domingo, 6 de setembro de 2009

Elogio de "UNA VOCE MÁLAGA"

Si hay un sitio en la red que en dos años se ha convertido en un punto de referencia obligado para conocer la actualidad litúrgica en España y en el mundo ése es, sin duda alguna, “UNA VOCE MÁLAGA”. Pues bien, ayer, al entrar como de costumbre en dicha web, nos dimos con la sorpresa de un anuncio de su redacción, según el cual, “va a dejar de ser actualizada por decisión personal” de sus creadores, que manifiestan: “Libremente la iniciamos, y libremente la cerramos, ya que nadie nos ha pedido que lo hagamos”. Así pues, “UNA VOCE MÁLAGA” deja funcionar y se descontinúa. Las razones para esta decisión no las han dado a conocer sus responsables, los cuales, las tendrán guardadas a la manera de Carlos III cuando suprimió la Compañía de Jesús, es decir “en su Real pecho”. No podemos sino respetar su voluntad y su discreción. Por eso, no nos vamos a ocupar aquí de las conjeturas y cábalas que circulan hoy profusamente por la red acerca de esas razones y que dejamos a los comentaristas, pues ésa es su labor.

Sí queremos destacar el papel fundamental desempeñado por “UNA VOCE MÁLAGA” en la divulgación del motu proprio Summorum Pontificum en España, en un afán por contribuir a la definitiva pacificación litúrgica y a la reconciliación interna en el seno de la Iglesia, dos de los principales objetivos del pontificado de ese gran papa que es Benedicto XVI, para quien tanto el misal tridentino o clásico y el misal postconciliar o moderno constituyen “un doble uso de un mismo y único rito” (Carta a los Obispos que acompaña el motu proprio Summorum Pontificum). El Papa acabó con la mentira que durante demasiado tiempo circuló en los ambientes católicos, empezando por las mismas curias episcopales: que la misa tridentina estaba prohibida. Como supremo legislador e intérprete auténtico de la ley en la Iglesia, hace dos años zanjó toda controversia sobre el tema con estas palabras meridianas: “este Misal [el clásico, tradicional, tridentino, de san Pío V o del beato Juan XXIII, cono quiera llamárselo] no ha sido nunca jurídicamente abrogado y, por consiguiente, en principio, ha quedado siempre permitido”. Así pues Vetus Ordo y Novus Ordo están llamados a coexistir y a hacerlo no sólo pacífica sino cordialmente, beneficiándose mutuamente cada uno de las riquezas del otro. Éste es, como señalamos en nuestro artículo anterior, el principio que debería inspirar la tan deseada y necesaria “reforma de la reforma”, y es el que, desde luego, presidía la publicación de “UNA VOCE MÁLAGA”.

Allí donde hubiera espíritu de adoración, exaltación de la gloria de Dios, honor a la Eucaristía, nobleza de las formas y belleza de los símbolos, “UNA VOCE MÁLAGA” se hacía presente para documentar el sano movimiento de auténtica renovación litúrgica que, gracias a Dios, se abre poco a poco paso en la vida de la Iglesia. No importaba que se tratara de la forma extraordinaria o de la ordinaria del rito romano. Jamás se sobreestimó aquél en perjuicio de éste ni se escamoteó al segundo la oportunidad de mostrarse en su verdadera expresión: la que es fiel a las rúbricas y al espíritu de lo sagrado. A base de noticias y comentarios breves –acompañados siempre y muy oportunamente de alguna ilustración– el sitio virtual de nuestros amigos malagueños era un regalo para la vista y un alimento para el espíritu, y nos daba fundadas esperanzas de que se podía por fin superar viejos e inútiles antagonismos. “UNA VOCE MÁLAGA”, haciéndose eco de la vida litúrgica no sólo de España sino de todo el mundo católico, ayudó a muchos lectores españoles a abandonar prejuicios y atavismos, mostrándoles que en otros países la convivencia de los dos usos del rito romano es asumida cada vez con mayor normalidad.

Justamente su seriedad, su moderación, su sensatez, su exquisita discreción, su negativa a hacerse eco de estériles controversias, su sana ausencia de fanatismo, su fidelidad inequívoca a Roma y al Papa y su respeto a la jerarquía católica, han hecho de “UNA VOCE MÁLAGA” un sitio modélico donde los haya, del cual todos tendríamos que aprender. Es una lástima que se haya suspendido su continuidad (esperemos que temporalmente). En él teníamos los católicos a uno de los grandes aportes a la cultura litúrgica y, por ser una iniciativa española, timbre de legítimo orgullo para nuestro país, tanto tiempo rezagado en este campo. Agradecemos profundamente a su principal promotor, D. José Luis Cabrera Ortiz, presidente de la asociación hermana UNA VOCE MÁLAGA, por su dedicación diaria, paciente y perseverante a mantenernos a todos convenientemente informados sobre un tema tan esencial como es el del culto divino. Que Dios premie sus esfuerzos. Y hacemos votos para que su obra vuelva a una nueva y aún más fructífera andadura.

fonte:roma aeterna