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El obispo de una comunidad brasileña que celebra la misa antigua (forma litúrgica extraordinaria del Rito Romano, denominada tridentina o de San Pío V) considera que los abusos en la liturgia se deben a la «falta de una seria espiritualidad».
«La Santa Misa atrae por sí, por su sacralidad y su misterio», afirma monseñor Fernando Arêas Rifan, administrador apostólico de la Administración Apostólica Personal San Juan María Vianney.
En esta entrevista concedida a Zenit, el obispo habla, entre otras cosas, de la belleza y de la riqueza de la Misa antigua, cuya facultad de celebrar ha sido extendida por Benedicto XVI a toda la Iglesia con el motu proprio «Summorum Pontificum» del 7 de julio de 2007.
La Administración Apostólica Personal de San Juan María Vianney es una circunscripción eclesiástica equiparada por el derecho a las diócesis e inmediatamente sujeta a la Santa Sede, según el canon 368 y el decreto «Animarum Bonum».
Su fundador fue el obispo Licínio Rangel, quien fue consagrado por tres obispos ordenados ilícitamente por el obispo fallecido Marcel Lefebvre, fundador de la Fraternidad de San Pío X. El carácter cismático de la ordenación rompió la comunión plena con Roma.
Su regreso al seno de la Iglesia católica tuvo lugar el 18 de enero de 2002, en una ceremonia solemne presidida por el representante de Juan Pablo II, el cardenal Darío Castrillón Hoyos, prefecto de la Congregación vaticana para el Clero.LER...