Francisco destruye a los F. de la Inmaculada
Padre Volpi,
tirano progresista
Se pide su destitución
Lamentamos constatar que nuestra "profecía"
sobre lo que iba a significar la intervención a los Frailes Franciscanos de la
Inmaculada, se está cumpliendo acabadamente.
Al respecto recordamos un post publicado el año pasado, en el que subtitulamos "El Modernismo exige a los monjes que paguen su propia destrucción", comentando la parte del decreto de intervención que los obliga a pagar los gastos efectuado por el Comisario Pontificio.
Pero no se vayan a creer nuestros lectores que
reivindicamos dotes proféticas, no. Son deducciones que se basan en conocer lo
que Bergoglio fue capaz de inflingir a unas monjas de Buenos Aires, cuya
congregación fue fundada por la Madre Antula hace ya siglos y ahora, por obra y
gracia del ex cardenal, ha dejado prácticamente de existir.
Por eso nos parece un tanto ingenua la acción
que llevan adelante laicos amigos de los Frailes Franciscanos, quienes invitan a
firmar un pedido, que será luego elevado a la Santa Sede, para que el Comisario
designado por Francisco sea relevado de su puesto.
No obstante lo cual sugerimos que nuestros
lectores adhieran al mismo, luego de leer la carta de invitación del Prof.
Roberto de Mattei, porque hay que agotar los resquicios legales, y nunca se sabe
cuáles serán los designios de la Providencia.
Como prueba de la sintonía de pensamiento entre
Francisco y el Comisario Volpi, véase que en
una carta que éste acaba de enviar a los Frailes, anunciándoles que cerrará
el seminario, prohibiéndoles las ordenaciones, y pidiéndoles un juramento
modernista de fidelidad al Novus Ordo, recuerda el artículo 94 de la fatal
Evangelii Gaudium, por el cual el Papa reitera su conocida arenga contra
los tradicionalistas, escondida bajo las formas de una condena a lo que él llamó
hasta el hartazgo neopelagianismo.
Es decir, combatir la tradición haciendo
referencia a que "ser inquebrantablemente fieles a cierto estilo católico
propio del pasado" es narcisismo autoritario que impide a los demás el
acceso a la gracia.
Esta forma de establecer un clishe condenatorio
equivale, salvando las distancias, a la que ha forjado el poder mundial para
condenar por antisemita a todo el que mencione algún problema que involucre a
los judíos.
Así por ejemplo, será tan antisemita el que se oponga a la celebración de una liturgia judeocristiana en la Catedral de Buenos Aires, como narcisista neopelagiano quien manifieste su adhesión inquebrantable a la misa tradicional.
Después de leer esta carta, y si el Comisario Volpi no es echado de su cargo inmediatamente, quedará claro que, mientras Francisco seduce al mundo hablando, oportuna e inoportunamente, del perdón, la misericordia y el buen trato, Bergoglio sigue siendo el que fue y está destrozando el Instituto de los Frailes Franciscanos de la Inmaculada, como estaba previsto desde el principio.
Copiamos abajo la carta que el profesor Roberto de Mattei ha publicado como invitación a sumarse al petitorio, en traducción de Tradición Digital, que incluye el enlace para la firma del mismo.
Así por ejemplo, será tan antisemita el que se oponga a la celebración de una liturgia judeocristiana en la Catedral de Buenos Aires, como narcisista neopelagiano quien manifieste su adhesión inquebrantable a la misa tradicional.
Después de leer esta carta, y si el Comisario Volpi no es echado de su cargo inmediatamente, quedará claro que, mientras Francisco seduce al mundo hablando, oportuna e inoportunamente, del perdón, la misericordia y el buen trato, Bergoglio sigue siendo el que fue y está destrozando el Instituto de los Frailes Franciscanos de la Inmaculada, como estaba previsto desde el principio.
Copiamos abajo la carta que el profesor Roberto de Mattei ha publicado como invitación a sumarse al petitorio, en traducción de Tradición Digital, que incluye el enlace para la firma del mismo.
Pedimos la
dimisión del padre Volpi
Comisario Pontificio de los Franciscanos de
la Inmaculada
Por Roberto de Mattei
Un grupo de páginas web y asociaciones de
laicos católicos han iniciado una recolección de firmas para pedir la dimisión
del Padre Fidenzio Volpi de su cargo de comisario de los Franciscanos de la
Inmaculada. Todos lo que quieran adherir a este llamamiento pueden hacerlo
pinchando AQUÍ.
Pedimos la dimisión del Padre Fidenzio Volpi de
su cargo de comisario político de los Franciscanos de la Inmaculada.
En el espacio de cinco meses el Padre Volpi ha destruido el instituto provocando caos y sufrimiento en su interior, escándalo entre los fieles, críticas en la prensa, malestar y perplejidad en el mundo eclesiástico.
Importa poco saber si el Padre Volpi es el artífice o el ejecutor del plan de destrucción. Lo que es cierto es que si no se detiene este plan, las consecuencias serán desastrosas y es para evitar que a este desastre se añadan más desastres que el Padre Volpi debe ser cesado.
En el espacio de cinco meses el Padre Volpi ha destruido el instituto provocando caos y sufrimiento en su interior, escándalo entre los fieles, críticas en la prensa, malestar y perplejidad en el mundo eclesiástico.
Importa poco saber si el Padre Volpi es el artífice o el ejecutor del plan de destrucción. Lo que es cierto es que si no se detiene este plan, las consecuencias serán desastrosas y es para evitar que a este desastre se añadan más desastres que el Padre Volpi debe ser cesado.
Después del decreto de intervención, del pasado
11 de julio, el Padre Volpi, con la ayuda de un puñado de desatados
subcomisarios, entre los que se encuentran el Padre Alfonso Bruno y el Prof.
