verdaderamente presente en la eucaristía? ¡Debes creerlo, incluso el demonio lo cree!".

 inundado por um mistério de luz que é Deus   e N´Ele vi e ouvi -A ponta da lança como chama que se desprende, toca o eixo da terra, – Ela estremece: montanhas, cidades, vilas e aldeias com os seus moradores são sepultados. - O mar, os rios e as nuvens saem dos seus limites, transbordam, inundam e arrastam consigo num redemoinho, moradias e gente em número que não se pode contar , é a purificação do mundo pelo pecado em que se mergulha. - O ódio, a ambição provocam a guerra destruidora!  - Depois senti no palpitar acelerado do coração e no meu espírito o eco duma voz suave que dizia: – No tempo, uma só Fé, um só Batismo, uma só Igreja, Santa, Católica, Apostólica: - Na eternidade, o Céu!
inundado por um mistério de luz que é Deus   e N´Ele vi e ouvi -A ponta da lança como chama que se desprende, toca o eixo da terra, – Ela estremece: montanhas, cidades, vilas e aldeias com os seus moradores são sepultados. - O mar, os rios e as nuvens saem dos seus limites, transbordam, inundam e arrastam consigo num redemoinho, moradias e gente em número que não se pode contar , é a purificação do mundo pelo pecado em que se mergulha. - O ódio, a ambição provocam a guerra destruidora!  - Depois senti no palpitar acelerado do coração e no meu espírito o eco duma voz suave que dizia: – No tempo, uma só Fé, um só Batismo, uma só Igreja, Santa, Católica, Apostólica: - Na eternidade, o Céu! 