Concepto de contemplación mística.Demos un paso más en el avanzar de la oración, dejando establecido que todas estas etapas o pasos sucesivos no dependen del hombre, sino de la gratuidad de Dios. Si bien es cierto que no debemos olvidar que la gracia trabaja en el lugar dónde el alma está preparada.
Y como estamos pisando un terreno espiritual es justo que expliquemos nuestra confusión al escribir de estos temas. Así como a un hombre que no conoce una lengua extranjera, le es difícil expresarse en esa lengua, así al hombre le es muy difícil explicar y mucho menos esquematizar lo que son los movimientos del alma, especialmente cuando estos movimientos, como veremos, son provocados por Dios. “Lo que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios preparó para los que le aman” (1Cor. 2, 9).
Partamos de las distintas definiciones que existen de contemplación. Existe aquella contemplación que es producto del intelecto humano, en donde el hombre alcanza el objeto de la contemplación mediante el uso de sus facultades. Se puede contemplar un paisaje y quedamos admirados de su belleza. Así, hemos alcanzado el objeto contemplado, la belleza, a través de nuestras facultades, el sentido de la vista, el oído y la reflexión que sobre esas imágenes y sonidos hayamos hecho en nuestra mente. Puede darse también una contemplación intelectual en donde la mente contempla y llega a su objetivo, el estudio de una materia, un problema matemático y se alcance la contemplación mediante la aplicación de las facultades mentales. Podemos hablar también de una contemplación desde el punto de vista espiritual en donde el objeto puede ser una escena del evangelio, los ejemplos de la vida de Cristo. La mente contempla y se apodera de dichos objetos, pero siempre a través de sus facultades.
Si hiciéramos un resumen diríamos que la contemplación natural es ver un objeto con admiración. Esta contemplación natural puede ser sensitiva, imaginativa o intelectual, dependiendo del objeto que contemplemos.
La contemplación mística es otra cosa. Se trata un don de Dios en donde el hombre participa poco o nada. Lo explicaremos mejor, al describir los distintos tipos de contemplación mística que pueden darse: adquirida o infusa. Para dar una definición, nos ayudaremos de Tanquerey, en la inteligencia que los diferentes términos que él utiliza pueden ser comparables a los de diferentes autores místicos . “La palabra contemplación indica, en sentido propio, un acto simple de vista intelectual, abstrayendo los diversos elementos afectivos o imaginativos que la acompañan; pero cuando el objeto contemplado es bello y amable, el acto se asocia a la admiración y al amor. Por extensión se llama contemplación a la oración que tiene como cualidad especial el predominio de esta mirada simple. En donde no es necesario que este acto dure todo el tiempo de la oración. Basta que sea frecuente y acompañado de afectos. La oración contemplativa se distingue de la oración discursiva porque excluye la multiplicidad de los largos razonamientos. Y a diferencia de la oración afectiva, la contemplación excluye la multiplicidad de actos que cualifican la oración afectiva. Se puede definir la contemplación (mística) como una mirada simple y afectuosa a Dios y a las cosas divinas.”
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