- E senti o espírito inundado por um mistério de luz que é Deus e N´Ele vi e ouvi -A ponta da lança como chama que se desprende, toca o eixo da terra, – Ela estremece: montanhas, cidades, vilas e aldeias com os seus moradores são sepultados. - O mar, os rios e as nuvens saem dos seus limites, transbordam, inundam e arrastam consigo num redemoinho, moradias e gente em número que não se pode contar , é a purificação do mundo pelo pecado em que se mergulha. - O ódio, a ambição provocam a guerra destruidora! - Depois senti no palpitar acelerado do coração e no meu espírito o eco duma voz suave que dizia: – No tempo, uma só Fé, um só Batismo, uma só Igreja, Santa, Católica, Apostólica: - Na eternidade, o Céu! (escreve a irmã Lúcia a 3 de janeiro de 1944, em "O Meu Caminho," I, p. 158 – 160 – Carmelo de Coimbra)
terça-feira, 19 de maio de 2009
Cardeal José Maria Caro :"El Misterio de la Masonería"
Como la palabra masones quiere decir albañiles y todo en la Masonería se enseña por medio de símbolos o alegorías, el fin de una sociedad de albañiles ha de relacionarse con el oficio que ellos representan. Es corriente en el lenguaje masónico decir que la Masonería se propone construir o restaurar un templo. ¿Cuál es ese templo? El templo de la Naturaleza, en que debe reinar la libertad, la igualdad y la fraternidad , entendidas en sentido masónico; templo en que se enseñe la verdad, la virtud y la moral propias de la Masonería.
La Masonería usa mucho también en sus símbolos y ritos arreos y expresiones militares; habla mucho de guerra a la intolerancia, al fanatismo, a la ignorancia , &c.
Es, pues, una milicia, un ejército que se disciplina y arma contra un enemigo.La Masonería, finalmente, dice que se propone establecer en el mundo una religión nueva, universal y tiene todo lo que puede desearse en materia de ritos y ceremonias relativas a un culto religioso. Es, pues, también, una religión.
Libertad, Igualdad y Fraternidad masónicas.
Según la Masonería, el estado de naturaleza es el estado ideal del hombre; es el estado en que él encuentra y conserva su perfección y su felicidad. Ese estado ha sido destruido por la religión y por la sociedad, por los reyes y por los sacerdotes. Éstos son los que han quitado a los hombres su libertad primitiva, si igualdad y destruido su fraternidad. La Masonería se propone, entonces, devolver al hombre su perfección y felicidad original, su libertad, su igualdad y su fraternidad natural. He dicho que esas palabras hay que entenderlas en el sentido masónico. ¿Cuál es el sentido masónico?
Libertad, para los masones perfectamente iniciados, es la independencia absoluta e ilimitada del hombre; es el desconocimiento de toda ley y de toda autoridad; es la rebelión absoluta. En este sentido, el súbdito, sujeto a su gobernante, no es libre; el hijo, sujeto a su padre, no es libre; la esposa, sujeta a su marido, no es libre; el hombre que vive en sociedad, tampoco es libre. ‘El hombre no es libre si no es dueño soberano de sus pensamientos y de sus actos.
’‘La libertad es idéntica a la soberanía’, dice ‘L’Ere Nouvelle.
’‘No seamos más súbditos, sino soberanos, entonces seremos libres’, dice el H.·. Fleury.
‘Cada hombre es su sacerdote y su rey, su papa y su emperador’, dice el H.·. Potvin.
‘Nos respondemos de nuestros actos sino a nosotros mismos’, dice el H.·. Lacroix (Benoit, F.M. I, 11-13.)
La Igualdad, entendida también el sentido masónico, no comprende sólo la igualdad de naturaleza y de derechos, que son innatos a ella, como lo enseña la filosofía racional, sino que comprende también la igualdad absoluta en toda clase de derechos, sean innatos, sean adquiridos. ‘Los hombres son iguales en derechos:: todos y desde todo punto de vista son de igual condición’, es la síntesis de la doctrina masónica acerca de la igualdad, expresada por León XIII en su Encíclica Humanum Genus.
‘Entre los masones (y un día, gracias a ello, será entre todos los hombres) no hay primero ni último; no hay fuertes ni débiles, ni grandes ni pequeños, no hay sino hermanos, todos iguales y todos queriendo serlo’ ( Précis Hist. De l’Ordre de la Franc. Mas., Benoit, F. M. I, 12.)
La Fraternidad en el sentido masónico, no envuelve solamente nuestra comunidad de origen, que nos hace clamar ‘ Padre Nuestro que estás en los cielos’, sino la supresión de toda desigualdad, de toda distinción de derechos, de modo que no ha de haber sino una sola familia universal, no familias particulares, como ahora; no ha de haber sino una sola nación, no naciones particulares; una sola Iglesia: y esa sola familia, y esa sola nación, y esa sola iglesia, es la humanidad.
Fuera de ese sentido, en la Masonería se da también a la fraternidad el sentido religioso restringido al socorro mutuo entre los hermanos masones, como en toda otra sociedad de socorros mutuos, eso sí que llevada a extremos inaceptables, como veremos después, con el favor de Dios.
Además, para ciertos iniciados, esa palabra fraternidad tiene otro sentido más secreto y abominable, como lo tenía la ‘caridad’ para los antiguos gnósticos, las costumbres licenciosas, la asociación para los placeres sensuales, &c. Eso hizo decir al papa Gregorio XVI en la Encíclica en que condenaba la Masonería, que ‘todo lo que ha habido de más sacrílego, blasfemo y vergonzoso en las herejías y en las sectas más criminales, se ha juntado en las sociedades secretas como en una sentina universal de todas las infamias’ (Enc. Mirari Vos.)
Para edificar ese templo es menester destruir toda autoridad, toda jerarquía, toda familia, toda religión.
¿Contra quiénes combate la Masonería?
Se comprende desde luego contra qué se disciplina y se arma el ejército de la Masonería: tiene por delante la sociedad civil, con la autoridad que la sostiene y gobierna; tiene la sociedad religiosa, especialmente la Iglesia católica, que es el baluarte más firme opuesto a la destrucción de las creencias cristianas; tiene la familia, sobre todo la familia cristiana, centro de virtud opuesto a la licencia de costumbres; tiene la propiedad, opuesta también a la igualdad y fraternidad masónicas.
¿Cuál es el Dios de la Masonería.
¿Cuál es el objeto del culto masónico? ¿Cuál es el dios que adora la religión nueva y universal de la Masonería? ¿Es Dios, el Supremo Arquitecto del Universo, como lo han llamado? ¿Es la Naturaleza, con la cual muchos identifican a ese Dios? ¿Es el hombre, en el cual se realiza con mayor perfección esa identidad? ¿Es el sol, como símbolo más perfecto del poder de la naturaleza? ¿Es Satanás, tenido por los masones como el Dios bueno? Sí, todo eso es; pero eso no lo saben todos ni lo practican todos conscientemente. Por ahora me contentaré sólo con presentar este resumen; después dedicaré un artículo especial para tratar de la Masonería como religión. El que quiera más amplios detalles, puede consultar las obras que he indicado al principio, sobre todo la de Benoit y la de Serra y Caussa.
El fin supremo de la Masonería.
Suele señalarse también como fin de la Masonería el predominio político de la secta, y a juzgar por las actividades que se despliegan en el campo político, como luego se verá, podría creerse que ése es su anhelo predominante; pero en realidad, y bien mirados sus aspectos, eso no es ni puede ser otra cosa que el medio más poderoso y seguro de realizar el plan de la Masonería.
Hay quien cree que el fin de la masonería es establecer el predominio judío en el mundo, y no faltan buenas razones que pueden persuadirlo y llegan a hacer dudar si la acción judía, por medio de la Masonería, es lo predominante en esta institución, y, por consiguiente, todo lo demás no es sino medio para llegar a establecer el universal dominio de la raza judía con más rapidez y seguridad, o bien al revés, si la acción judía no es más que un auxiliar de la Masonería para conseguir realizar sus designios de anarquía y destrucción universal y tras de ésta, la adoración de Satanás, inspirador de esa obra de rebelión y de anarquía.
Por ahora baste este esbozo acerca del fin; el estudio que sigue irá haciendo ver la verdad de lo que en este artículo se ha expresado. Eso sí, quiero una vez más prevenir a los lectores que la generalidad de los masones ignora en absoluto cuánto se ha dicho acerca de los fines manifiestamente perversos que persigue la institución a que pertenecen. La probidad, la seriedad y honorabilidad de muchos es manifiesta prueba de que lo ignoran. Si lo supieran, y a pesar de saberlo, permanecieran en la Masonería, estarían muy lejos de ser lo que son, y habría que admitir en ellos una hipocresía incompatible con todo su modo de obrar.
Fonte:devoción católica