Carmelita, Mística, Santa 1566-1607 el tesoro escondido en la Iglesia
Oh amor, amor, amor! ¡Basta, basta! Es demasiado. Eres un loco, estás loco de amor. Eres la pena y el consuelo, la fatiga y el descanso, la muerte y la vida. Eres todo amable y deseable, nutritivo y unitivo, deleitante y confortante. ¡Oh amor, amor, tú me haces morir de amor!»
Nació en Florencia, Italia, en el año 1556, de padres nobles Camilo de G. de Pazzi y Magdalena María Buendelmonto.. Su nombre de bautismo es Catalina. Su padre era gobernador y la internó desde muy pequeña en el convento de San Juan de Florencia . Allí se encariñó grandemente con las prácticas de piedad y con la vida de retiro y espiritualidad.. A los diez años el 19 de abril de 1576 hace a Dios voto de virginidad.
Oh amor, amor, amor! ¡Basta, basta! Es demasiado. Eres un loco, estás loco de amor. Eres la pena y el consuelo, la fatiga y el descanso, la muerte y la vida. Eres todo amable y deseable, nutritivo y unitivo, deleitante y confortante. ¡Oh amor, amor, tú me haces morir de amor!»
Nació en Florencia, Italia, en el año 1556, de padres nobles Camilo de G. de Pazzi y Magdalena María Buendelmonto.. Su nombre de bautismo es Catalina. Su padre era gobernador y la internó desde muy pequeña en el convento de San Juan de Florencia . Allí se encariñó grandemente con las prácticas de piedad y con la vida de retiro y espiritualidad.. A los diez años el 19 de abril de 1576 hace a Dios voto de virginidad.
Era muy hermosa y de muy amable trato, y su familia la quería casar con alguno de la alta clase social, pero la jovencita demostraba tan grande inclinación a la vida religiosa que tuvieron que permitirle que se fuera a un convento.A la edad de de 16 años entró en las Carmelitas descalzas en el convento de Santa María de los Angeles en Florencia. Recibió el hábito en 1583, tomando el nombre María Magdalena.
Escogió el convento de las Carmelitas porque allá le permitían comulgar con frecuencia. El 29 de mayo del 1584 estando tan enferma que se temía que no se recuperase, hizo su profesión como religiosa y la hizo "sobre una camilla acomodada delante del Altar de la Virgen". Cuando la transportaban a la enfermería después de hacer sus tres votos, Magdalena tuvo su primera alucinación que le duró más de una hora. Su rostro apareció ardiente, y deshecha en lágrimas sollozaba y repetía: "Oh amor de Dios que no eres conocido ni amado: ¡cuán ofendido estás!".
Una frase que le impresionó mucho fue aquella de San Pablo que le dijo el sacerdote el día en que le colocó el crucifijo que llevan las religiosas: "A mí líbreme Dios de gloriarme en cualquier otra cosa que no sea la cruz de Jesucristo". Desde ese día se llenó de un inmenso deseo de sufrir por amor a Jesús.
Después de su profesión experimentó éxtasis diarios por 40 días consecutivos. En los siguientes cuarenta días tuvo inmensas consolaciones espirituales y recibió gracias extraordinarias Al final de este tiempo parecía estar cerca de la muerte. Sin embargo se recuperó milagrosamente. Quedó curada el 16 de julio y el 24 3.1585, vigilia de la Anunciación, San Agustín le escribió en el corazón las palabras "Verbum caro factum est". En adelante, a pesar de su mala salud, pudo cumplir con esmero las obligaciones que le asignaban y practicar una penitencia muy fuerte.El 15 de abril le fueron impresos para siempre en el alma los estigmas invisibles. El 28 del mismo mes recibió de Jesús el anillo que sellaba su místico desposorio con El.
Los especialistas dicen que cuando un alma se consagra totalmente al servicio de Dios, el Señor le concede al principio muy agradables consolaciones espirituales, a fin de prepararle para los grandes sufrimientos y las terribles pruebas que vendrán después. Luego les llegan días de tinieblas interiores para acabar con todo rastro de egoísmo y llenar el alma de humildad y para convencerse de la gran necesidad que tienen de la ayuda de Dios. Así le sucedió a nuestra santa.
Algunas características de sus raptos y éxtasis:
1- Los raptos eran a veces tan fuertes que la inducían a movimientos rápidos (ej: hacia un objeto sagrado).
2- Frecuentemente podía, en éxtasis, llevar a cabo su trabajo con perfecta compostura y eficiencia.
3- Durante sus momentos de rapto expresaba máximas del amor divino y consejos para la perfección de las almas, especialmente para las religiosas. Estas fueron copiadas por sus hermanas religiosas y han sido publicadas. A veces hablaba en nombre propio mientras otras en nombre de una u otra de las Personas de la Santísima Trinidad.
4- Los estados de éxtasis de ninguna forma interferían con el servicio de la santa en la comunidad. Manifestaba un fuerte sentido común, un gobierno estricto y disciplinado, acompañado por una gran caridad por lo que esa muy amada hasta su muerte.
Fue sucesivamente maestra de externas, de junioras, de novicias y finalmente, en 1604, superiora.
Dios le mostró las inmensas ventajas que consiguen para su alma y para la santificación de otras personas, quienes sufren con paciencia. Y desde entonces fue creciendo sin cesar su deseo de sufrir por Cristo y por la conversión de los pecadores. A una religiosa que le preguntaba cómo podía soportar sus dolores sin proferir ni una sola palabra de impaciencia, le respondió: "Pensando y meditando en los sufrimientos que Jesucristo padeció en su santísima Pasión y muerte. Quien mira las heridas de Jesús crucificado y medita en sus dolores, adquiere un gran valor para sufrir sin impacientarse y todo por amor a Dios".
Dios le mostró las inmensas ventajas que consiguen para su alma y para la santificación de otras personas, quienes sufren con paciencia. Y desde entonces fue creciendo sin cesar su deseo de sufrir por Cristo y por la conversión de los pecadores. A una religiosa que le preguntaba cómo podía soportar sus dolores sin proferir ni una sola palabra de impaciencia, le respondió: "Pensando y meditando en los sufrimientos que Jesucristo padeció en su santísima Pasión y muerte. Quien mira las heridas de Jesús crucificado y medita en sus dolores, adquiere un gran valor para sufrir sin impacientarse y todo por amor a Dios".
Santa María Magdalena de Pazzi escogió un lema o programa de vida que se ha hecho famoso. Decía así: "No morir, sino sufrir". "Ni morir ni curar, sino vivir para sufrir". Y repetía "Oh, si la gente supiera cuán grandes son los premios que se ganan sufriendo por amor a Jesucristo, todos aceptarían con verdadero gozo sus sufrimientos, por grandes que sean".Después de uno de sus éxtasis contaba: "Vi el amor inmenso que nos tiene Nuestro Señor y vi también que las almas que ofrecen sus sufrimientos uniéndolos a los sufrimientos de Cristo se vuelven inmensamente hermosas. ¡Oh, si las gentes supieran lo mucho que ganan cuando ofrecen a Dios sus padecimientos!".
