17
de febrero. Iglesia de Fresne. Yo pensaba en todas Sus Gracias y Le dije:
"Señor, cómo
me
colmas, ¿qué puedo hacer para agradecértelo? Me dijo: "Hazme compañía con más
asiduidad.
No puedes imaginarte lo que es para Mí
que se Me trate como a Amigo íntimo. ¡Es algo tan raro!
Yo gozo del afecto como Hombre que Soy
y lo mismo que a ti, Me gusta que Mis amigos descansen
en Mi Compañía. A Mí, como a ti, Me
gusta ser deseado y que se Me haga depositario de los
secretos. Así pues, búscame y no Me
dejes ir. Dame una compañía fiel y gozosa.
"Esta mañana,
después
de la comunión, pensabas en Mis Miembros dislocados y saludabas Mis
Sufrimientos
indecibles;
y Me llamabas 'Rey de
los
mártires' y estabas cerca de Mí, en Mí. Haz eso mismo en el curso del día. Piensa en las
diversas etapas y momentos de Mi Vida y
quédate ahí cerca. Para Mí el tiempo no existe. ¿Lo
crees?
"Entonces habrás estado en Mí, muy
feliz, como Mis apóstoles, y de esta manera, Mi Vida puede
prolongarse hasta el fin del mundo, en
la vida de todos los hombres. Hija querida,
¿quie-res
prestarme
tu corazón?" Yo: "Señor, quita de él todo lo que Te disgusta."
El: "Seguirás
cometiendo
pequeñas faltas, tendrás desigualdades
que serán para ti motivo de humillación, pero el Amor lo
repara todo. Vuelve a empezar cada vez,
sin fatigarte;
continúa, desarrolla. Nadie se ha
arrepentido nunca de haberme amado mucho. "Habitúate a las
horas de amor, a caminar en amor, a los
descansos de amor. Así llegarás a la muerte de amor.
Ponte
a prueba en los servicios que prestas al prójimo, recordando que el prójmo Soy
Yo. Y el
prójimo
se lleva más de la mitad de tu vida. Trata, hija, de conocer un
poco,
finalmente, el Amor."
24 de febrero de 1944. Iglesia de In-grandes. Yo decía: "¿Cómo podré conocer el
Amor?" El:
"Aplícate a verme en todos los
acontecimientos, grandes y pequeños. Y digo que 'pequeños'
porque son los que forman la trama de
tus días y recibiéndolo todo de Mi Mano, comprenderás
mejor la Solicitud de Dios. ¡Cuán dulce
y amable te va a parecer! Aunque no podrás verla sino
superficialmente. Remón-tate entonces
hasta el Corazón de tu Dios; acuérdate de Sus inmensos
Sufrimientos, que El conoció de
antemano uno por uno y que aceptó y sufrió de antemano.
Sumérgete, cuanto más puedas, en estas
consideraciones y esto avivará la llamita de tu amor.
Confíame tu amor. Cuan-do Yo vivía en
la Tierra, Me llevaban a los débi-les y los enfermos, y tu
amor es enfermo y débil; Yo supe
resucitar. Si creyerais en Mi Poder, ten-dríais las mas grandes
esperanzas. Entonces, cree en el Amor:
esto basta. Si, Yo te ayudaré, pero Me lo has de pedir. Ya
ves
que te digo cómo hacerlo. Te soplo tu papel; aparece pues sin temor en el
escenario del amor.
2
de marzo de 1944. Yo: "¡Mi pobrecito Amor!" El: "Sí, Pobre.
Pobre de vuestros amores,
tan
raros y tan imperfectos. ¡Qué fácil es contar el número de los que en este
momento Me aman
sobre
la Tierra lo suficiente como para dejarlo todo por Mí! Y si considero el número
de los
hombres,
Me siento tan pobre y abandonado como durante Mi Vida mortal: no tengo sino un
pequeño
grupo de íntimos...
