quinta-feira, 30 de setembro de 2010

Venerable Pio XII : el culto divino pertenece no solamente al individuo, sino también a la colectividad humana, y por lo tanto, es necesario que sea social, lo que es imposible, incluso en el terreno religioso, sin vínculos y manifestaciones externas. Por último, es un medio que pone de relieve la unidad del Cuerpo místico, acrecienta sus santos entusiasmos, aumenta sus fuerzas e intensifica su acción, «si bien, en efecto, las ceremonias en sí mismas no contengan ninguna perfección o santidad, no obstante son actos externos de religión que, como signos, estimulan el alma a la veneración de las Cosas sagradas, elevan la mente a la realidad sobrenatural, nutren la piedad, fomentan la caridad, aumentan la fe, robustecen la devoción, instruyen aun a los más sencillos, adornan el culto de Dios, conservan la religión y distinguen a los verdaderos de los falsos cristianos y de los heterodoxos .

 "Mediator Dei"
Sobre la Sagrada Liturgia
20 de noviembre de 1947


La Liturgia, culto interno y externo

A) EXTERNO

33. Todo el culto que la Iglesia rinde a Dios debe ser interno y externo. Es externo, porque así lo reclama la naturaleza del hombre, compuesto de alma y cuerpo; porque Dios ha dispuesto que «conociéndolo por medio de las cosas visibles, seamos atraídos al amor de las cosas invisibles» (4). Además, todo lo que sale del alma es expresado naturalmente con los sentidos; y el culto divino pertenece no solamente al individuo, sino también a la colectividad humana, y por lo tanto, es necesario que sea social, lo que es imposible, incluso en el terreno religioso, sin vínculos y manifestaciones externas. Por último, es un medio que pone de relieve la unidad del Cuerpo místico, acrecienta sus santos entusiasmos, aumenta sus fuerzas e intensifica su acción, «si bien, en efecto, las ceremonias en sí mismas no contengan ninguna perfección o santidad, no obstante son actos externos de religión que, como signos, estimulan el alma a la veneración de las Cosas sagradas, elevan la mente a la realidad sobrenatural, nutren la piedad, fomentan la caridad, aumentan la fe, robustecen la devoción, instruyen aun a los más sencillos, adornan el culto de Dios, conservan la religión y distinguen a los verdaderos de los falsos cristianos y de los heterodoxos (5)».

B) INTERNO

1) Es elemento esencial.

34. Pero el elemento esencial del culto debe ser el interno: es necesario, en efecto, vivir siempre en Cristo, dedicarse por entero a El, a fin de que en El y por El se dé gloria al Padre.

2) Así lo exigen la Liturgia, Cristo y la Iglesia.

35. La Sagrada Liturgia exige que estos dos elementos estén íntimamente unidos, lo que no se cansa dé repetir cada vez que prescribe un acto externo del culto. Así, por ejemplo, a propósito del ayuno nos exhorta: «A fin de que lo que nuestra observancia profesa exteriormente se obre de hecho en nuestro interior» (6). De otra forma la religión se convierte en un ritualismo sin fundamento y sin sentido.

36. Vosotros sabéis, Venerables Hermanos, que el divino Maestro considera indignos del templo sagrado y expulsa de él a aquellos que creen honrar a Dios sólo con el sonido de frases bien construidas y con posturas teatrales, y están convencidos de poder proveer a su eterna salvación sin desarraigar de su alma sus inveterados vicios.

37. La Iglesia, por tanto, quiere que todos los fieles se postren a los pies del Redentor para profesarle su amor y su veneración; quiere que las multitudes, como los niños que salieron con gozosas aclamaciones al encuentro de Cristo cuando entraba en Jerusalén, saluden y acompañen, al Rey de reyes y al Sumo Autor de todas las cosas buenas con el canto de gloria y la acción de gracias; quiere que en sus labios haya plegarias, bien sean de súplica, bien de alegría y gratitud, con las cuales, lo mismo que los Apóstoles junto al lago de Tiberíades, puedan experimentar la ayuda de su misericordia y de su potencia, o como Pedro en el monte Tabor, se abandonen a Dios en los místicos transportes de la contemplación.