- E senti o espírito inundado por um mistério de luz que é Deus e N´Ele vi e ouvi -A ponta da lança como chama que se desprende, toca o eixo da terra, – Ela estremece: montanhas, cidades, vilas e aldeias com os seus moradores são sepultados. - O mar, os rios e as nuvens saem dos seus limites, transbordam, inundam e arrastam consigo num redemoinho, moradias e gente em número que não se pode contar , é a purificação do mundo pelo pecado em que se mergulha. - O ódio, a ambição provocam a guerra destruidora! - Depois senti no palpitar acelerado do coração e no meu espírito o eco duma voz suave que dizia: – No tempo, uma só Fé, um só Batismo, uma só Igreja, Santa, Católica, Apostólica: - Na eternidade, o Céu! (escreve a irmã Lúcia a 3 de janeiro de 1944, em "O Meu Caminho," I, p. 158 – 160 – Carmelo de Coimbra)
sábado, 4 de maio de 2019
Las meditaciones de don Divo Barsotti , CONTINUIDAD ENTRE LA TIERRA Y EL CIELO
Deberíamos llegar a eso, ¿y qué significa eso? Una cosa muy simple: si Dios es esta luz y yo vivo en esta luz, ya vivo una anticipación de la vida celestial. La vida aquí abajo no se opone a la vida en el cielo; hay un viaje continuo entre la fe y la visión. En cambio, hay una ruptura entre la infidelidad y la fe, pero entre la fe y la visión hay un camino que nos lleva a una visión inmediata, cuando al obligarnos totalmente a nosotros mismos y a las cosas, encontramos todo en Él. De hecho, Dios que es un creador no está en oposición a la creación, de hecho la creación está en Dios y un día conoceremos la creación más de lo que la conocemos ahora, porque la conoceremos en su fuente.
Entonces debemos vivir el cristianismo como una economía sacramental. ¿Cuántos son los sacramentos? Dicen siete; sí, hay siete y sin embargo todo es un sacramento -es una sacramentalidad propia de este libro, de esta mesa, de los árboles...- todo es un sacramento porque todo para mí debe convertirse en signo de una presencia divina.
Sólo veo a Dios, sólo lo conozco a Él: es la realidad de la que estoy totalmente tomado, en la que vivo totalmente.
¿Puede un pez vivir fuera del agua? No, muere después de un tiempo, ¿no? Así hace el hombre: debes vivir constantemente en la presencia divina como un pez en el agua.
Dios debe estar en ti, delante de ti, fuera de ti: antes, detrás, arriba, abajo, como dice San Patricio en una oración: "Jesús en mí, Jesús fuera de mí, Jesús sobre mi cabeza, Jesús bajo mis pies, Jesús delante, Jesús a la derecha, Jesús a la izquierda, sólo Jesús, siempre Jesús!
La luz de Dios debe ser tal que invierta en ella, la penetre, la abrace totalmente, que para mí sea casi imposible salir de esta luz, así como para nosotros es imposible salir ahora de este mundo.
El alma muere si deja la visión de Dios.
Don Divo Barsotti