02/02/10 La Iglesia celebra hoy la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, bajo el lema "Caminos de consagración" (tal y como anticipó ayer SECTOR CATÓLICO). Sin embargo, y por más que se empeñen algunos en hacernos ver el buen estado de salud que gozan este tipo de instituciones, la realidad acaba por imponerse, tal y como muestran algunas de las fotografías que publicamos hoy y que han sido tomadas de un grupo de Facebook llamado "Monjas que van de calle y creen que nadie las reconoce!!!!!".
Y es que, bromas aparte, la realidad por la que atraviesan muchas de las comunidades de religiosos y religiosas (antes llamadas así) llama cada vez más la atención del conjunto de los fieles que formamos la Iglesia. Léase, por ejemplo, el caso de las instituciones de este tipo que actualmente se encuentran supervisadas por la visita apostólica en EE.UU. encargada hace unos meses por el Papa Benedicto XVI y supervisada por el cardenal Rodé, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.
Dicha visita está siendo gravemente dificultada por la actitud de muchas de estas religiosas, en su mayoría, quienes se niegan a entregar un cuestionario que les ha hecho llegar la Santa Sede con el fin de que éstas den a conocer su actual estilo de vida. Un estilo de vida (lifestyle), que, en ocasiones roza lo esperpéntico (ver foto de la derecha) o hasta lo indecente, como el caso que conocíamos hace algunas semanas de una monja dedicada a atender a las madres que decidían abortar en una clínica estadounidense. Y no precisamente con el fin de hacerlas entrar en razón, sino para apoyar su decisión de matar a la criatura que llevaban en su seno y "defenderlas" de posibles "agresiones" de los grupos provida instalados a sus puertas, con ninguna otra finalidad que la de rezar el Rosario.
Sea como fuere, a nadie deja indiferente esta cuestión, debido al gran papel que tradicionalmente han jugado los religiosos en la vida de la Iglesia, consagrándose al Señor en tareas tan nobles como la oración (vida contemplativa) y otras como la enseñanza, la sanidad o la atención de personas mayores o con minusvalías importantes.
Es, por tanto, urgente recuperar el carisma fundacional de aquellas órdenes e institutos (si es que algún día tuvieron) con el fin de garantizar, en primer lugar, la validez del camino de santificación de las personas que tratan de vivirlo; y, en segundo lugar, velar por la buena marcha de las actividades apostólicas y la salud de las almas que dependen de este tipo de instituciones. No se trata, pues, de echar la culpa en nadie en concreto o sobre el conjunto de los religiosos. Puesto que, afortunadamente, existen cada vez más congregaciones que están recuperando las raíces auténticas de la Tradición y, por fortuna, el Señor las respalda y confirma incesantemente con nuevas vocaciones.
Es, quizá, buen momento el de hoy para redoblar nuestra oración por todos ellos y pedir la intercesión de la Santísima Virgen, para que, imitándola en su pureza y dulzura, el Señor (esposo que no tardará en llegar) las encuentre en vigilante espera.
fonte:sector católico