28 de Agosto de 2017
Soy vuestra Madre, la Guardiana de la Fe, Maestra de Oración y Educadora del Espíritu.
Escuchen, hijos, el ruido y la confusión en el mundo diariamente aumentan. Dentro de la Casa de mi Hijo se han infiltrado muchos, también anunciando y profetizando, pero no bajo el Espíritu de Dios, sino para confundir, y con la confusión llevar a la división.
Hijos, es verdad que a lo largo del tiempo, Jesús me ha enviado a muchos lugares de la tierra, a recordar el Mensaje del Evangelio.
En este tiempo, he venido preparando con mis diferentes Manifestaciones, para llegar a este lugar y revelar aquí la culminación de mi Mensaje.
En este tiempo, he venido preparando con mis diferentes Manifestaciones, para llegar a este lugar y revelar aquí la culminación de mi Mensaje.
En muchos lugares me he manifestado y he estado con todos mis hijos, pero también, hijos míos, no todos los que dicen venir en nombre de mi Hijo, y en mi Nombre, son enviados del Cielo. El Mensaje es uno, y el Mensaje se está dando por medio de los Llamados de Amor y de Conversión.
No desvíen su atención de este Mensaje, porque el enemigo, ahora, está confundiendo, y ustedes, hijos, saben bien que en este tiempo la oscuridad es vista como luz, lo malo es visto como bueno, la muerte es vista como vida.
Hijos, soy Guardiana de la Fe, y sólo los que se acogen a éste mi Mensaje, van a tener la fuerza para discernir y orientarse. Quien no toma el Consejo de la Madre, en la tribulación se pierde y se confunde.
Vean a vuestra Madre, vean a la que cuida de vuestra Fe. Obedezcan a la Maestra y Reina de los Apóstoles.
Vean a vuestra Madre, vean a la que cuida de vuestra Fe. Obedezcan a la Maestra y Reina de los Apóstoles.
Hijos míos, todo aquel que peregrine y ore en mi pequeño jardín y tome de la fuente de Gracia y Misericordia, y se consagre allí a nuestros Sagrados Corazones, con la Sangre de mi Hijo, los Ángeles marcarán la cruz en su frente y en su corazón como signo de su consagración totalmente para Dios.
En mi Corazón Doloroso e Inmaculado están reunidos todos los Títulos que Dios y mis hijos han dado a su Madre. Los quiero reunir a todos en mi Corazón para que ninguno se pierda. Y en mi Corazón cuidaré de todos. Escuchen a su Madre; Madre de la Palabra, Guardiana de la Fe, y Protectora de los creyentes en Jesucristo.
Los bendigo con Amor Maternal, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.