En medio de su éxtasis hablaba con un ser invisible, y abrazando su crucifijo, con rostro brillante exclamaba: "Oh Jesús mío: concédeme palabras eficaces para convencer al mundo de que tu amor es grande y verdadero y que nuestro egoísmo es engañoso y tramposo".Y en sus conversaciones buscaba siempre almas que quisieran dedicar su vida entera a amar a Jesucristo y ofrecer por El todos los sufrimientos de cada día y de cada hora, con todo el amor de su espíritu.Le aparecieron en sus manos y en pies los estigmas o heridas de Cristo Crucificado. Le producían dolores muy intensos, pero ella se entusiasmaba al poder sufrir más y más por hacer que Cristo fuera más amado y más obedecido y por obtener que más almas se salvarán.Martirizada en su cuerpo por heridas dolorosísimas, cuando los dolores se volvían insoportables, ella pedía valor al Señor diciéndole: "Ya que me has dado el dolor, concédeme también el valor". Y recibía fuerzas sobrenaturales para seguir sufriendo sin impacientarse ni quejarse.Además de los dolores físicos le llegó lo que los santos llaman "La noche oscura del alma". Una cantidad impresionante de tentaciones impuras. Sentimientos de tristeza y desgano espiritual. Falta de confianza y de alegría. Sufría de violentos dolores de cabeza y se paralizaba frecuentemente. La piel se le volvía tan sensible que el más leve contacto le producía una verdadera tortura. Pero en medio de tantos suplicios seguía repitiendo: "Ni sanar ni morir, sino vivir para sufrir".
Hizo muchos milagros y poseía dones extraordinarios. Como maestra de novicias era notable su milagroso don de leer las mentes, no solo de las novicias sino también de personas fuera del convento. A Alejandro de Médicis le dijo que un día sería Sumo Pontífice pero que duraría poco en el cargo, y así sucedió. Con frecuencia veía las cosas a distancia. Se dice que en una ocasión vio milagrosamente a Santa Catalina de Ricci en su convento en Prato, leyendo una carta que le había enviado y escribiendo la respuesta aunque nunca se habían conocido de manera natural. Tenía el don de profecía y de curación... Se bilocaba, o sea se aparecía a gentes que estaban muy distantes y les llevaba mensajes. Curó varios enfermos. Los viernes sufría varios de los dolores que Cristo padeció el Viernes Santo. Y repetía siempre: "Señor: ¡hágase tu santa voluntad!".
Por cinco años (1585-90) Dios permitió que sufriese la prueba de una terrible desolación interna, fuertes tentaciones y ataques diabólicos externos. Por su valiente adhesión al Señor y su humildad venció la prueba y creció en virtud. Después experimentó gran consolación.
Tenía la llamada a orar y hacer penitencia por la reforma de "todos los estados de vida en la Iglesia" y por la conversión de todos los hombres.
Tenía la llamada a orar y hacer penitencia por la reforma de "todos los estados de vida en la Iglesia" y por la conversión de todos los hombres.
Enseñó que el sufrimiento nos lleva a un profundo nivel espiritual y ayuda a salvar el alma. Por eso amaba el sufrimiento por amor a Dios y las salvación de las almas.
El 25 de mayo del año 1607, al morir quedó bella y sonrosada. Tenía apenas 41 años. Su cuerpo se conserva todavía incorrupto en el convento carmelita de Florencia donde pasó su vida.
Beatificada: 8 Mayo, 1626 por el Papa Urbano VIII Canonizada: 28 Abril 1669 por el Papa Clemente IX
Su cuerpo está incorrupto en la iglesia de Santa Maria degli Angeli en Florencia.
No escribió nada, tres religiosas, encargadas por el director espiritual escribían lo que ella deliraba. Llenan siete volúmenes de una doctrina profunda que enseña los caminos de la más alta mística, los delirios en "éxtasis" de Santa Maria Magdalena, decía cosas maravillosas y profundos conceptos teológicos que jamás ella había estudiado entre ellos el más importante titulado "Contemplaciones", el cual se considera por la Iglesia Católica como un verdadero tratado de teología mística. San Alfonso de Ligorio apreciaba inmensamente este libro y en sus obras lo cita muchísimas veces.
Los volúmenes Se llaman: Los cuarenta días; Los Coloquios; Las Revelaciones e Inteligencias; La Prueba; La Renovación de la Iglesia; Avisos; Sentencias y Cartas...
Los cristianos católicos creen que esta virgen carmelita es una de las más grandes místicas, extáticas y estigmatizadas de todos los tiempos.
