quinta-feira, 12 de dezembro de 2013

Y la medida que ahora está en nuestra mano es firmar para pedir la dimisiónel del padre Volpi, verdugo autor de la purga a los Franciscanos de la Inmaculada


Franciscanos de la Inmaculada: es necesario firmar

Con frecuencia en esta web se han recibido recogidas de firmas que no hemos publicado. Por ejemplo solicitando que Su Santidad el Papa celebre la Misa tradicional, y otras a las que no nos hemos sumado. Sin embargo, la situación en el Instituto de los Franciscanos de la Inmaculada es sumamente preocupante y requiere el compromiso de todos los amigos y visitantes de esta página.
No queremos silenciar otras opiniones, y de hecho en el enlace de Rorate Caeli tienen también la respuesta  íntegra del comisario apostólico (comisario político lo definen en algunas webs) impuesto a los Franciscanos de la Inmaculada: el padre Fidenzio Volpi.
Los motivos por los que han sido intervenidos, castigados y purgados los Franciscanos de la Inmaculada, ya las ha dado Volpi: ni abuso de menores, ni escándalos sexuales, ni desfalcos de dinero, ni abusos litúrgicos. Este es el motivo: "criptolefebvrismo y deriva definitivamente tradicionalista". Mucho han tenido que rebuscar en los Franciscanos de la Inmaculada a los que querían poner en la picota, y muy poco han encontrado.
Suponiendo que fuera verdad esta tendencia teológica y que en el instituto de los Franciscanos de la Inmaculada creciera un rechazo al Concilio Vaticano II (¿al Concilio o a su interpretación? ¿acaso ilustres teólogos y pensadores católicos, muchos citados por Benedicto XVI en sus obras, no han mostrado sus reservas a determinadas interpretaciones de dicho concilio, o a una cierta ambigüedad en los textos conciliares que provocaba dichas interpretaciones?); si fuera verdad, decíamos, ¿no resultan desproporcionadas, arbitrarias y ajenas a la caridad cristiana las medidas adoptadas por el padre Volpi, y por la Congregación para los Religiosos? la respuesta no puede ser más que afirmativa teniendo en cuenta que no se toma ninguna medida contra otros religiosos que defienden el aborto, el matrimonio homosexual, el sacerdocio femenino y que incluso ignoran, niegan o convierten en metáforas dogmas como la presencia real en la Eucaristía, la Resurrección o la Inmaculada Concepción, y alteran la liturgia a mala fe provocando escándalo en los fieles (en contra del Concilio Vaticano II y de todos los demás concilios). Ni siquiera ha habido purgas ni se han exigido responsabilidades en institutos y curias que han ocultado pecados terribles como el abuso a menores. "Misericordina" para los herejes y psicópatas, y palos sin fin contra los devotos Franciscanos de la Inmaculada.
Los argumentos sobre desvío doctrinal en los Franciscanos de la Inmaculada serán ciertos o no, pero quedan moralmente en entredicho desde el momento en que se les prohíbe a todos ellos el celebrar la Santa Misa tradicional incluso de forma privada. Convirtiendo una orden floreciente en un campo de batalla. El Papa Francisco lo habrá aprobado, no sabemos en qué terminos;  los Franciscanos de la Inmaculada tendrán que obedecerle, pero ésto no convierte la medida (contraria al magisterio de los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI) en un acto justo, porque se utiliza la Liturgia Sagrada como un arma de castigo, y porque los discrimina frente al resto de católicos, privándoles de un derecho. 
Por ello, desde el respeto y el afecto a la persona del Santo Padre, tenemos también que respetar nuestra conciencia y afirmar que el "pueblo Summorum Pontificum" está incompleto hasta que no se restablezca el derecho universal conculcado a estos frailes. Y la medida que ahora está en nuestra mano es firmar para pedir la dimisión del verdugo autor de la purga, el padre Volpi. Y que Roma nombre un administrador ecuánime y respetuoso con todas las sensibilidades litúrgicas.
No podemos seguir publicando fotos de bonitas ceremonias como si esto no fuera con nosotros. Porque la prohibición de la Liturgia tradicional y las medidas de inusitada dureza son también un agravio a todos los defensores de la forma extraordinaria del Rito Romano. 
Un lector dejó hace ayer un comentario muy certero: "Roma quiere institutos Ecclesia Dei que sean como piezas de museo. Claramente han ido a desmantelar este instituto que tenía una expansión brutal, era dinámico, y vivía la pobreza cerca de los pobres. Pero con la liturgia antigua. Roma no podía tolerar ni su expansión, ni su pobreza franciscana, porque los progres (y el "conservadurismo oficialista" podríamos añadir) quieren tener la exclusiva de la caridad".
El Beato Juan Pablo II con religiosas franciscanas de la Inmaculada

 

Franciscanos de la Inmaculada: recogida de firmas

La recogida de firmas pidiendo la dimisión del padre Fidenzio Volpi, comisario apostólico impuesto a los Frailes Franciscanos de la Inmaculada supera ya las tres mil firmas. La iniciativa, lanzada por Corrispondenza Romana/Roberto de Mattei, explica que los cinco meses de comisariado del padre Volpi han provocado caos y sufrimiento internos en este instituto, escándalo a los fieles y perplejidad en el mundo eclesiástico. Esta actuación, según se explica en la petición de firmas, incluiría amenazas, remoción de cargos, destierros, y todo tipo de prohibiciones a los frailes de línea más tradicional. Dejamos los enlaces por si fueran de interés a nuestros lectores: