quarta-feira, 27 de agosto de 2014

Según monseñor Schneider, la práctica que hoy conocemos de la comunión en la mano nació en el siglo XVII entre los calvinistas, que no creían en la presencia real de Jesucristo en la eucaristía.


«La comunión en la mano no tiene nada que ver con la Iglesia primitiva, es de origen calvinista»




La práctica que hoy conocemos de la comunión en la mano nació en el siglo XVII entre los calvinistas

«Ni Lutero lo habría hecho»

«La comunión en la mano no tiene nada que ver con la Iglesia primitiva, es de origen calvinista»

Athanasius Schneider, experto en Patrística y obispo auxiliar en Kazajistán, explicó en una emisora de Radio María cómo se comulgaba entonces.
Actualizado 13 agosto 2011
C.L./ReL

Athanasius Schneider
Athanasius Schneider tiene 50 años, es ucraniano y desde 2006 ha ejercido como obispo auxiliar en dos diócesis de Kazajistán, una ex república soviética con un 26% de población cristiana, mayoritariamente ortodoxa pero con una pujante comunidad católica.
Recientemente, monseñor Schneider, que es experto en Patrística e Iglesia primitiva, explicó en la emisora de Radio María en el sur del Tirol las diferencias entre la forma de comulgar en la Iglesia primitiva y la actual práctica de la comunión en la mano.
Según afirmó, esta costumbre es “completamente nueva” tras el Concilio Vaticano II y no hunde sus raíces en los tiempos de los primeros cristianos, como se ha sostenido con frecuencia.
En la Iglesia primitiva había que purificar las manos antes y después del rito, y la mano estaba cubierta con un corporal, de donde se tomaba la forma directamente con la lengua: “Era más una comunión en la boca que en la mano”, afirmó Schneider. De hecho, tras sumir la Sagrada Hostia el fiel debía recoger de la mano con la lengua cualquier mínima partícula consagrada. Un diácono supervisaba esta operación.
Jamás se tocaba con los dedos“El gesto de la comunión en la mano tal como lo conocemos hoy era completamente desconocido” entre los primeros cristianos.
Origen calvinista
Aun así, se abandonó aquel rito por la administración directa del sacerdote en la boca, un cambio que tuvo lugar “instintiva y pacíficamente” en toda la Iglesia. A partir del siglo V, en Oriente, y en Occidente un poco después. El Papa San Gregorio Magno en el siglo VII ya lo hacía así, y los sínodos franceses y españoles de los siglos VIII y IX sancionaban a quien tocase la Sagrada Forma.
Según monseñor Schneider, la práctica que hoy conocemos de la comunión en la mano nació en el siglo XVII entre los calvinistas, que no creían en la presencia real de Jesucristo en la eucaristía“Ni Lutero”, que sí creía en ella aunque no en la transustanciación, “lo habría hecho”, dijo el obispo kazajo: “De hecho, hasta hace relativamente poco los luteranos comulgaban de rodillas y en la boca, y todavía hoy algunos lo hacen así en los países escandinavos”.

Juan Calvino (1509-1564)

Un poco acerca del Calvinismo y Calvino:

Calvinismo es el nombre (introducido por los luteranos contra la voluntad de Calvino) de aquella forma de -> protestantismo que directa o indirectamente tiene su origen en la obra reformadora de Juan Calvino (1509-1564). Tiene sus raíces en el humanismo francés y suizo de principios del s. xvi y, por tanto, no es simplemente una desviación del luteranismo, por muy verdad que sea que «las doctrinas fundamentales de Lutero son también las de Calvino» (E. TROELTSCH, Die Soxiallehren der christlichen Kirchen und Gruppen, T 1922, p. 610).
La influencia de Bucero, Melanchton y Bullinger sobre Calvino modificó también el c. La «conversión» de Calvino (entre 1530 y 1533) se debió a la lectura de la Biblia, especialmente a la lectura del AT. Él la leyó como palabra de Dios pronunciada directamente para él y la tomó como única fuente y norma de la fe cristiana.
Este principio de que la Escritura no sólo es la única fuente sino también la única norma, de manera que el creyente, para conseguir una seguridad sobre el contenido de la revelación, no necesita una interpretación infalible por parte de la Iglesia, es la base de toda la -> reforma. En este sentido el c. se consideraba a sí mismo en primer lugar como la iglesia reformada según la palabra de Dios, que todo cristiano podía corregir a la luz de la Escritura.  La intención de fundar una Iglesia nueva estuvo tan lejos de la mente de Calvino como de la mente de Lutero. La preocupación más seria de Calvino fue la de garantizar la transcendencia de la revelación de Dios, de la cual el hombre no puede participar más que por la gracia.
Esta intención básica no contradice en modo alguno a la doctrina católica. Sin embargo, la crítica que Calvino hizo de la Iglesia católica de Roma no sólo pretendía eliminar muchos abusos realmente existentes, sino también modificar esencialmente toda la estructura y la función de la Iglesia. El fundamento de esta crítica radical está en el hecho de que Calvino rechaza una mediación de la salvación, en la cual la Iglesia misma -por la fuerza del Espíritu Santo que la vivifica- actuara como instrumento sobrenaturalmente eficaz.

Doctrina y ulterior actividad reformadora de CaIvino

Frente a la Iglesia católica romana, Calvino fundamenta en su cristología la negación del papado y de la Iglesia como medio de salvación sobrenaturalmente eficaz. Según Calvino, Cristo es el Hijo de Dios, hecho hombre para, en cuanto mediador, reconciliar a los predestinados con Dios. Como mediador, Cristo, después de su ascensión a los cielos, envió al Espíritu Santo para otorgar en vida su plenitud, pero únicamente a los predestinados, los frutos de su mediación cumplida. Calvino cree que el cuerpo glorificado de Cristo continúa sometido a las leyes de la limitación espacial de este eón antiguo (CR 37, 169; cf. tambiénInst. iv, 17, 12). Por esto, acentúa que el cuerpo glorificado de Cristo está localmente en el cielo y que la Iglesia visible-invisible de los hombres pecadores se halla en la tierra. Sólo la «fuerza del Espíritu Santo» salva esta separación que durará hasta el día del juicio. Para Calvino, esa «fuerza del Espíritu Santo» no crea una relación ontológica con el Señor glorificado, en virtud de la cual él estaría presente y actuaría en su Iglesia (que es lo que enseña la Iglesia católica). En Calvino se trata de la unión, lograda por la virtud del Espíritu Santo, con la fuerza del cuerpo glorificado de Cristo; a través de esta unión Cristo ejerce su dominio sobre la Iglesia (Inst. ii, 15, 3; también CR 73, 568; 43, 723). Por tanto, también se comprende que para Calvino la presencia de Cristo en la eucaristía se produzca sólo a través de su fuerza, y no a través de su mismo cuerpo glorificado (Inst.iv, 17, 26; también CR 73, 695; 75, 364). Las fuertes expresiones de Calvino acerca de la comunidad con Cristo deben ser entendidas siempre dentro de estos límites.
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¿Cómo se debe recibir la comunión?


En la pintura San Jerónimo recibe la sagrada forma en la boca, a pesar de ser sacerdote, como muestra de adoración por la Hostia Sagrada.

La última comunión de San José de Calasanz -Francisco de Goya. Iglesia Colegio Escolapios de San Antón Madrid.

La Sagrada Forma, es el Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo y como tal SE DEBE ADORAR, por tal motivo es un sacrilegio el manoseo de la Hostia por manos indignas.

Tomado de: