Franciscanos de la Inmaculada: es necesario firmar
Con frecuencia en esta web se han recibido recogidas de firmas que no
hemos publicado. Por ejemplo solicitando que Su Santidad el Papa celebre
la Misa tradicional, y otras a las que no nos hemos sumado. Sin
embargo, la situación en el Instituto de los Franciscanos de la
Inmaculada es sumamente preocupante y requiere el compromiso de todos
los amigos y visitantes de esta página.
No queremos silenciar otras opiniones, y de hecho en el enlace de Rorate Caeli
tienen también la respuesta íntegra del comisario apostólico
(comisario político lo definen en algunas webs) impuesto a los
Franciscanos de la Inmaculada: el padre Fidenzio Volpi.
Los motivos por los que han sido intervenidos, castigados y purgados los
Franciscanos de la Inmaculada, ya las ha dado Volpi: ni abuso de
menores, ni escándalos sexuales, ni desfalcos de dinero, ni abusos
litúrgicos. Este es el motivo: "criptolefebvrismo y deriva definitivamente tradicionalista".
Mucho han tenido que rebuscar en los Franciscanos de la Inmaculada a
los que querían poner en la picota, y muy poco han encontrado.
Suponiendo que fuera verdad esta tendencia teológica y que en el
instituto de los Franciscanos de la Inmaculada creciera un rechazo al
Concilio Vaticano II (¿al Concilio o a su interpretación? ¿acaso
ilustres teólogos y pensadores católicos, muchos citados por Benedicto
XVI en sus obras, no han mostrado sus reservas a determinadas
interpretaciones de dicho concilio, o a una cierta ambigüedad en los
textos conciliares que provocaba dichas interpretaciones?); si fuera
verdad, decíamos, ¿no resultan desproporcionadas, arbitrarias y ajenas a
la caridad cristiana las medidas adoptadas por el padre Volpi, y por la
Congregación para los Religiosos? la respuesta no puede ser más que
afirmativa teniendo en cuenta que no se toma ninguna medida contra otros
religiosos que defienden el aborto, el matrimonio homosexual, el
sacerdocio femenino y que incluso ignoran, niegan o convierten en
metáforas dogmas como la presencia real en la Eucaristía, la
Resurrección o la Inmaculada Concepción, y alteran la liturgia a mala fe
provocando escándalo en los fieles (en contra del Concilio Vaticano II y
de todos los demás concilios). Ni siquiera ha habido purgas ni se han
exigido responsabilidades en institutos y curias que han ocultado
pecados terribles como el abuso a menores. "Misericordina" para los
herejes y psicópatas, y palos sin fin contra los devotos Franciscanos de
la Inmaculada.
Los argumentos sobre desvío doctrinal en los Franciscanos de la
Inmaculada serán ciertos o no, pero quedan moralmente en entredicho
desde el momento en que se les prohíbe a todos ellos el celebrar la
Santa Misa tradicional incluso de forma privada. Convirtiendo una orden
floreciente en un campo de batalla. El Papa Francisco lo habrá aprobado,
no sabemos en qué terminos; los Franciscanos de la Inmaculada tendrán
que obedecerle, pero ésto no convierte la medida (contraria al
magisterio de los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI) en un acto justo,
porque se utiliza la Liturgia Sagrada como un arma de castigo, y porque
los discrimina frente al resto de católicos, privándoles de un
derecho.
Por ello, desde el respeto y el afecto a la persona del Santo Padre,
tenemos también que respetar nuestra conciencia y afirmar que el "pueblo
Summorum Pontificum" está incompleto hasta que no se restablezca el
derecho universal conculcado a estos frailes. Y la medida que ahora está en nuestra mano es firmar para pedir la dimisión del verdugo autor de la purga, el padre Volpi. Y que Roma nombre un administrador ecuánime y respetuoso con todas las sensibilidades litúrgicas.
No podemos seguir publicando fotos de bonitas ceremonias como si esto no
fuera con nosotros. Porque la prohibición de la Liturgia tradicional y
las medidas de inusitada dureza son también un agravio a todos los
defensores de la forma extraordinaria del Rito Romano.
Un lector dejó hace ayer un comentario muy certero: "Roma quiere
institutos Ecclesia Dei que sean como piezas de museo. Claramente han
ido a desmantelar este instituto que tenía una expansión brutal, era
dinámico, y vivía la pobreza cerca de los pobres. Pero con la liturgia
antigua. Roma no podía tolerar ni su expansión, ni su pobreza
franciscana, porque los progres (y el "conservadurismo oficialista"
podríamos añadir) quieren tener la exclusiva de la caridad".
El Beato Juan Pablo II con religiosas franciscanas de la Inmaculada |
Franciscanos de la Inmaculada: recogida de firmas
La recogida de firmas pidiendo la dimisión del padre Fidenzio Volpi,
comisario apostólico impuesto a los Frailes Franciscanos de la
Inmaculada supera ya las tres mil firmas. La iniciativa, lanzada por Corrispondenza Romana/Roberto
de Mattei, explica que los cinco meses de comisariado del padre Volpi
han provocado caos y sufrimiento internos en este instituto, escándalo a
los fieles y perplejidad en el mundo eclesiástico. Esta actuación,
según se explica en la petición de firmas, incluiría amenazas, remoción
de cargos, destierros, y todo tipo de prohibiciones a los frailes de
línea más tradicional. Dejamos los enlaces por si fueran de interés a
nuestros lectores: