sábado, 10 de abril de 2010

Un obispo estadounidense ordena que el sagrario vuelva al centro de todas las parroquias y capillas de su diócesis en un plazo de cinco años



09/04/10 Según informa La buhardilla de Jerónimo, el obispo estadounidense de Peoria, monseñor Daniel R. Jenny, ha ordenado que, en un plazo de cinco años, el sagrario deberá estar en el centro de todas las parroquias y capillas de la diócesis. Por su interés, reproducimos a continuación la traducción en español de la carta enviada a todos los sacerdotes, diáconos, religiosos y fieles de su diócesis. Es ésta:

Queridos sacerdotes, diáconos, religiosos y fieles de Peoria:

La Misa, por supuesto, es nuestro acto de culto más importante – la misma fuente y cumbre de todo lo que hacemos como Iglesia. Una profunda reverencia hacia el Sacramento reservado está intrínsecamente relacionada con la Liturgia Eucarística.

El Sacramento reservado debe, por lo tanto, ser tratado con el mayor respeto posible porque, en todo tiempo, al Santísimo Sacramento en el Tabernáculo, como en la Liturgia Eucarística, se le debe dar el culto llamado “latría”, que es la adoración dada al Dios Todopoderoso. Este deliberado honor es incomparablemente mayor que la reverencia que damos a los sacramentales, las imágenes sagradas, el baptisterio, los Santos Óleos, o el Cirio pascual. El Sacramento es reservado no sólo para que la Eucaristía pueda ser llevada a los moribundos o a los que no pueden asistir a Misa sino también como el corazón y el lugar de la oración y devoción de una parroquia.

En nuestra tradición católica tenemos un número de ritos con los que rodeamos el Tabernáculo. Cuando entramos o salimos de la Iglesia nos signamos con agua bendita, hacemos genuflexión hacia el Tabernáculo, nos preparamos para la Misa o damos gracias después de la Misa, concientemente en la presencia del Santísimo Sacramento. En las oraciones y devociones, durante la Liturgia de las Horas, en cualquier oración privada que tiene lugar en una Iglesia católica, oramos verdaderamente ante Cristo Resucitado sustancial y realmente presente en el Sacramento reservado en el Tabernáculo.

Estas convicciones católicas centrales y sus ramificaciones arquitectónicas han sido recientemente afirmadas por muchos obispos en los Estados Unidos. Como obispo de esta diócesis, estoy también convencido que el lugar donde ubicamos el Tabernáculo – y nuestra reverencia ritual hacia el Sacramento reservado – es tan importante para la continua catequesis eucarística como lo es toda nuestra predicación y enseñanza. Con Jesús verdaderamente Presente en el Santísimo Sacramento en el centro físico de nuestros lugares de culto, ¿cómo no va Él a transformarse más firmemente en el centro de nuestra vida espiritual?

Después de consultar con mi consejo presbiteral, pido, por tanto, que en aquellas pocas iglesias parroquiales y capillas donde el Tabernáculo no está en el centro en la parte posterior del santuario, que estos espacios sean rediseñados de tal forma que el Sacramento reservado quede ubicado en el centro. En algunos casos, este cambio puede ser fácilmente logrado, pero dadas las limitaciones financieras y de diseño, los planes para el rediseño pueden ser enviados a la oficina de Culto Divino en cualquier momento de los próximos cinco años. Las comunidades monásticas cuyas capillas están abiertas a los fieles como oratorios semipúblicos pueden también pedir una dispensa de esta regulación general según las normas de su tradición litúrgica particular. Pueden existir también capillas muy pequeñas en las que el cambio podría ser imposible. Estos pedidos deberán ser enviados por escrito a mi oficina.

Quisiera recordar a todos en nuestra diócesis que en la Misa, en conformidad con la Instrucción General del Misal Romano, el Tabernáculo debe ser reverenciado sólo al comienzo y al final de la liturgia, o cuando el Sacramento es tomado de o llevado nuevamente al Tabernáculo. En todos los demás momentos de la liturgia ha de reverenciarse al Altar del Sacrificio.

Es mi convicción que la Liturgia Eucarística y la devoción eucarística no están nunca en competición la una con la otra, sino que informan y fortalecen nuestro culto y reverencia. Que todos en nuestra diócesis crecamos en un mayor amor y aprecio por el don de la Eucaristía.

Sinceramente en Cristo,
Rev. Daniel R. Jenky, C.S.C.
Obispo de Peoria
fonte:sector católico