Mario Castellano, ha comenzado a dejar caer su hacha sobre el
instituto.
Ha prohibido la celebración de la santa Misa y de la liturgia de las horas según la forma extraordinaria prevista por el Motu Proprio Summorum pontificum; ha desautorizado y transferido uno tras otro a los más files colaboradores de Padre Manelli (fundador del Instituto), todas personalidades de relieve intelectual y moral, atribuyendo sus cargos a frailes disidentes, a menudo incultos y sin experiencia de gobierno; ha amenazado y castigado a los frailes que dirigieron una petición a la Santa Sede y se negaban a retractarse.
Finalmente, con un diktat del 8 de diciembre de 2013, ha cerrado el seminario, ha suspendido las ordenaciones sacerdotales y diaconales; ha fulminado con la interdicción las publicaciones de las Ediciones Casa Mariana, prohibiendo su difusión en las iglesias y santuarios confiados a los religiosos; ha extendido su guerra personal a los terciarios y a los laicos que apoyan al instituto, suspendiendo toda actividad de la MIM (Misión Inmaculada Mediadora) y del TOFI (Tercer Orden Franciscano de la Inmaculada); ha amenazado con la intervención a las Franciscanas de la Inmaculada y les ha quitado, a ellas y a las Clarisas, el cuidado espiritual de los frailes.
Por último quiere imponer un “juramento modernista” de fidelidad al Novus Ordo Missae y al Concilio Vaticano II (Vea la carta del Comisario AQUÍ).
Ha prohibido la celebración de la santa Misa y de la liturgia de las horas según la forma extraordinaria prevista por el Motu Proprio Summorum pontificum; ha desautorizado y transferido uno tras otro a los más files colaboradores de Padre Manelli (fundador del Instituto), todas personalidades de relieve intelectual y moral, atribuyendo sus cargos a frailes disidentes, a menudo incultos y sin experiencia de gobierno; ha amenazado y castigado a los frailes que dirigieron una petición a la Santa Sede y se negaban a retractarse.
Finalmente, con un diktat del 8 de diciembre de 2013, ha cerrado el seminario, ha suspendido las ordenaciones sacerdotales y diaconales; ha fulminado con la interdicción las publicaciones de las Ediciones Casa Mariana, prohibiendo su difusión en las iglesias y santuarios confiados a los religiosos; ha extendido su guerra personal a los terciarios y a los laicos que apoyan al instituto, suspendiendo toda actividad de la MIM (Misión Inmaculada Mediadora) y del TOFI (Tercer Orden Franciscano de la Inmaculada); ha amenazado con la intervención a las Franciscanas de la Inmaculada y les ha quitado, a ellas y a las Clarisas, el cuidado espiritual de los frailes.
Por último quiere imponer un “juramento modernista” de fidelidad al Novus Ordo Missae y al Concilio Vaticano II (Vea la carta del Comisario AQUÍ).
El Padre Volpi acusa a quien le critica de
estar contra el Papa, pero este régimen tiránico, además de ser desconocido en
la historia de la Iglesia, ¿no está en evidente contraste con el Papa Francisco,
que ha recomendado evitar todo autoritarismo y tener misericordia y ternura
hacia amigos y enemigos?
Un vaticanista objetivo, Marco Tosatti, lo ha destacado, preguntándose en lastampa.it del 4 de diciembre: «¿Pero que han hecho estos pobres religiosos? ¿Defraudar, abusar de menores, llevar una vida inmoral? Nada de todo esto».
La verdad es que el Padre Volpi, a partir de una iniciativa propia, o actuando por cuenta ajena, quiere normalizar a los Franciscanos de la Inmaculada, convirtiéndolos en algo parecido a las otras órdenes religiosas a la deriva.
Para obtenerlo es necesario transformar su doctrina espiritual y moral, destruir su disciplina interna, quebrar la reconquista de la liturgia tradicional, abrirse a la corrupción del mundo, como han hecho, con resultados catastróficos, tanto el Padre Volpi como su orden capuchina.
Un vaticanista objetivo, Marco Tosatti, lo ha destacado, preguntándose en lastampa.it del 4 de diciembre: «¿Pero que han hecho estos pobres religiosos? ¿Defraudar, abusar de menores, llevar una vida inmoral? Nada de todo esto».
La verdad es que el Padre Volpi, a partir de una iniciativa propia, o actuando por cuenta ajena, quiere normalizar a los Franciscanos de la Inmaculada, convirtiéndolos en algo parecido a las otras órdenes religiosas a la deriva.
Para obtenerlo es necesario transformar su doctrina espiritual y moral, destruir su disciplina interna, quebrar la reconquista de la liturgia tradicional, abrirse a la corrupción del mundo, como han hecho, con resultados catastróficos, tanto el Padre Volpi como su orden capuchina.
Pablo VI, en la Exhortación apostólica
Evangelica testificatio dirigida a los religiosos, del 29 de junio de 1971,
recuerda que se debe obedecer a los superiores, «excepto cuando una orden
fuese manifiestamente contrario a las leyes de Dios o a las constituciones del
instituto, o que implicara un mal grave y cierto – en tal caso, de hecho, la
obligación de obedecer no existe».
Si no se procediera a cesar al Padre Volpi, se abrirá inevitablemente un conflicto de conciencia en los religiosos y en las religiosas que quieran conservar el carisma de los Franciscanos de la Inmaculada y la fidelidad a la Tradición de la Iglesia.
Si no se procediera a cesar al Padre Volpi, se abrirá inevitablemente un conflicto de conciencia en los religiosos y en las religiosas que quieran conservar el carisma de los Franciscanos de la Inmaculada y la fidelidad a la Tradición de la Iglesia.