Desde el inicio de su pontificado el papa Francisco ha buscado un giro copernicano no sólo en la vida de la Iglesia, sino en la vivencia de la fe. Desde un subjetivismo camuflado en misericordia, Bergoglio ha izado a lo más alto de la Iglesia un equipo de leales que tienen en común la capacidad de destrucción subrepticia de la doctrina. Francisco no se ha servido nunca de declaraciones directas sino de construcciones lingüísticas en las que late una continua invitación a abandonar los rigorismos dogmáticos para abrirse a la realidad moderna, pero todo en una clave moralista en la que se apela a la subjetividad del oyente. Motivo por el cual ni se perciben enfrentadas las verdades doctrinales ni se apela a ellas para establecer un suelo desde el que juzgar el mensaje. Tal moralismo en el lenguaje, acompañado de gestos existenciales en el mismo Papa, son el campo abonado para la siembra del giro copernicano que se pretende. Y en esa estrategia el Sínodo Extraordinario de octubre de 2014 se quiso como la primera y fundamental piedra en esa demolición, pero no está tan claro que lo hayan conseguido. leer...
- E senti o espírito inundado por um mistério de luz que é Deus e N´Ele vi e ouvi -A ponta da lança como chama que se desprende, toca o eixo da terra, – Ela estremece: montanhas, cidades, vilas e aldeias com os seus moradores são sepultados. - O mar, os rios e as nuvens saem dos seus limites, transbordam, inundam e arrastam consigo num redemoinho, moradias e gente em número que não se pode contar , é a purificação do mundo pelo pecado em que se mergulha. - O ódio, a ambição provocam a guerra destruidora! - Depois senti no palpitar acelerado do coração e no meu espírito o eco duma voz suave que dizia: – No tempo, uma só Fé, um só Batismo, uma só Igreja, Santa, Católica, Apostólica: - Na eternidade, o Céu! (escreve a irmã Lúcia a 3 de janeiro de 1944, em "O Meu Caminho," I, p. 158 – 160 – Carmelo de Coimbra)