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El Drama del Catolicismo Postconciliar
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| Escrito por Padre Alfonso Gálvez |
| Viernes, 24 de Febrero de 2012 20:36 |
Hay cosas de las que nadie habla ---o al menos, casi nadie---, pero que están ahí. La leyenda del avestruz, que esconde la cabeza para no ver al cazador, es un hecho que anda muy lejos de quedarse en la categoría de fábula en la sociedad moderna. Tal es el caso de la tremenda crisis que está sufriendo el Catolicismo actual: la más grave de su Historia, según el parecer de los que realmente piensan. Sin embargo, no solamente no se habla de ella ---salvo por unos pocos, tenidos por locos por la mayoría---, sino que incluso se quiere hacer creer que la Iglesia atraviesa una época de esplendor y crecimiento. Una prueba más de que la Humanidad actual está gobernada por el Príncipe de este Mundo y Padre de todos los mentirosos, esclarecedores epítetos atribuidos a Satanás y de los que no cabe dudar, por cuanto que proceden de labios del mismo Jesucristo. En cuanto a la Jerarquía de la Iglesia, apenas si alude al tema; a pesar de la desolación que reina por todas partes y que cualquiera que tenga ojos, además de un mínimo de buena voluntad, puede ver y comprobar con toda facilidad. Y así se ha hecho posible que la mayoría de los católicos no se hayan enterado de que prácticamente han dejado de serlo, puesto que practican un Catolicismo, tan alejado del que ha vivido la Iglesia durante veinte siglos, como para que alguien pudiera decir que es distinto. Sin embargo, ya el Papa Pablo VI había dicho que el humo de Satanás se había introducido en la Iglesia. Y aunque no dijo en lo que consistía la humareda, hoy estamos en perfectas condiciones para decirlo y explicarlo. Aunque nuestras voces, como la del Precursor, estén destinadas también a resonar en el desierto. |
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inundado por um mistério de luz que é Deus e N´Ele vi e ouvi -A ponta da lança como chama que se desprende, toca o eixo da terra, – Ela estremece: montanhas, cidades, vilas e aldeias com os seus moradores são sepultados. - O mar, os rios e as nuvens saem dos seus limites, transbordam, inundam e arrastam consigo num redemoinho, moradias e gente em número que não se pode contar , é a purificação do mundo pelo pecado em que se mergulha. - O ódio, a ambição provocam a guerra destruidora! - Depois senti no palpitar acelerado do coração e no meu espírito o eco duma voz suave que dizia: – No tempo, uma só Fé, um só Batismo, uma só Igreja, Santa, Católica, Apostólica: - Na eternidade, o Céu! 
inundado por um mistério de luz que é Deus e N´Ele vi e ouvi -A ponta da lança como chama que se desprende, toca o eixo da terra, – Ela estremece: montanhas, cidades, vilas e aldeias com os seus moradores são sepultados. - O mar, os rios e as nuvens saem dos seus limites, transbordam, inundam e arrastam consigo num redemoinho, moradias e gente em número que não se pode contar , é a purificação do mundo pelo pecado em que se mergulha. - O ódio, a ambição provocam a guerra destruidora! - Depois senti no palpitar acelerado do coração e no meu espírito o eco duma voz suave que dizia: – No tempo, uma só Fé, um só Batismo, uma só Igreja, Santa, Católica, Apostólica: - Na eternidade, o Céu! (escreve a irmã Lúcia a 3 de janeiro de 1944, em "O Meu Caminho," I, p. 158 – 160 – Carmelo de Coimbra)