Los cristianos católicos creen que esta virgen carmelita es una de las más grandes místicas, extáticas y estigmatizadas de todos los tiempos.
PARA MEDITAR
Esta santa amó a Dios desde que tuvo suficiente razón como para conocerlo. Se aislaba para orar; pasaba horas enteras ante el Santísimo Sacramento; su Bienamado sin cesar estaba presente en su memoria. ¿Has comenzado tú a amar a Dios? ¡Des de hace ya mucho tiempo lo conoces y muy poco lo has amado!
Ella despreció todas las ventajas temporales que le aseguraban sus hermosas cualidades, y desde que conoció la vanidad del mundo, se apresuro a a dejarlo, protestando que estaba dispuesta a soportar todos los suplicios antes que permanecer en él. Mira tú las grandezas, las riquezas y los placeres con los ojos de la fe, y no tendrás sino desprecio por lo que el mundo adora. Pon los ojos en el cielo, allí es donde debes poner todas tus esperanzas. He aprendido a pisar la tierra y no a adorarla, no me es lícito poner en las cosas inanimadas las esperanzas de mi vida. (San Clemente de Alejandría).
La oración continua de esta santa era la fuente de todas sus virtudes. La hacia amar a Dios únicamente, y despreciar todo lo que no fuera Dios. Tú no podrás formarte alta idea de Dios, porque no piensas en Él, porque no conversas con Él. Gusta de la oración, ella te desasirá de la tierra y te unirá por entero a Dios; haz tu jaculatoria el lema de esta santa: ¡Sufrir o morir!
Frases
"¡Oh no más, esto es soportar demasiada bendición, demasiado éxtasis dichoso!"
"Ni sanar ni morir, sino vivir para sufrir"
"Yo contemplo el gran sufrimiento con ese cordial e incomprensible amor que fue soportado por mi salvación. El ve mis debilidades y con esa imagen de El me siento confortada, porque todos los dolores y sufrimientos que todos los hijos elegidos de Dios han tenido que soportan han pasado por la más santa Humanidad de Cristo, donde crecieron para ser dulces y ser deseada por sus miembros."
"Ya que me has dado el dolor, concédeme también el valor".
"Padecer y no morir".
"¡Almas, Señor; dadme almas!".
"Vi el amor inmenso que nos tiene Nuestro Señor y vi también que las almas que ofrecen sus sufrimientos uniéndolos a los sufrimientos de Cristo se vuelven inmensamente hermosas. ¡Oh, si las gentes supieran lo mucho que ganan cuando ofrecen a Dios sus padecimientos!".
"Oh Jesús mío: concédeme palabras eficaces para convencer al mundo de que tu amor es grande y verdadero y que nuestro egoísmo es engañoso y tramposo".
"¡Oh no más, esto es soportar demasiada bendición, demasiado éxtasis dichoso!"
"Ni sanar ni morir, sino vivir para sufrir"
"Yo contemplo el gran sufrimiento con ese cordial e incomprensible amor que fue soportado por mi salvación. El ve mis debilidades y con esa imagen de El me siento confortada, porque todos los dolores y sufrimientos que todos los hijos elegidos de Dios han tenido que soportan han pasado por la más santa Humanidad de Cristo, donde crecieron para ser dulces y ser deseada por sus miembros."
"Ya que me has dado el dolor, concédeme también el valor".
"Padecer y no morir".
"¡Almas, Señor; dadme almas!".
"Vi el amor inmenso que nos tiene Nuestro Señor y vi también que las almas que ofrecen sus sufrimientos uniéndolos a los sufrimientos de Cristo se vuelven inmensamente hermosas. ¡Oh, si las gentes supieran lo mucho que ganan cuando ofrecen a Dios sus padecimientos!".
"Oh Jesús mío: concédeme palabras eficaces para convencer al mundo de que tu amor es grande y verdadero y que nuestro egoísmo es engañoso y tramposo".