4 de marzo (primer sábado de mes)
Mis queridos hijos, háganse pequeños. ¿Cómo se hacen pequeños, hijos míos? Dejándome conducir sus vidas, no pidiendo comprender todas las cosas, sin embargo obedecer y creer no poniendo resistencia en sus corazones para sufrir, sino que sufriendo todas las adversidades de esta vida purificar sus corazones. Hijos míos, el sufrimiento es una gracia, no la desperdicien huyendo de ella, sino ofrézcanlos para purificarse.
Hijos míos, háganse pequeños obedeciendo Mis Mensajes, leyendo la Palabra de Mi Hijo, aunque no comprendan, no entiendan, pero practicando lo que les pedimos. No pongan obstáculos a practicar Mis Mensajes; ayunen, oren, reparen, así se harán pequeños.
No crean, hijos, que tienen la sabiduría y que lo entienden todo, y que saben mucho. No, hijos, siéntanse nada, servidor de todos, menos que los demás, porque en estos que se hacen pequeños es el Reino de Mi Hijo.
Hijos, Mi Corazón Inmaculado es su Refugio, y es la Fortaleza que les protege de las tormentas y tribulaciones de la vida. Yo soy la que guarda sus corazones si ustedes así me lo permiten. Entonces, así como el Señor hizo en Mí maravillas, por medio de Mí las hará ustedes. Pequeñez, sencillez, humildad, cooperen con Mis Planes de Amor y de Paz.
Oren por Mis Intenciones. Yo estoy con ustedes. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.