- E senti o espírito inundado por um mistério de luz que é Deus e N´Ele vi e ouvi -A ponta da lança como chama que se desprende, toca o eixo da terra, – Ela estremece: montanhas, cidades, vilas e aldeias com os seus moradores são sepultados. - O mar, os rios e as nuvens saem dos seus limites, transbordam, inundam e arrastam consigo num redemoinho, moradias e gente em número que não se pode contar , é a purificação do mundo pelo pecado em que se mergulha. - O ódio, a ambição provocam a guerra destruidora! - Depois senti no palpitar acelerado do coração e no meu espírito o eco duma voz suave que dizia: – No tempo, uma só Fé, um só Batismo, uma só Igreja, Santa, Católica, Apostólica: - Na eternidade, o Céu! (escreve a irmã Lúcia a 3 de janeiro de 1944, em "O Meu Caminho," I, p. 158 – 160 – Carmelo de Coimbra)
domingo, 6 de setembro de 2009
El curriculum del obispo de Málaga.
Jesús Catalá, obispo de Málaga desde hace un año, o que se cumplirá a primeros de octubre, pasaba por obispo inexistente. Algunos decían que le costaba tomar decisiones pero que cuando las decidía las llevaba a la práctica. Que era lento pero seguro. Y así se estaba esperando por la renovación que Málaga necesitaba. Después de dos pontificados desastrosos.
Por fin llegó la primera de las medidas. Una carta desdichadísima que reflejaba una clara discrepancia con el Motu proprio de Benedicto XVI. Unos fieles, buenos e ingenuos, se dirigieron a él pidiéndole una misa mensual según el modo extraordinario. Y recibieron del padre y pastor una patada en los mismísimos cataplines. Tan desaforada y desafortunada que fue comentada muy desfavorablemente en diversos medios de España y el extranjero. Con lo que el obispo quedó con el solideo tapándose sus vergüenzas.
Fue tan mayúsculo el escándalo que se necesitó una segunda carta para ver como se metía la pasta de dientes derramada en el envase. Y todos miramos hacia otro lado por si era cierto que había alguna voluntad conciliatoria por parte del prelado.
Se puso el hecho en conocimiento de la Ecclesia Dei y en el mes de agosto recibieron una contestación vaticana animándoles al diálogo con el obispo que, a su vez, había sido objeto de otra misiva de la misma Comisión.
Y lo que parecía iba a ser un diálogo que recompondría los desencuentros fue una bronca el pasado viernes. Que se buscasen la vida en una parroquia y sólo en el caso de que no lo consiguieran que volvieran a él. En un tono tan desabrido que dos de los presentes se asustaron de tal modo que dijeron al obispo que si hubiesen sabido de su disgusto jamás hubieran firmado la petición. Y el alma de todo, José Luis Cabrera, se rompió. Se rompió psíquicamente. Otra cosa a pesar sobre la conciencia del obispo.
Yo no conozco a José Luis Cabrera. Jamás le he visto. Nunca hablé con él. Creo que intervino alguna vez en La cigüeña de la torre pero como tuvo la ingenuidad de identificarse, le acribillaron. Y se retiró. Después, como en alguna ocasión hablé con gran elogio de su extraordinaria página Una Voce Málaga me contestó con un par de líneas de agradecimiento. Y esa es toda mi relación con José Luis Cabrera. Como es posible que el obispo de Málaga no se lo crea, lo juro ante Dios Nuestro Señor. Y para mí, ya no sé si también para el obispo, un juramento es muy importante y grava mi conciencia. Pienso que en esta ocasión era necesario hacerlo. Y por eso lo hago. Todo lo que sé de Málaga no me lo ha contado él.
José Luis es un joven con vocación sacerdotal que no puede seguir por tener que cuidar a su anciana madre. Hizo él solo una página ejemplar. De lo mejor que hay por el mundo. Que refleja su gran amor a la Iglesia. Respetuosísima con todos, empezando por su obispo. En ella tiene preferentemente cabida el modo extraordinario de celebración de la misa pero también el ordinario. Y es totalmente constructiva. Pues en el debe de Jesús Catalá esta también la desaparición de la página que era una gloria para Málaga. Él la asesinó. Rompiendo los esquemas mentales de un joven bueno y eclesial que se merecía otro obispo. Hoy es doblemente huérfano. De su padre natural y de su padre en la Iglesia. Si un hijo pide pan, ¿qué padre le dará una piedra?. Pues, Jesús Catalá, tú no le has dado piedras. Le has dado adoquines. Y sólo te pedía pan. Con respeto, con amor. Si tuvieras un mínimo de conciencia correrías al lado del que has hundido. Pero eso es ya cosa tuya. De la que Dios te va a pedir estrecha cuenta.
A José Luis decirle que hay un Padre que nunca falla. Que no se convierte en gusanos. Acude a Él y te consolará en tu dolor.
Hoy no quiero hablar más de este tristísimo asunto. Sólo diré, ¡Pobre Málaga! Si en algún momento pensé que con Catalá podría llegarle el obispo que necesitaba estaba equivocadísimo. Aunque siempre es posible que Él toque los corazones más duros. Se lo pido a Dios de todo corazón.
Y que nadie se preocupe por lo que pueda sufrir un obispo tan amante de todos sus fieles por este artículo porque se harta de decir a todos que jamás me lee. Aunque no sé a cuento de que viene mencionarme tanto. Incluso el pasado viernes. ¿O es que el obispo también es mentirosillo y me lee todos los días?
fonte:la cigueña de la torre