"Procura,
hija, venir al socorro de esta Pobreza de Mi Corazón. Trata de compartir y de
proveer. Se
Me conoce tan mal... ¿Cuántos son los
que creen que Soy tierno? ¿Cuántos son los que piensan en
Mi Misericordia? Por eso, tú debes
abandonarte a ti misma y pasar a Mí. Dime que es difícil, pero
que cuentas con Mi Ayuda. Y cuando
cuentas conmigo, es porque ya estoy ahí. Si esperas en Mí,
puedes, llegar a una alta santidad; en
cam-bio, cuando cuentas. con tus propias fuerzas es cuando
vegetas en tu miseria ordinaria. Esta
confianza es un homenaje a Dios y para ti, una prueba de
humildad.
"Dices
bien cuando Me llamas 'tu Pobre Amor...' En la hora de Mi Agonía Me acompañaban
tres de
los
Míos; pero el sueño Me los robó. A la hora de Mi Crucifixión, ya no tenía Yo
sino a uno solo de
Mis
discípulos y, sin embargo, todos Me habían recibido en la Comunión. Tú, sé fiel
y trata de
consolarme.
Colócate entre Mí y ellos y niega al calor de Mi Corazón que incendie al Mundo.
Aguardo
plegarias para obrar conversiones y cambiar los espíritus. No temas orar mucho.
Ora en la
simplicidad
de tu alma, segura de ser escuchada, esperada y amada. Uno se siente siempre más
fuerte cuando sabe que es amado. ¿No es
verdad que esto cambia el lenguaje?
¡Oh, el más bello
Amor!"
6 de marzo, después de la comunión. "Un grado más de Amor, un grado más de
Esperanza
y de Fe, no están a tu alcance por tus solas fuerzas. Pero Yo te lo puedo dar.
Pídem lo
cada
día, por la intercesión del santo de esse día. Hoy se celebra a santa Perpetua
y santa Felicitas,
cuya
prisión viste en Cartago. Por su intercesión, Yo te daré lo que necesitas.
"Los
niños chicos no se desarrollan sino poco a poco y encuentran natural que así
sea. Ten pues
paciencia
con tu debilidad. Tu
cuerpo Me pertenece, cuídalo, porque es Mío. "Haz tu trabajo
porque es Mi Trabajo. Haz descansar a
otros, para hacerme descansar a Mí. Y cuando hables con
el prójimo, reproduce en ello Mi Vida
pública."
9 de marzo, iglesia de Fresne. "Que nada te inquiete nunca, fuera del temor de
ofenderme, Todo está en Mi Mano, pues
Yo Soy el Todopoderoso. No pienses que hay algo
indebido
en que tu atención se dirija solamente a Mí y a lo que se refiere a Mí.
Gobierna tu
imaginación,
para que no se salga de Mis Caminos. Que tus facultades te obedezcan; céntralo
todo en Mí. Toma de Mí aquella fuerza
que Me hizo resistir al hambre en el desierto.
"No te permitas salidas de
independencia; dime seguido que quieres seguir siendo siempre Mi
pequeña servidora. Y Yo te responderé
que ya no eres Mi servidora, sino Mi amiga. Así te
acercarás más a Mí por un simple
esfuerzo de tu intención, en pureza y amor. Te amo y te quiero
cerca.
A ti te toca enderezar con fidelidad tus senderos hacia Mí. Verás que es cosa
sencilla y tu
alma
se sentirá muy gozosa y como una planta que no vive sino del sol, buscarás
siempre Mi
Rostro.
¡Hermoso dúo, que es una pura armonía! Mi Padre escucha; que Le sean dados
todos los
agradecimientos.
"Querida
hija, es mucho lo que puedes aún hacer por Su gloria en el tiempo que te queda
por vivir
antes
de llegar a la Eternidad. Ofrécete al Padre como un instrumento dócil y
manifiéstale tu
deseo
de que se haga en ti su santa Voluntad; háblale de tu impaciencia por el
adveni-miento de
Su
Reino. Con toda la suavidad que hay siempre en los deseos de los niños.. .
"Sé siempre
completamente
sincera; establece tu pensamiento en 'Su Pensamiento'. ¿Qué podría saltarte si
vives
en la amistad del Padre? ¡Oh, la serenidad inmutable del Amor de Dios!"