sexta-feira, 27 de junho de 2014

FIESTA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. Devoción al Corazón de Cristo


  

La Sagrada Eucaristía corona todos los dones del Sagrado Corazón de Jesús a los hombres; por eso la Iglesia nos invita hoy, después de la Octava del Corpus Christi, a considerar el amor del Corazón de Cristo, fuente y motivo de todo don.
En efecto, la Fiesta del Sagrado Corazón de Cristo es la fiesta de su amor hacia nosotros: He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres, dijo a Santa Margarita María.
La Iglesia, en la Santa Liturgia, nos muestra que, en el Corazón de Cristo, herido por nuestros pecados, Dios se ha dignado misericordiosamente darnos infinitos tesoros de amor, como dice la Colecta de la Misa.
Los textos litúrgicos de hoy son como una reseña de los inmensos beneficios que se derivan del amor de Cristo y un himno de alabanza a su amor.
Cogitationes Cordis ejus, canta el Introito de la Misa…
Los designios de su Corazón permanecen de generación en generación; arrebatan las almas a la muerte y las alimentan en tiempo de carestía.
El Corazón de Jesús anda siempre en busca de almas que salvar, que soltar de los lazos del pecado, que lavar con su Sangre y que alimentar con su Cuerpo.
El Corazón de Jesús está siempre vivo en la Eucaristía, para saciar el hambre de los que le ansían, para acoger y consolar a cuantos, abatidos por las amarguras de la vida, se refugian en Él en busca de paz y alivio.
Y Jesús mismo nos sostiene en las asperezas del camino: Cargad sobre vosotros mi yugo y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallareis descanso para vuestras almas.
Es cierto que es imposible eliminar el dolor de la vida; pero, en cambio es posible, a quien vive por Jesús, sufrir en paz y encontrar en su Corazón el reposo del alma cansada. Sigue leyendo
 
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Devoción al Corazón de Cristo (I)





Deberíamos plantearnos hoy una serie de preguntas que nos ayuden a comprender y vivir mejor esta devoción absolutamente cristológica y de raigambre teologal. Y las preguntas, que luego iremos respondiendo para recibir luz, serán cinco:

¿Por qué hay una urgencia en la Iglesia para revitalizar la verdadera devoción al Corazón de Cristo?
¿Cuál es el núcleo de la devoción al Corazón de Jesús?
¿Qué valores encierra esta devoción?
¿Cuáles son las aplicaciones prácticas de esta devoción?
¿Cómo vivir esta devoción?

Primera pregunta: ¿Por qué hay una urgencia en la Iglesia para revitalizar la verdadera devoción al Corazón de Cristo?

Aunque esta devoción ha pasado por alguna que otra crisis cuando se confundió con una devoción más, mezclada con aspectos excesivamente sentimentales, y vinculando esta devoción a una imagen concreta, una iconografía, que poco reflejaba su contenido profundo, hoy es urgente recuperar el contenido preciso, exacto, evangélico, espiritual y social que tiene el culto al Corazón de Jesucristo.

Y es que “sigue siendo siempre actual la tarea de los cristianos de continuar profundizando en su relación con el Corazón de Jesús para reavivar en sí mismos la fe en el amor salvífico de Dios, acogiéndolo cada vez mejor en su vida” (Benedicto XVI, Carta al Prepósito General de la Compañía de Jesús con motivo del 50º aniversario de la Encíclica Hauretis aquas, 15-mayo-2006). En la medida en que revitalicemos esta devoción al Corazón de Cristo, reavivaremos nuestra fe –tantas veces lánguida, mortecina, medio apagada por tantos combates y tantos cansancios, tan atacada y denostada- en el amor salvífico de Dios: reavivaremos nuestra fe sabiéndonos profundamente amados por Dios, acogidos por Dios, y recibiendo su Amor en nuestras vidas, transformando la existencia, dejándonos inundar por la corriente vivificadora de su Amor. ¡¡Sólo el Amor de Dios puede transformar el corazón, cambiar nuestro corazón de piedra, incapaz de amar, en un corazón de carne, como el de Jesucristo!!

La segunda pregunta: ¿Cuál es el núcleo de la devoción al Corazón de Jesús?