27/01/10 La disidencia está instalada en el seno de la Iglesia. Así al menos lo ponen de manifiesto los distintos estudios que venimos conociendo en Europa. Hoy sabemos que el 90% de los católicos de Bélgica se declara a favor de los métodos anticonceptivos no naturales, rechazados por el Magisterio de la Iglesia al entender que éstos contradicen la Ley de Dios y el plan providente, según ha informado el diario Le Soir. Y sólo el 1% de los católicos belgas asegura que respeta plenamente las recomendaciones de la Iglesia Católica en materia de sexualidad, según una encuesta realizada por esta publicación. Además, el 61% está a favor de la eutanasia y el 39% tolera el aborto. Por si esto fuera poco, un dato más, en materia de eutanasia, el 61% de los encuestados se muestró favorable a esta práctica. Lamentable.
Al margen de la credibilidad de estos estudios, como el que se hizo público hace solo unas pocas semanas en Francia, lo que sí parece claro es que la mayor parte de los católicos hace lo que le da la gana, y sólo algunos, lo que pueden; bien porque no se les explica adecuadamente la enseñanza magisterial, bien porque el clero no la comparte o carece de la formación adecuada para hacerlo. Lo cual tampoco extraña a nadie.
Sin embargo, lo que se encuentra de fondo en estas cuestiones, es la voluntad inequívoca de persistir, en la mayoría de los casos, en la autonomía de las conciencias (que ya nadie se encarga de formar), y se produce así un divorcio entre lo que la realidad es (y lo que Dios enseña sobre ésta) y la voluntad del hombre (se diga católico o no) de decidir cómo debe de ser el mundo que le rodea. Una visión idealista que rompe claramente con la visión tradicional del hombre y del mundo, propio de las sociedades cristianas de antaño.
FONTE:SECTOR CATÓLICO
FONTE:SECTOR CATÓLICO