sexta-feira, 29 de janeiro de 2016

El Oasis de Jesús Sacerdotecelebrará solemnemente el 50 aniversario de esta santa institución.Celebrará la misa monseñor Guido Pozzo, secretario de laPontificia Comissio Ecclesia Dei.


El Oasis de Jesús Sacerdote

Singular institución la del OASIS (apócope del nombre más extenso de Oasis de Jesús Sacerdote), que merece una seria exégesis, con ocasión de sus BODAS DE ORO, cuya gran celebración tendrá lugar el 17 de abril a las 11 a. m. Celebrará la misa monseñor Guido Pozzo, secretario de laPontificia Comissio Ecclesia Dei.
Singular institución, digo, porque tiene al sacerdote como destinatario de sus desvelos. Y falta que le hace: tanto cuando la institución del sacerdocio goza de buena salud, que era lo perceptible en el momento en que empieza a gestarse el Oasis en 1960, como cuando está en una crisis evidente, que es la situación actual. No perdamos de vista que el Oasis de Jesús Sacerdote es concebido desde el primer momento como un apostolado en favor de los sacerdotes. La idea es absolutamente genial, porque la gran arma de ese apostolado no es otra que la oración. Pero en su forma más intensa: la que se produce en una comunidad que dentro de la más genuina tradición monástica de la Iglesia, afianza la dedicación exclusiva a la oración mediante la clausura.
El cardenal Martínez Sistach el 12 de septiembre de 2007
Pero no acaba aquí la genialidad de esta gran obra, porque se trata de una comunidad de mujeres, monjas de clausura, cuyo gran quehacer es el ars orandi et celebrandi, con una liturgia conventual genuina, que ya es muy difícil encontrar en todo el orbe católico. Las celebraciones conventuales son efectivamente en latín, y el canto es gregoriano. El afán de “modernidad” ha llevado en efecto a la inmensa mayoría de comunidades religiosas conventuales a arrinconar el latín, y por consiguiente el canto gregoriano, para apuntarse a las lenguas vernáculas con sus distintas fórmulas musicales. Es por ejemplo el caso de Montserrat, donde uno no sabe qué admirar más: si el culto divino, con toda la dignidad monástica, o el resplandeciente culto a la lengua catalana. Montserrat es, en efecto, y con enorme ventaja, la institución y el lugar en que la lengua catalana recibe un culto más cabal.

Es el caso que las monjas del Oasis no sólo rezan por los sacerdotes, sino que además les ofrecen a éstos un refugio de oración, un auténtico oasis, al que pueden acudir cada vez que para descansar de la dura carga de la acción pastoral y para recargar las pilas,  sienten la necesidad de inmersión profunda en la oración. Un auténtico oasis para los sacerdotes que frecuentan el monasterio para unirse al rezo que las monjas hacen por ellos. Es un culto despojado de particularismos y originalidades (tan frecuentes hoy), en que el sacerdote recibe un baño de catolicidad, es decir de universalidad. La única forma de culto en que les es más fácil a todos los católicos del mundo, sean cuales sean su lengua y su cultura, reconocer a la Iglesia como “una”.

Mosén Muñoz, fundador del Oasis, fue uno de los 820 sacerdotes ordenados en el Congreso Eucarístico de Barcelona en 1952, en el estadio de Montjuich. Y le cupo en suerte ser ordenado por su obispo, monseñor Gregorio Modrego Casáus, de feliz recordación. Él fue quien en 1965 aprobó el Oasis de Jesús Sacerdote como Pía Unión. Es el año siguiente, 1966, cuando se crea la primera Comunidad del Oasis con 4 monjas, en una modesta casa del barrio de Horta. Ésa fue la casa cuna que, en 1971  se trasladó a otra casa algo mayor, al barrio contiguo del Guinardó.   

Siguió el largo peregrinar del Oasis, que en 1974 es acogido por el Carmelo de Tiana en el que estuvo hasta 1981, año en que se instalan en su actual ubicación en el término municipal de Dosrius, a tan sólo 30 km. De Barcelona. Allí crean el Monasterio de la Inmaculada, su actual sede, con espacio suficiente, apto para el desarrollo completo de las instalaciones monásticas.
Para el Oasis fue una fecha clave el 29 de junio de 2007, fecha en que Benedicto XVI aprobó las Constituciones del Oasis de Jesús Sacerdote, de vida contemplativa, con lo que la institución pasó a pertenecer a la Comisión Pontificia Ecclesia Dei; con lo que el  Instituto Oasis de Jesús Sacerdote quedó constituido como Monasterio sui iuris.
El Monasterio de la Inmaculada de Dosrius es una obra fecunda. Son 25 religiosas, la gran mayoría muy jóvenes. Y no les faltan las vocaciones. Tanto que en 2013 fundaron una segunda casa, el Monasterio de San José, en Espiel (Córdoba), cuyo obispo recibió al P. Muñoz y a las monjas con los brazos abiertos.
Es de destacar que Mn. Muñoz fue vicario de la parroquia de San Félix Africano, en la que coincidió con Mn. Mariné. Realmente Dios los crió, el Dr. Modrego los consagró y ellos se juntaron. Dos grandes amantes del sacerdocio, con una intensa acción pastoral en pro de los sacerdotes. Mossén Mariné trabajó incansable para fomentar las vocaciones al sacerdocio y la santidad del clero. Mossén Muñoz remó y sigue remando en la misma dirección, pero con un método distinto: dando preferencia a la oración. Por eso funda el Oasis de Jesús Sacerdote, cuya finalidad es “alcanzar de Dios la santificación de los sacerdotes y almas consagradas”.
Recordad: el 17 de abril se celebrará solemnemente el 50 aniversario de esta santa institución.
Cesáreo Marítimo