inundado por um mistério de luz que é Deus e N´Ele vi e ouvi -A ponta da lança como chama que se desprende, toca o eixo da terra, – Ela estremece: montanhas, cidades, vilas e aldeias com os seus moradores são sepultados. - O mar, os rios e as nuvens saem dos seus limites, transbordam, inundam e arrastam consigo num redemoinho, moradias e gente em número que não se pode contar , é a purificação do mundo pelo pecado em que se mergulha. - O ódio, a ambição provocam a guerra destruidora! - Depois senti no palpitar acelerado do coração e no meu espírito o eco duma voz suave que dizia: – No tempo, uma só Fé, um só Batismo, uma só Igreja, Santa, Católica, Apostólica: - Na eternidade, o Céu! 
02/02/10 Cuando el Papa Benedicto XVI firmó hace ahora poco más de dos años el Motu Proprio Summorum Pontificum pocos católicos podríamos imaginar que estas imágenes, recogidas en su día por la revista estadounidense Life, podrían volver a repetirse tras la renovación litúrgica postsinodal con la que muchos quisieron dar por muerta la liturgia tradicional.Hoy sabemos, a ciencia cierta, que la práxis de la Misa gregoriana, utilizada en el conjunto de la Iglesia Católica de Rito Latino, antes de 1969, jamás quedó en desuso y que, todas aquellos sacerdotes que quisieron seguir utilizándola tenían razón. O mejor dicho, estaban en su derecho de hacerlo. Y éste lo tenían en virtud de múltiples concesiones de la Sede Apsotólica de tiempo inmemorial, como así lo aseguraron los predecesores del propio Benedicto XVI, e incluso mucho antes, como es lógico, de Juan Pablo II.
Hoy, SECTOR CATÓLICO quiere rendir homenaje a todos aquellos sacerdotes que no se rindieron ante las dificultades y fueron sometidos a la humillación pública por parte de sus superiores ante los fieles y el conjunto de la sociedad por querer seguir celebrando la Misa tridentina. Hoy queremos pues, con la publicación de esta fotografía, animar a otros muchos curas jóvenes a recuperar la liturgia tradicional, por el bien de sus almas y del conjunto de los fieles que tienen encomendados a su cuidado espiritual.
Sin extravagancias, sin extrañezas, animamos también a todos los fieles a que se acerquen a participar en la Misa de siempre, sin despreciar la nueva, de la que estamos seguros obtendrán gracias inumerables que les ayudarán en el ejercicio de su ministerio y de su vida. Así, poco a poco, se hará realidad el libre ejercicio de este derecho sin que nadie se sienta agredido por ello. Sólo así podremos alcanzar la tan ansiada pax liturgica en la Iglesia.
fonte:sector católico
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