Recordando lo que no podemos olvidar
(Texto original publicado en el blog católico La Reacción Católica)
Ayer llegaron a nuestro correo electrónico muchos mails, de diversos países, especialmente de España, pidiéndonos más detalles sobre lo que apuntamos en nuestra bitácora del 4 de febrero: “El Secreto de Fátima .... y el Cardenal Bertone en Madrid”.
La postura del Cardenal Bertone sobre el Tercer Secreto de Fátima, fue muy debatida en Italia con ocasión del revuelo que causó en círculos internos de la Santa Sede, el libro del vaticanista Antonio Socci “Il quarto segreto di Fatima” (Rizzoli, 2006), dedicado a Benedicto XVI.
Señalemos a nuestros amigos cuatro “perlas” que nos harán meditar algo más sobre el mensaje de Fátima, y el imperativo de no olvidarnos de él.
1) El Cardenal Silvio Oddi, quien fuera Prefecto de la Congregación del Clero en el Pontificado de Juan Pablo II, y en su época muy cercano a Juan XXIII, contó en una ocasión una anécdota bastante ilustrativa:
“aprovechando la gran confianza que reinaba entre nosotros (con el Papa Juan XXIII), le pregunté abiertamente: “Santo Padre, hay algo que no puedo perdonarle”. “¿Y, qué es?”, me preguntó. “Haber hecho esperar al mundo entero durante tantos años y, haber dejado pasar todavía algunos meses desde principios de 1960 sin que sepamos algo (del Tercer Secreto). El Papa Roncalli me respondió: “No me vuelva a hablar de eso”. Yo repliqué: “Si así lo desea, no hablaré más. Pero no puede evitar que lo hagan los demás”. “Ya te he dicho que no me hables más” “Y no volví a insistir”. (Cfr.“30 Giorni”, Abril de 1961, in Miguel, Aura, “El Secreto que guía al Papa. La experiencia de Fátima en el Pontificado de Juan Pablo II”, Rialp, Madrid, 2001, p.154)
El Cardenal Silvio Oddi (1910-2001)
Treinta años más tarde, habiendo corrido mucha agua bajo el puente, el Cardenal Oddi confesará a la misma revista: “El Secreto de Fátima contiene una profecía triste sobre la Iglesia y es por esto que el Papa Juan no lo divulgó, y Paulo VI y Juan Pablo II han hecho lo mismo. Me parece que está escrito más o menos que en 1960 el Papa convocaría un Concilio, del cual, contrariamente a las expectativas, indirectamente derivarían muchas dificultades para la Iglesia”. (Cfr. 30 Giorni”, edición del 11 de noviembre de 1990, p. 69)
2) Antonio Socci, quién el año 2002 había rechazado por la prensa las críticas de los sectores tradicionalistas que imputaban a Monseñor Bertone el no revelar íntegramente el Tercer Secreto, rectifica honesta y públicamente su postura luego de una larga y sustanciosa investigación sobre el tema. En su libro “Il quarto segreto di Fatima” (Rizzoli, 2006) prueba la existencia de dos manuscritos en su génesis y desarrollo histórico y concluye que lo publicado por el Vaticano el año 2000 no está completo. Falta el manuscrito que corresponde a las palabras de la Virgen, y que explican la visión ya difundida por el Vaticano. A este manuscrito, el autor le llama el “Cuarto Secreto” y corresponde al Tercer Secreto originario. En él se advierte en términos apocalípticos la pérdida de la fe en la Iglesia a partir del Concilio Vaticano II (Los trazos diversos de los dos manuscritos se exponen en pp. 139-154)
El libro de Solideo Pasolini que originó el cambio de postura de Socci, y lo llevó a una acuciosa investigación sobre el tema.
Han continuado las investigaciones sobre Fátima, que indican que el Vaticano -¿debemos leer sólo Monseñor Bertone?- no quiso revelar el manuscrito original. En la foto, la portada del libro de Marco Tosatti.
3) A propósito de la obra de Socci, Vittorio Messori, el escritor católico italiano más leído, muy cercano a Benedicto XVI, publica un artículo titulado “Fatima, c'è un «quarto segreto» da rivelare: Una parte dei messaggi sarebbe stata nascosta per ragioni diplomatiche” (Cfr. “Corriere della Sera”, edición del 21 noviembre 2006), en el que manifiesta sus serias dudas sobre lo revelado por el Cardenal Bertone.
4) La existencia de dos manuscritos fue confirmada el año 2006 por una de las figuras más importantes de la Iglesia en el tema de Fátima, pues es una de las pocas personalidades que ha conocido el contenido del Secreto. Se trata de Monseñor Loris Capovilla, secretario de Juan XXIII, conocido como el "afectuoso guardián de la memoria del Papa Juan" (autor de las más célebres memorias sobre el Papa Roncalli). A él fue quien Pablo VI mandó llamar para consultarle la ubicación del sobre que contenía el manuscrito original del Tercer Secreto, y que no se guardaba en los archivos vaticanos, como indicó el Cardenal Bertone, sino en los aposentos papales.
Desde su retiro en Bérgamo, declaró al escritor Solideo Paolini, que una cosa era el manuscrito del Tercer Secreto y otra lo publicado el año 2000 por el Cardenal Bertone, al que llamó simplemente el “documento Bertone”.
¿El intento de este blog es desprestigiar al Cardenal Bertone -el "segundo hombre del Vaticano"- en momentos en que visita España en una delicada coyuntura? No. Queremos mirar más arriba de esa coyuntura, y con nuestra pluma puesta en la fe recordar que nada puede fructificar para el bien de la Iglesia, de nuestra Iglesia, si previamente no se han rectificado los caminos que han conducido al rechazo del mensaje de la Madre de Dios en Fátima.
Estos parece ser los momentos propicios para pedir a Benedicto XVI que dé un paso más, que rompa el círculo de hierro que lo rodea, y ordene solemnemente, para el bien de la Iglesia y del mundo, que se de a conocer el contenido del Tercer Secreto de Fátima, silenciado inexplicablemente desde hace cuarenta y nueve años.