El Papa Benedicto XVI ha presidido hoy la Santa Misa en la solemnidad de la Asunción de la Virgen María en la parroquia de Santo Tomás de Villanueva de Castelgandolfo. Concelebraron el Cardenal Secretario de Estado, monseñor Tarcisio Bertone y el obispo de Albano. El Santo Padre resaltó la gran devoción que tenía hacia la Virgen el Santo Cura de Ars y aseguró que sus expresiones dejan ver el celo sacerdotal que movía a este santo párroco, quien se alegraba mucho al hablar de María a los fieles, y no se cansaba nunca de hacerlo.
Publicado el 2009-08-15 20:04:00
(RV/InfoCatólica) En su homilía, el Santo Padre se detuvo para manifestar que en el designio divino de la creación, el hombre debía haber tenido la pureza y la belleza de la Inmaculada. Aquel designio comprometido, pero no destruido por el pecado, por medio de la Encarnación del hijo de Dios, anunciado y realizado en María, ha sido compuesto de nuevo y restituido a la libre aceptación del hombre en la fe.
Continuando con la homilía, Benedicto XVI reflexionó sobre los textos que la liturgia de hoy nos propone. Respecto al Evangelio de san Lucas en el que María tras el anuncio del Ángel se pone en camino, con prisa, hacia la casa de su prima Isabel, el Pontífice dijo que de esta manera el evangelista quiso subrayar cómo María para seguir su propia vocación, con docilidad al espíritu de Dios, que realizó en Ella la encarnación del Verbo, tuvo que recorrer un nuevo camino y emprender inmediatamente un camino fuera de su propia casa, dejándose conducir solamente por Dios.
Es un camino, continuó el Papa, en el que María, bebiendo y meditando en el corazón los acontecimientos de su propia existencia, ve en ellos de una manera cada vez más profunda el misterioso designio de Dios Padre, para la salvación del mundo. La Asunción nos recuerda -subrayó el Papa- que la vida de María, como la de todo cristiano, es un camino de seguimiento a Jesús, un camino que tiene una meta bien precisa, con un futuro ya trazado: la victoria definitiva sobre el pecado.
A mediodía Benedicto XVI se dirigió hasta el balcón que da al patio central de la residencia apostólica de Castelgandolfo, para rezar con los fieles presentes en el Ángelus en la solemnidad de la Asunción de la Virgen. En sus palabras antes de la oración, el Papa dijo que estamos en el centro del mes de agosto, tiempo de vacaciones para muchas familias y para él también, y día donde la Iglesia celebra la solemnidad de la Asunción de la Virgen. Señaló que esta es una oportunidad privilegiada para meditar sobre el sentido último de la existencia humana, ayudados por la liturgia del día que nos invita a vivir en este mundo siempre orientados a los bienes eternos, para compartir la misma gloria de María, Nuestra Madre.
El Pontífice terminó sus palabras antes del Ángelus diciendo que el Cura de Ars consagró muchas veces su parroquia a la Virgen, encomendando especialmente a las madres hacer lo mismo cada mañana con sus hijos. El Papa nos invita a todos a hacer lo mismo, a consagrarnos diariamente a nuestra Madre del Cielo.
FONTE:INFOCATOLICA