segunda-feira, 25 de janeiro de 2010

Dos imágenes, dos visiones sobre el Sínodo Vaticano II. Martini defiende la suya



25/01/10 De una imagen a otra, distan, nada más y nada menos que casi 45 años. Ambas corresponden a la celebración del llamado Concilio Vaticano II (1963-65), que fue convocado bajo el pontificado del beato Juan XXIII. Sin embargo, aunque parecen la misma imagen, en realidad es bien diferente lo que se "esconde" debajo de una y otra. La primera, corresponde a una fotografía realizada en el aula conciliar, en la sesión de apertura. La segunda, es un dibujo que ilustra la nueva página web impulsada por el cardenal jesuita Carlo María Martini.

Junto a él, otros purpurados del Sacro Colegio Cardenalicio que se han unido con el fin de salir en defensa del Concilio que cambió la disciplina interna de la Iglesia Católica, y que fue clausurado por el Papa Pablo VI, con una advertencia, clarificada por la Congregación para la Doctrina de la Fe en un texto reciente: "La respuesta, basada en la enseñanza de Juan XXIII y Pablo VI, es muy explícita: el Vaticano II no tuvo la intención de cambiar, y de hecho no cambió la doctrina anterior sobre la Iglesia, sino que más bien la profundizó y expuso de manera más orgánica. En este sentido se retoman las palabras de Pablo VI en su discurso de promulgación de la Constitución dogmática conciliar Lumen gentium, con las cuales afirma que la doctrina tradicional no ha sido en absoluto cambiada, sino que, ahora se ha expresado lo que simplemente se vivía; se ha esclarecido lo que estaba incierto; ahora consigue una serena formulación lo que se meditaba, discutía y en parte era controvertido".

Pero Martini y sus secuaces muy probablemente no tienen esto en mente. Más bien, se han unido a la "estrategia de tensión" inciciada hace más de un año contra el Papa, al que seguramente acusan de querer volver a tiempos pretéritos, y no dejarse guiar por el "espíritu del concilio". Un espíritu calificado hace pocos meses como "demoníaco" por algún obispo, en una declaraciones que pretendían poner las cosas en su sitio.

Es decir, que no todo lo que dijo el Concilio es lo que "nos han vendido". Y que la renovación ulterior poco ha tenido que ver con la mentalidad de los padres sinodales, que no querían una ruptura con la Tradición, ni mucho menos, como algunos pretenden inocular en la Iglesia. ¡Como si la Iglesia hubiera desaparecido desde el tiempo de los primeros cristianos hasta ver su renacer casi 2000 años después. No tiene lógica. Es más bien una locura tratar de pensar bajo esta perspectiva.

No es verdad. La Iglesia, desde el año 50, es postconciliar. Desde aquella primera reunión de los apóstoles en Jerusalén, ha habido otras, y más que habrá, si Dios lo permite. Pretender que los católicos nos hagamos fans del Vaticano II por Facebook es tan absurdo como que lo hagamos de Éfeso o Calcedonia, con la única diferencia que éstos sí fueron dogmáticos. Puestos a serlo, además, ¿por qué no de Trento?

Más bien, lo que sí sería necesario es la convocatoria de un nuevo Vaticano III, que ponga fin a los abusos a los que dio paso el Sínodo pastoral, con un marcado carácter dogmático de las verdades que han quedado oscurecidas desde entonces, sin presterle tanta importancia a cuestiones puramente temporales, como la del turismo, por ejemplo, al que el Vaticano II dedicó algún que otro párrafo mientras eludía pronunciarse sobre el comunismo, cuando más de la mitad de Europa se encontraba prisionera de esos regímenes.
fonte:sector católico