Oración y Silencio
Siempre se trata de la misma técnica: liberar nuestro corazón de su ganga, escuchar allí donde ya ora, entregarnos a esa oración hasta que la voz del Espíritu en nosotros llegue a ser nuestra propia oración.
Pero es necesario que os volváis sobre vuestro corazón, y dominéis vuestro cuerpo. Por tanto, no desesperéis hasta encontrar allí los tesoros que valen la pena. Cuando nada oscurece ya nuestro corazón, puede abrirse totalmente a la luz, porque Dios es amor y Dios es luz.
Hesiquio de Batos: “Quien vela cuidadosamente sobre su corazón, por naturaleza, irradia luz. Como un ascua arde, como el fuego enciende el cirio, así Dios hace arder nuestro corazón con vistas a la contemplación, él, que desde el bautismo habita en nuestro corazón.
Las técnicas de oración no tiene otra finalidad que hacernos conscientes de lo que ya hemos recibido, enseñarnos a sentir, a discernir, en la plena y tranquila certeza del Espíritu, la oración que en nuestras profundidades echó raíces y no cesa de trabajar. Esta oración debe subir a la superficie de nuestra conciencia.LEER...