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Sea como fuere, el anuncio papal contrasta con el actual modelo sacerdotal que se enseña en buena parte de los seminarios del mundo y que poco tiene que ver con el ejercicio del ministerio tal y como lo entendió y ejerció el santo Cura de Ars hace poco más de 100 años. Proponer como intercesor y como modelo a este santo sacerdote es, sin duda, remar contracorriente. ¿Cuántos sacerdotes en la actualidad dedican si quiere una hora al día a atender a los fieles en el confesionario? ¿Cuántos sacerdotes viven preocupados por acrecentar su vida de oración y por vivir intensamente la Santa Misa? ¿Cuántos de esos tienen una claridad de su misión salvífica, cooperando con Cristo con la integridad de su persona y de su vida? ¿Cuántos de ellos viven la mortificación corporal?
El modelo del Cura de Ars no gusta. No gusta a los curas. Es un estilo de vida pobre y austero que busca sólo la gloria de Dios y no la aprobación de los hombres. Sin embargo, los fieles seguimos esperando la recuperación de este estilo de sacerdocio que tanto bien ha hecho a las almas a lo largo de los años y que, por su propia naturaleza, tiende a servir al sacerdocio común, desde la mediación sacramental del Orden. No es pues baladí esta próxima declaración. No.
fonte:sector católico